Capítulo 45: Dime que lo recuerdas.

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A G U S T I N

-¿A donde vamos, papá?-Preguntó Pau asomándose entre los asientos delanteros.

-Iremos un rato al parque-Le sonreí por el retrovisor mientras encendía el motor.

-¿Mamá no irá con nosotros?-Preguntó haciendo un puchero. Tragué grueso con la mandíbula tensa.

-Nos alcanzará allá, igual que los demás-La vi asentir y apoyar la barbilla en el borde de mi asiento.

No mencionó nada más al respecto, sin embargo, sabía que Pau había sentido el cambio en mi relación con Carolina a pesar de no recordar aún cómo habían sido nuestras vidas antes del accidente. No era normal que de un día para otro, Caro hubiese dejado de quedarse en casa, que dejáramos de salir los tres juntos y sobre todo, que no soportaramos el hecho de estar nosotros dos solos en una misma habitación. Ella por incomodidad y yo porque cada vez que la veía las palabras que me había dicho Vanessa una semana atrás volvían a atormentarme.

"Mereces a alguien que te entregue el universo entero, Agustín. No dejes que se te vaya la vida tratando de atrapar una estrella fugaz".

Que jodido es el amor cuando uno no ama a la persona correcta. Que sencillo sería el amor si fuese siempre correspondido.

P A U L I N A

-Hola-Me sobresalté al escuchar una voz detrás de mi, seguida de unos brazos rodeandome. Pero sonreí aliviada al ver la barbilla de Alex apoyada sobre mi hombro.

-Hola-Reí al sentir su cabello alborotado haciéndome cosquillas en el cuello.

-¿Quieres ir a los columpios? Son tu juego favorito-Asentí entusiasmada dejándome jalar de la mano por él.

Me subí a uno de los columpios y vi cómo él se sentaba en el que estaba junto a mi. Comenzó a valancearce y yo hice lo mismo. Permanecimos un rato sumidos en un cómodo silencio, hasta que mis dudas surgieron.

-¿Venimos aquí muy seguido?-Pregunté en voz baja y giré a verlo, pero él ya estaba mirándome a mi.

-Ya no tanto. Pero cuando éramos más chicos veníamos todos los días-Una pequeña sonrisa apareció en su rostro y luego una carcajada se escapó de su garganta-Te gustaba tanto columpiarte que una vez me tiraste de uno porque no había ninguno libre-Él comenzó a reír mientras recordaba y yo no tardé en acompañarlo, imaginándome aquella escena.

-¡Alex!

Ambos dejamos de reír al escuchar una voz chillona a unos metros de distancia. Fruncí el ceño al girar la cabeza y ver a una niña de nuestra edad corriendo hacia nosotros. Bueno, hacia Alex, mejor dicho. Sonreí incómoda al ver que lo abrazaba con demasiado entusiasmo y desvié mi mirada de ellos hacia el césped.

-Hola-La voz de Alex salió algo incomoda, pero ni así volví a verlos.

-¡Me alegra mucho verte! ¡No hemos hablado desde que salimos de vacaciones!

-Pero si recién salimos ayer-Respondió con el ceño arrugado.

-Bueno, pero un día es mucho tiempo sin mi mejor amigo-Hizo un puchero tan falso que... esperen, ¿Acaso dijo mejor amigo? ¿Qué no se suponía que era el mío? Fruncí el ceño y dejé de columpiarme para mirarlos-¿Qué? ¿Se te perdió algo, niña?-Apreté los dientes mirándola irritada, pero Alex habló antes de que yo alcanzara a decir algo.

Papá... ¿Qué es Aguslina? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora