Papá... ¿Qué es Aguslina? [Editando]

Capítulo 8: Adoptada.

A G U S T Í N

-¿Quieres que te cuente la historia con Pau?-Propuse para intentar cambiar el centro de la conversación. Ella asintió no muy segura.

-Sí, porque honestamente no entiendo nada-Reí sutilmente-Es decir, siempre dijiste que querías formar una familia propia, pero no me imagine que ya tendrías una-La tristeza en su voz no me pasó desapercibida, así que intenté animarla un poco, aunque tampoco supe muy bien el porqué.

-Me estoy haciendo viejo, Kopelioff. Necesitaba una heredera-Sentí el sabor de la nostalgia en la punta de la lengua en cuanto su apellido salió de mi boca con tanta facilidad. Tenía años sin referirme a ella de esa manera y para ser honesto, no veía la hora de volver a llamarla así-Joder, no recordaba lo mucho que me gusta decirte así-Su mirada tensa se clavó en la mía y fruncí el ceño sin saber qué había dicho de malo.

-No creo que tu esposa opine lo mismo-Estuve a punto de reír al ver su ceño fruncido.

Ah, así que por ahí iba la cosa.

-No estoy casado, Kopelioff. Digo, por si te interesa saberlo-Dije a la vez que me recargaba en el respaldo del sillón y cruzaba los brazos sobre mi pecho. La miré con una pequeña sonrisa maliciosa.

-Bueno, la mamá de Paulina entonces-Esta vez sí que me reí.

-Carolina, adopté a Pau cuando era una bebé y estoy soltero, así que, aunque es obvio que tuvo que haberse desarrollado dentro de un óvulo, mi hija no tiene a alguien a quien llamar mamá-Expliqué con una sonrisita juguetona.

-¿Cómo que es adoptada?-Preguntó con incredulidad-Podría jurara que tiene un ligero parecido contigo-Murmuró para si misma, pero cuando estaba a punto de responderle, volvió a hablar-Pensé que...-La miré expectante, pero no dijo nada más.

-¿Qué pensaste?

Dudó-... que sería hija de Agustina-Murmuró bajito, pero aún así fruncí el ceño con disgusto en cuanto comprendí lo que había dicho.

-No, claro que no. Nada que ver-Casi me reí ante lo ridícula que me sonaba la simple idea de que eso fuera verdad, pero me detuve en cuanto asimile lo que acababa de decir-Espera, ¿Cómo sabes de ella?

-Te volviste bastante conocido, Bernasconi-Dios, amaba que me llamara así. Mi apellido no había sonado tan bien desde hace años-Te sorprendería saber que las noticias llegan hasta Europa-Trató de sonar indiferente, pero algo me decía que le importaba más de lo que me quería hacer creer.

-Sí, bueno... fuimos novios una temporada, pero para ese entonces yo ya tenía a Pau. Hubo... bastantes desacuerdo y discusiones entre ambos, así que terminamos después de un tiempo.

-Entonces, ¿Cómo fue que la adoptaste?-Sé acomodó en el sillón y en cuanto noté su mirada atenta a mi, comencé a contárselo.

Flashback.

Me había pasado el último mes encerrado en mi apartamento. Mis ganas de hacer cualquier cosa que no fuese dormir habían desaparecido. ¿La razón? Seguía afectado por mi ruptura con Carolina. Mucho más de lo que me habría imaginado.

Pero eso me estaba trayendo problemas, porque a pesar de que Maxi y yo acabábamos de firmar el contrato con Sony Music hace apenas mes y medio, la disquera necesitaba con urgencia alguna propuesta para nuestro primer sencillo. Ya mismo.

MYA estaba a nada de ser anunciado al público y yo seguía sin reaccionar como debería. Es por eso que Maxi había venido a hablar conmigo la noche anterior. No me echó nada en cara, no me regañó, de hecho se mostró más comprensivo que nadie. Tal vez fue eso lo que terminó por sacarme de la cama. No quería que él terminara pagando los platos rotos que causaban mis crisis.