C A R O L I N A
Luego de un largo vuelo de nueve horas, y pasar quince minutos esperando mi maleta, finalmente me encontraba caminando hacia la salida del aeropuerto de la Ciudad de Madrid.
Estaba agotada a pesar de que había dormido prácticamente todo lo que duró el vuelo, así que crucé las puertas automáticas transparentes, dispuesta a pedir un taxi que me llevara a casa cuanto antes. Pero alguien a mis espaldas me detuvo.
-¿Gusta que le de un aventón, señorita Kopelioff?-Me di la vuelta en cuanto reconocí aquella voz y sonreí al ver a Manuel parado frente a mi.
Corrí a abrazarlo de inmediato y reí al sentir que me devolvía el abrazo mientras me levantaba un poco del piso.
-¿Qué haces aquí?-Pregunté en cuanto me soltó.
-Lucy me avisó que llegarías hoy, así que me ofrecí para ser tu chófer este día, ¿Vamos?-Sonreí.
-Vamos.
Sin mucho más que decir, tomó mi maleta y comenzamos a caminar hacia el estacionamiento en busca de su coche. No tardamos mucho, de hecho, en menos de cinco minutos él ya se encontraba conduciendo sobre la carretera conmigo cambiando la emisora de radio en el asiento del copiloto.
-Ya me mareaste. Decídete por una-Rió, viendo de reojo cómo yo volvía a fruncir el ceño ante la décima canción que sonaba en el estéreo.
-No es mi culpa que los programas de radio locales se estén quedando sin buen gusto musical-Resoplé dándome por vencida.
-¿Y en Buenos Aires suenan mejores canciones en la radio?-Rió con la mirada fija en la carretera.
-No lo sé. Pero probablemente sí-Sonreí al recordar a Maxi y Agustín cantando juntos.
Seguramente MYA sonaba a diario en todos los programas de radio argentinos.
-Era de esperarse que dijeras eso. Aunque no te culpo, mis raíces argentinas están de tu lado-Se detuvo en uno de los semáforos y volteó a verme-Por cierto, Lucy me dijo que se suponía que volverías hace unos días pero que te quedaste por allá un par más para visitar a tu familia.
-Eh... bueno, en realidad le mentí un poquito-Sonreí apenada. Funció el ceño confundido.
-No entiendo, ¿Porqué le mentiste?-Volvió a arrancar en cuanto el semáforo se puso en verde y suspiré.
-No le vayas a decir nada, pero... en realidad no fue a mi familia a quien visité.
-¿Entonces?
-Yo... te voy a contar, pero sólo si me prometes que no te vas a enojar-Claro que lo haría. Era casi inevitable, pero aún así mantuve la esperanza de que no se lo tomara tan mal.
-Ya dime. Me estás comenzando a preocupar.
-Prometelo-Murmuré, jugando con los dedos sobre mi regazo.
-Bien. Te lo prometo-Mentira. Rompería su promesa en cuanto le contara-Ahora sí, dime con quien estuviste estos días.
Tragué saliva con dificultad y cerré los ojos con fuerza antes de soltarlo.
-Con Agustín.
Abrí los ojos despacio, al no obtener ninguna respuesta de su parte. Por un momento creí que tal vez me había equivocado y que en realidad no se lo había tomado tan mal, pero al ver que sujetaba con tanta fuerza el volante que sus nudillos estaban blancos, supe que esa esperanza había sido en vano.
-¿Qué Agustín?-Murmuró entre dientes luego de unos segundos de silencio. Pero no respondí-Carolina, ¿Qué Agustín?-Solté el aire que sin darme cuenta había comenzado a retener.
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Papá... ¿Qué es Aguslina? [Editando]
RomancePapá me había prohibido abrir la caja más grande al fondo de su armario, pero la curiosidad me mataba. ¿Que tenía ahí que era tan importante como para que no quisiera que la abriera? Dudé un poco en hacerlo, pero al final decidí abrirla. Dentro, h...