Capítulo 57: La pregunta.

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A G U S T I N

-Diviértete, cariño. Recuerda que la cena es a las nueve. Pasaré por ti media hora antes.

Pau asintió con pesar antes de despedirse de mi con un beso en la mejilla y correr escaleras arriba en busca de su mejor amiga. Le hice una seña con la cabeza a Juli y ambos salimos de su casa para subir a la camioneta de Maxi, quien nos esperaba junto con Ruggero.

-¿Ahora sí nos vas a decir para qué nos citaste?-Preguntó mi mejor amigo, mirándome desde el asiento del piloto con el motor aún apagado.

-O al menos a dónde vamos. La última vez que salimos de imprevisto terminamos perdidos en medio de la nada por culpa de Juli y su poco conocimiento con el GPS-Dijo Rugge desde el asiento trasero.

-No es mi culpa que quieran ir a un lago que al parecer se secó hace más de diez años-Refutó Juli de brazos cruzados.

-Tu sólo conduce a la Ferneteria-Le dije a Maxi en voz baja, mientras los otros dos seguían discutiendo en la parte de atrás.

Él asintió sin hacer más preguntas, al menos durante el camino. Porque en cuanto llegamos al bar y nos sentamos en la mesa de siempre, al fondo del local, Maxi fue el primero en volver a preguntar qué hacíamos ahí y los otros dos no tardaron en hacerle segunda.

Solté un suspiro tembloroso y con la mirada clavada en la mesa, solté lo que llevaba más de dos semanas rondandome la cabeza:

-Estoy pensando en pedirle matrimonio a Vanessa en la cena de esta noche.

Cerré los ojos un momento después de decirlo, pero al no obtener respuesta por parte de ninguno, me animé a alzar la mirada. Los tres rostros frente a mi lucían desencajados. A Rugge casi se le salían los ojos y Juli tosía para tratar de recomponerse tras atragantarse con el trago de fernet que había pedido apenas llegamos. Pero Maxi únicamente me observaba con incredulidad, como si quien estuviese frente a él no fuese su mejor amigo desde los dieciséis años, sino un completo desconocido.

-Deja de pensar en estupideces, Bernasconi. Casi me muero por tu culpa-Juli dejó de toser y me dió un golpe en la nuca.

-No son estupideces, Serrano...

Lo miré mal, pero antes de que pudiera decir algo más o al menos regresarle el golpe, Rugge me interrumpió:

-¿Cómo? ¿Lo de pedirle matrimonio va en serio?

-Claro que va en serio. Por eso los cité aquí, porque quería hablarlo con ustedes antes.

Juli y Rugge voltearon a ver a Maxi en silencio, pero él no había dejado de mirarme a mi desde que había soltado la noticia. De pronto la mirada de sus ojos azules clavada en la mía comenzó a incomodarme. Me sentí vulnerable, expuesto y cada vez más inseguro.

-¿Y estás completamente seguro de que es eso lo que quieres?-Asentí dubitativo-Hermano, piénsalo bien. El matrimonio conlleva muchos compromisos como para que lo tomes a la ligera.

-Lo sé. Pero creo que Vanessa es la indicada. Es linda, trabajadora, comprensiva y la quiero.

-Te creeré que estás seguro cuando quites el creo de tu respuesta y ese cariño se convierta en amor. Pero por ahora, como tu mejor amigo, te sugeriría que lo pensaras mejor. No hay porqué apresurarse.

Papá... ¿Qué es Aguslina? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora