A G U S T I N
Desperté al escuchar murmullos fuera de mi habitación. Los reconocí de inmediato, eran de Pau y Caro. Me removí entre las cobijas, tratando de que el sueño no se me escapara como agua entre los dedos, pero fue inútil. Así que suspiré frustrado mientras me sentaba en la cama.
Me había costado bastante quedarme dormido, pero ahora era seguro que no podría volver a hacerlo en toda la noche. O lo que quedaba de ella, al menos.
En cuanto llegamos a casa me había puesto a analizar lo ocurrido esta tarde, más específicamente, la actitud de Carolina. La había notado algo rara de ratos, pero no le mencioné nada frente a los chicos. Tampoco quería incomodarla.
Aunque me causaba bastante intriga su nerviosismo al momento de preguntarle sobre la razón de su ausencia en Argentina durante los últimos diez años.
Honestamente, no me tragaba el cuento del cambio de aires, pero tampoco se me ocurría alguna otra causa. Una que tuviera más sentido, por lo menos.
Me pasé buena parte de la noche analizando la situación, pero fallé al intentar encontrar un motivo coherente. Sobre todo porque terminé quedándome dormido.
Me levanté con pies de plomo. Muy a mi pesar. Lo unico que me movía en estos momentos era la curiosidad.
Y para mi buena suerte alcancé a escuchar gran parte de la conversación. Al parecer Carolina había tenido una pesadilla y Pau hacía lo posible por hacerla sentir mejor. Sonreí al escucharlas hablar con tanta confianza. Sin embargo, la charla no se alargó mucho y luego de un rato, las voces cesaron.
Fruncí el ceño y me mantuve unos cuantos minutos más con la oreja pegada a la puerta para tratar de escuchar algo. Pero no hubo más.
Cuando estaba dispuesto a volver a la cama sin muchas esperanzas de volver a dormir, escuché la puerta de enfrente abrirse y cerrarse despacio. Pero nada de pasos.
Giré la perilla y finalmente salí. Me encaminé a la habitación de Carolina, pero me sorprendí al abrir la puerta y encontrarme a Paulina dormida en la cama, sola. No había ni rastro de Carolina.
¿Habría sido ella quien abrió la puerta hace un momento?
Salí de ahí mientra cerraba con sigilo detrás de mi.
¿A donde habrá ido?
Bajé las escaleras y revisé a ver si estaba en la cocina, pero nada. Me asomé a la sala, al comedor y toqué la puerta del baño de abajo, por si acaso, pero fue en vano. Estaba a punto de volver a arriba y revisar en las demás habitaciones, pero me detuve a medio camino en cuanto un recuerdo me iluminó la mente.
Era de noche.
Pero ella no estaba en su habitación.
Seguramente tendría insomnio.
Y lo que hacía Carolina cuando no podía dormir era... ¡claro!
El jardín.
¿Cómo no se me ocurrió antes?
Me encamine con pasos apresurados hacia las puertas corredizas de cristal que daban al patio trasero y suspiré aliviado al comprobar que, aunque el tiempo había pasado y Carolina no era precisamente la misma de antes, aún había detalles que seguían intactos en ella. Como por ejemplo su gusto por salir a contemplar el cielo.
Ya fuera durante el anochecer, una noche estrellada o el amanecer. Ella siempre lograba encontrar la paz en aquellos momentos que para muchos resultaban insignificantes y pasaban desapercibidos.
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Papá... ¿Qué es Aguslina? [Editando]
RomancePapá me había prohibido abrir la caja más grande al fondo de su armario, pero la curiosidad me mataba. ¿Que tenía ahí que era tan importante como para que no quisiera que la abriera? Dudé un poco en hacerlo, pero al final decidí abrirla. Dentro, h...