Capítulo 17. Gotas de Cristal.

2.1K 208 17
                                    

Capítulo 17

Gotas de cristal

Golpe tras golpe, así pasaban los segundos, ya habían transcurrido tres horas desde lo de La Cantina, no había pasado por el cuarto y por ello posiblemente Jasper se estaría tirando de los pelos, pero no quiero ir, no quiero ver a nadie.

Era agradable volver a dar puñetazos, no tan fuertes como antes, más delicados para prevenir, por unos minutos era como estar de nuevo en Azul, cuando no quería ver a nadie me solía ocultar en las salas de entrenamiento para no ver a nadie y así pasaba las horas muertas. Esta era una de esas ocasiones.

Por la mañana cuando volviese a dar la cara me volvería a enfrentar a lo de antes, regañinas y murmullos, cuando ya creía que todo había finalizado, pero no, el pasado cuanto más intentabas dejarlo atrás más te perseguía.

Con rabia di una patada lateral al saco de boxeo, en esta ocasión salió disparado contra la pared más cercana, me había ayudado el viento. Caí de rodillas y mis manos se aferraron a mi cabeza, por primera vez en mucho tiempo grité de rabia. Tantas emociones mezcladas, cuando por fin creí que podría encajar en alguna parte va y me pasa esto, es injusto; instintivamente miro mis manos, las marcas que me concedió Lirio brillan a causa de la luz tenue de los paneles de luz. Esas mariposas que parecen que van a salir de mis manos, Lirio me dijo que no era la única, que antes de mí hubo otros como yo, otros protegidos del bosque.

¿Ellos se sentirían igual que yo? ¿O no? ¿Solo era yo?

Lirio nunca llegó a explicarme en qué consistía ser la protegida, tendría algún poder más o algo por estilo, no lo sé, pero eso me convertía todavía más en un bicho raro que no encajaba con los demás; hubo un momento cuando Eudan me explicó todo acerca de los Dones donde me sentí mediamente decente y que encajaba al igual que Eudan, pero ambos a pesar de poseer Dones éramos de mundos diferentes. Todavía puedo ver la mirada que me hecho en la cena cuando mi fotografía salió en la pantalla, al igual que la de Jasper y Cage. Como un espejo imaginario, todo lo que había logrado se partió en pedazos y me acompañaban siete años de mala suerte.

—Deja de lloriquear niña —dice una voz de pronto a mi lado, doy un salto hasta incorporarme, ante mí está Eudan con una mochila echada al hombro—, eres patética.

No digo nada, podría bajar la mirada aunque eso me haría caer más bajo de lo que ya estoy, Eudan bufa y me tira una chaqueta de punto negra a la cara, es suya porque huele a él. Vale. Eso último ha sonado muy siniestro, de loca psicópata.

—Ponte la chaqueta que salimos, ahora.

Me quito la chaqueta de la cara, mechones rojos se encuentran surcando mi cara, no lo comprendo, entonces por fin después de horas pronuncio palabras.

— ¿A dónde?

—Fuera ya va siendo hora de que salgas, venga no quiero que me salgan canas mueve tu culo pecoso.

— ¿Por qué? Y no tengo el culo pecoso.

Eudan gruñe y sus ojos al igual que dagas se clavan en mí.

—Te atreves a contradecir las ordenes de tu Raper muy mal hecho Nova, muévete es en serio, créeme no quieres que te cargue.

A regañadientes paso la chaqueta por mis brazos y hombros, debo remangar las mangas unas cinco veces para que me lleguen a los dedos, aun así comienzo a seguir a Eudan.

Vamos por áreas que no me habían mostrado antes, en varias ocasiones Eudan mete códigos diferentes en paneles para que unas compuertas de titanio se abran y entonces lo siento, el aire fresco.

VillainsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora