Villains

Capítulo 7. Los llamados Villains. Parte I

Capítulo 7

Los llamados Villains. Parte I

Retazos de un sueño, de sueños lejanos, que creía no acordarme, más que sueños vuelven a ser recuerdos, como ya he dicho, recuerdos lejanos, cosas ya olvidadas por mi memoria...

Este era muy preciso, un recuerdo de Day.

La brisa era refrescante contra mi cara, sonreí, mechones negros rizados se escapaban de mi agarre en lo alto de mi cabeza, rezaba para que aquel lazo azul que lo sostenía se deshiciese y saliese volando, así mamá no me regañaría.

Mis parpados cayeron al oír de nuevo la voz e Day, como era habitual me leía un cuento en nuestro jardín; ya que papá y mamá habían salido con Kinan de nuevo, dejándome al cuidado de los criados y sobretodo de Day. Eso me encantaba.

Day era muy divertido, mi modelo a seguir.

   — Alicia se quedó un rato contemplando pensativa la seta, en un intento de descubrir cuáles serían los dos lados y, como era perfectamente redonda...

Me perdí en las palabras de Day, de nuevo leía uno de los libros sagrados para nosotros, la historia para niños de nuestra salvadora, la Espadachín Blanca, la heroína con mi mismo nombre, mi nombre fue tomado por ella, al igual que el de muchas niñas. La mayoría por no decir todas se sentían orgullosas de llamarse Alicia o Alice, pero yo no.

   — Lily...Lily me estás escuchando...¡Lily!

   Sobresaltada le miré, ahí estaba el con el libro cerrado y mirándome con las cejas elevadas, pero también sonreía, Day decía que desconectaba mucho.

   — Pensando de nuevo en tu nombre, si no me equivoco ¿cierto?

   — Day eres adivino, no es justo; ya no sé cuántas veces me has leído esto, pero sigue sin parecerme justo, hay gato encerrado, mejor dicho —dice mientras hacía un puchero con mis mejillas.

   Le oí reír, me revolvió el cabello, soltándome más mechones negros de mi lazo, genial.

   — Esas expresiones no las debería de usar una niña de seis años, Lils.

   — La edad está sobrevalorada, Daylether Barris.

   Con el libro me dio en la cabeza, odiaba que le llamase de aquella manera, sonreí.

   — Tu cállate Alice Clarisse, ¿Por qué no haces cosas de niños de tu edad? Por ejemplo como jugar con juguetes o algo así, yo a tu edad jugaba con coches de juguete.

   — Esas cosas infantiles no me interesan Day, el mundo cambia y hay que adaptarse a él, ahora sigue con la lectura.

   Day volvió a reír, y siguió con la lectura, su voz que comenzaba a cambiar por la edad era relajante. Y así siguió la lectura, me perdía en mis pensamientos mientras que Day seguía leyéndome aquella historia de nuestra heroína.

Day...

No entiendo porque ahora me acordaba de Day, de aquellos recuerdos hace mucho tiempo, esos recuerdos que me esforcé tanto en olvidar por el dolor que sentía cuando nos comunicaron la definitiva suposición de que Day había muerto.

Pero ahora no eran los momentos precisos para acordarse de aquellas cosas, ahora no. Siento un escalofrío.

Sentí frío en la parte inferior de mi espalda y todos los músculos de mi cuerpo se quejaban sin descanso, eso fue lo primero que sentí antes de abrir los ojos. Al abrirlos lo único que vi fue negro, una densa capa de oscuridad, no pude ver donde me hallaba hasta que mi vista consiguió acostumbrarse.