Capítulo 6. Lobos de metal.

2.5K 190 6
                                    

Capítulo 6

Lobos de metal

Mi respiración no podía ser más agitada, intentaba no mirar hacia atrás, pero oía aullidos cada vez más cercanos, pensé en subirme en un árbol pero descarté enseguida la idea, si me encontraban no tendría salida excepto suicidándome tirándome del árbol. Lo único que podía hacer era correr, lo más rápido posible.

Gracias a Lirio, Rosa y Margarita no tengo ningún tirón en los músculos, ni tampoco las heridas graves que me había causado antes, estaba en plena forma. Sonrío un poco, pero enseguida borro la sonrisa, en estos momentos no debo sonreí, por el amor de los grifos, me están persiguiendo. Me muerdo el labio inferior, podría plantarles cara, eso no supondría ningún problema.

Casi me detengo al ver lo de mi alrededor, es precioso, no es como la otra parte del bosque, los troncos de los árboles son como de cristal azul brillante, la hierba que se encuentra bajo mis pies cruje, también es azulada y brillante. Quiero detenerme y contemplar maravilloso paisaje, nunca antes he visto algo tan magnifico en la ciudad Azul, todo allí era simétrico. Los brazos me pesan un poco al igual que las piernas, no sé cuánto abre corrido en un momento, pero ahora no importa.

Entonces vuelvo a escuchar los aullidos a mi espalda, aún más cerca que la última vez.

Corro más rápido, recuerdo entonces lo que me ha dicho Lirio. Que debo desprenderme de mi esencia Espada, se a lo que se refería, pero no puedo hacer eso. Desde siempre, desde que tenía tres años me han metido en la cabeza la idea de que no debo ser diferente, no debo aceptar esa "malformación" mía, que si lo hacía me acabarían matando. Pero ahora todo es diferente, estoy sola y puedo ser como yo quiera, pero no puedo, no es tan fácil como decirlo, me da miedo.

Siento las piernas calientes al igual que mis brazos, una fina capa de sudor va pegando mis andrajosas ropas a mi piel, no sé cuánto tiempo llevaré corriendo, puede que una hora o más, no lo sé. Porque mi reloj de la muñeca se rompió cuando atravesé el túnel de El Muro, al igual que casi todo, la goma para el cabello también, ahora mi cabello estaba sujeto con un trozo de tela de mi camiseta interior.

No sé qué hacer, no quiero renunciar a mi ausencia Espada, es algo que no puedo hacer pase lo que pase.

Entonces veo un pequeño destello a mi izquierda, como un destello de metal, entonces volteo, a mi lado, a unos escasos metros de distancia corre un gigantesco lobo gris, tan grande como un caballo, puede que más; es y no es un lobo, parece un lobo, pero tiene la piel algo moteada y brillante, como si estuviese bañado en plata.

De nuevo oigo un aullido, esta vez a mi derecha, otro lobo, este de pelaje marrón oscuro, pero con el mismo brillo de plata. Y entonces decido mirar hacia atrás, no debí haberlo hecho, pero aun así lo hice; a mis espaldas había otros seis lobos.

Intento correr más rápido, pero en ese momento las piernas comienzan ya a tirarme, rogando que me detenga, las ignoro y corro más rápido.

Necesito ir más rápido, más...

Siento el aire chocar contra mi cara de forma cortante, hace daño, no importa, aprieto los dientes con fuerza, no permitiré que unos lobos me devoren, hoy no. Noto como el lobo que se encontraba a mi izquierda vuelve a situarse junto a mí, oigo un chasquido continuo, un chasquido como metálico. El lobo mientras corre se va acercando a mí, me muestra sus enormes dientes tan grandes como la longitud de mi mano.

Con rapidez saco a relucir la cadena y le golpeo en el rostro lobuno. Nunca he sido propensa al daño animal, pero en esta ocasión lo requiere. Casi tropiezo, pero al ver lo que vi en ese momento sorprendía.

VillainsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora