Garabato enamorado

Bebé en gestación

Bebé en gestación

Harry desayunaba tranquilamente cuando sintió que dos personas se sentaban a cada lado, sonrió para sí mismo, esperando que eso significara que sus amigos por fin querían volver a estar con él. Pero Hermione colocó un periódico frente a él, con los titulares:

"Gran Escándalo Social"

No quiso leer el contenido, había una fotografía suya abarcando media página, comprendió que la nota seguramente estaba centrada en él.

— ¿Qué quieren que les diga? —preguntó encogiéndose de hombros—. No es la primera vez que aparezco en El Profeta.

— Hace unos meses, Harry... —comenzó Hermione con calma—... dijiste que darías todo porque se olvidaran de ti. Deseabas una vida tranquila, sin presiones de nadie, y ahora que por fin lograste terminar con Voldemort, te complicas la existencia de la manera más absurda.

— No es absurdo estar enamorado, Hermione. —aseguró mirando los ojos marrones de su amiga

—. Y si leíste todo, espero que hayan mencionado el hecho de que me he casado. —agregó mostrando su anillo con profundo orgullo—. Y me casé con la mejor persona que pude encontrar

— No has buscado mucho. —murmuró Ron tímidamente del otro lado.

— No necesito buscar más. —respondió Harry girándose hacia él—. He sido afortunado de que la vida me lo pusiera en mi camino tan pronto.

— No es muy pronto para él. —aseguró ahora Hermione—. Escucha, Harry, no queremos que nos malinterpretes, tanto Ron como yo estaríamos felices si creyéramos que eso te daría lo que mereces. Pero ustedes dos son tan desiguales, el Profesor Snape es demasiado mayor para ti, además está el hecho de que fue mortífago, que tiene un pasado con Malfoy y un hijo con él... son cosas que no puedes ignorar.

— Y que tampoco deseo hacerlo, Hermione, todas esas cosas son lo que hacen de Severus lo que es hoy, el hombre de quien me enamoré.

— Creo que no es amor, es una bonita ilusión nada más, Harry, una forma desesperada de querer vivir rápido... y te darás cuenta cuando debas enfrentarte a ese pasado de Snape.

— ¿A qué te refieres con exactitud, Hermione?

— A compartirlo, Harry, y no me refiero a que te sea infiel, no. Lo que digo es que llegará el día en que no podrá estar contigo por cumplir con el otro niño, llegará el momento en que tendrás que quedarte solo en casa mientras él está con su otra familia.

— No voy a hablar más de esto, si no quieren entenderme, lo lamento mucho... pero no abandonaré a Snape, que no se les olvide que yo también espero un hijo de él.

— Te apresuraste demasiado, Harry. —comentó Ron en un lamento—. Hubiera sido mejor que te tomaras tu tiempo, disfrutaras de tu juventud, salir a fiestas con nosotros... Ahora ni siquiera podrás estudiar, la escuela de Aurores no admite embarazos por el peligro que significa.

— Estudiaré después, no me voy a morir por un año o dos que pierda.

En ese momento entraron las lechuzas llevando el correo. Hermione suspiró tristemente, y tomando el periódico lo enrolló para guardarlo.

— Bien, Harry... empieza ahora mismo tu nueva vida, justo aquella que no querías tener.

Harry contuvo la respiración, miró a su alrededor, muchos que estaban inscritos en el Profeta ya leían la noticia de primera plana, sus exclamaciones de asombro no se hicieron esperar y llamaban a más amigos a leerlas. No hubo quien no volteara a mirarlo, escandalizado por la noticia.