¿Que hiciste qué?
Harry gemía ansioso, se sentía en la gloria mientras Severus le apretaba tan fuerte que parecía querer fundir sus cuerpos, y no solo eso, se movía restregándose contra él, y al tener el control y la fuerza suficiente hacía que el cuerpo de Harry se moldeara al suyo.
El ojiverde estaba excitándose rápidamente, y no era para menos, cinco años de pura consolación manual no era demasiado satisfactoria. Moría por sentir a Severus nuevamente apoderándose de su cuerpo, hundiendo su carne hasta lo más hondo. Levantó una de sus piernas rodeando la cadera del mago, invitándole a hacer más que besarlo, él ya luchaba por poder introducir sus manos bajo la ropa y tocar la piel con la que había conocido el amor y la pasión.
Severus empezó a zafarle la camisa, y colocando ahora ambas manos sobre el trasero de Harry, le empujó hacia él mientras bajaba sus labios al cuello del ojiverde, succionando goloso la azucarada piel de su esposo.
— Harry... tenemos que hablar. —dijo sin interrumpirse.
— No hables... no ahora. —gimoteó Harry llevando sus manos de un lado a otro del cuerpo del ojinegro, desesperado por no poder tocar más de dos partes a la vez—. Dame... más.
Harry no quería escuchar nada, no quería sentir otra cosa que esa arrolladora ansiedad de volver a tener a su esposo a su lado. No necesitó decir más, Severus le levantó en vilo para luego hacerlo recostar sobre el sofá. Entonces pudo por fin introducir una mano dentro del pantalón de Harry satisfecho de sentirlo endurecido al máximo.
— Severus... vamos a otro lado. —pidió Harry—. Si llegara Remus...
— Están muy ocupados, no saldrán de su habitación.
— ¡Están en casa! —exclamó alarmado.
Harry se puso de pie de inmediato luego de liberarse de Severus, tenía el rostro enrojecido de vergüenza de pensar que podían haberlo oído, o peor aún, verlo.
— ¡¿Porqué no me dijiste que estaban aquí?!
— No preguntaste, además, ellos no saldrán, ya te dije. —aseguró acercándose para volver a besarle en el cuello.
— Eso no puedes afirmarlo. —respondió cerrando los ojos, disfrutando de la caricia—. Mejor vamos al castillo ¿sigues viviendo ahí, verdad?
— Sí, pero... ¿y Anthony?
— Está al cuidado de Luna.
— ¡¿Dejaste a nuestro hijo al cuidado de esa niña?!
— Ya no es una niña, y tiene dos hijos, así que sabe cuidar de ellos.
— No me convences, mejor vamos por Anthony antes de ir a Hogwarts... Además, nosotros tenemos mucho de qué hablar, por mucho que me muera por hacerte el amor, creo que nuestra relación tiene que quedar clara.
Severus tomó a Harry de la mano para ir hacia la chimenea, pero éste se rehusó firmemente. Al volverse a mirarlo, Severus notó en su esposo una chispa de preocupación en su rostro... algo que no le gustó nada.
— ¿Qué está pasando, Harry?
— No creo que sea buena idea que vayas conmigo a ver a Anthony... No aún. —le dijo tímidamente.
— ¿Y puedo saber porqué no?
— Pues, porque podría asustarse, no te conoce y la única vez que te vio las cosas no terminaron muy bien, Severus.
— De acuerdo, pero no vamos a estar así todo el tiempo. Tan sólo le diremos quien soy y ya.
— Es que, él no sabe quien eres.
— ¿Qué quieres decir con eso?
Harry quiso sonreír pero sólo consiguió una triste mueca, fue a sentarse de nuevo en el sofá, moviendo nerviosamente sus piernas.
— No le he hablado de ti. —confesó finalmente.
Severus se dejó caer hacia atrás, impactado por aquella revelación, de suerte que una silla le impidió irse hasta el suelo, pero no dejaba de ver hacia Harry sorprendido por sus palabras.
— Dime por favor que es una broma.
— No lo es, yo no podía decirle nada... no sabía cómo hacerlo. ¡Me dolía, Severus, aún me duele y simplemente me era imposible hasta pronunciar tu nombre!
— ¡Pero es mi hijo y no lo sabe siquiera!
— ¡¿Y qué esperabas?! —respondió sin poder evitar sonar rencoroso—. ¡Te acostaste con otro, me engañaste, y siendo que Anthony apenas tenía pocos días de nacido, no te importó nada para hacer tus asquerosidades con ese imbécil!
— ¡Tú puedes tener todo el odio que quieras para conmigo, puedes vivir reprochándome lo que sea, Harry, pero no tenías ningún derecho a sacarme por completo de la vida de mi hijo!... ¡Te lo llevaste así como así, y además de todo, le ocultas mi existencia!
— ¡Pues lo siento pero ya no hay vuelta atrás, no le dije y punto!
Severus volvió a ponerse de pie caminando de un lado a otro, hundiendo sus dedos entre sus cabellos, desesperado por la situación que jamás habría imaginado. Harry le miraba frunciendo los labios, tal vez hubiera sido una equivocación no hablarle de él a su hijo, pero no se mostraría arrepentido ni dolido, no era su culpa que tuviesen que separarse.
— Se lo dirás. —afirmó Severus deteniéndose para mirarlo.
— No.
— ¡Dije que se lo dirás!
— ¡Dije que no!
— ¡Potter!
— ¡Snape!... ¡No voy a provocar ningún trauma en mi hijo por nada ni nadie, ni siquiera... es decir, mucho menos por ti que ni lo mereces!
— ¡No mezcles las cosas, mi hijo no tiene nada que ver!
— ¡Eso lo hubieras pensado antes!... ¡¿O te acordaste de él mientras te acostabas con Malfoy?! —le reprochó poniéndose de pie para enfrentarlo.
— ¡Basta ya, Harry!... De nuestros problemas hablaremos cuando quieras y cuanto quieras, pero con mi hijo es diferente, si no se lo dices tú, se lo diré yo.
— Si lo haces, te mato, ¡te lo juro!
— No serías capaz. —respondió sonriendo mordaz.
— ¿Quieres probarme?
Severus tomó a Harry por los hombros, tuvo tantos deseos en ese momento de darle una buena sacudida, le exasperaba su mirada retadora, pero jamás podría, a pesar de su testarudez lo amaba como a nada en el mundo.
— Déjame decírselo... —suplicó cambiando radicalmente de actitud—... por favor.
Harry titubeó un segundo, sabía que Severus no sería capaz de llegar a golpearlo pero se sorprendió de desearlo, quizá así podría finalmente odiarlo con el alma, sin embargo, ahora volvía a hablarle tan dulce como en sus mejores tiempos, y sintió su estómago encogerse, doliéndole tanto la tristeza de su mirada.
— No puedo, Severus... es demasiado pequeño para darle una noticia así.
— ¿Y qué le decías cuando preguntaba por su otro padre? —quiso saber.
— Más bien, una vez preguntó por su madre. —respondió sonriendo nervioso—. Estuvimos viviendo con Ron y Hermione en la India. —agregó cuando Severus le miró intrigado—. Ellos se casaron y tienen un niño, por eso piensa que hay un papá y una mamá siempre. Y no le dije nada, es un pequeñito de cinco años, se conformó con saber que sólo tenía un papá y que lo quería por dos.
— ¡Ay, Harry, que hiciste!
— No, Severus, qué hiciste tú. —volvió a reclamar—. No intentes culparme a mí porque hice lo único que podía y tú no puedes reprocharme nada, no fui yo quien destruyó nuestro hogar, ni fui yo a quien no le importaron nuestros planes de vida... ¡No fui yo!
Harry separó las manos de Severus de sus hombros, apretó fuertemente los labios antes de salir usando la puerta, no iba a permitir que su esposo supiera dónde encontrarlo, y por lo mismo se aseguró de no llevar ningún hechizo de localización encima antes de desaparecer. Severus se quedó unos minutos en el mismo lugar, con los puños apretados de dolor e impotencia.
¡Pero no se dejaría vencer!... Pensó levantando la vista con determinación, no iba a rendirse, creyó haber perdido a su familia, pero si Harry aun le amaba como acababa de demostrarlo, no dejaría ir esa nueva oportunidad.
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Garabato enamorado
FanfictionEmpieza casi siempre con una mirada, o con un pensamiento en común... y termina siendo un profundo amor que puede ser capaz de derrotar al mundo entero por sobrevivir. El corazón tiene un espacio infinito que a veces, no siempre es ocupado por sólo...