NUEVE

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Jughead despertó y ahí se dio cuenta de que se había quedado dormido junto a Ethan en la cama, y despertó porque el niño lo hizo despertar.

—Joget durmiendo— Habló Ethan, agarrando el cabello de Jughead. —Despierta—

Jughead se sentó sobre la cama y miró al niño. —Hola pequeño. ¿Qué hora es? ¿Dormiste bien tu siesta?—

—Si, jugar— Pidió, bajándose de la cama y corriendo a la sala.

Jughead suspiró, levantándose de la cama y siguiendo al niño. —Ven aquí Ethan—

Lo alcanzó y lo tomó en sus brazos, y el niño empezó a reír, haciéndolo reír a él también hasta que su celular sonó.

Él dejó al pequeño en el piso y sacó su celular del bolsillo, viendo una llamada de Betty que le aceleró el corazón.

—Es tu mamá amigo— Le dijo al niño, emocionado, tomando la llamada enseguida.

En la llamada...

—Betty... ¿Como te fue?— Le preguntó el.

Betty suspiró, aliviada. —Muy bien, mamá está bien. Solo se quedó inconsciente y tiene algunos rasguños, pero esta bien y estoy en su casa, con ella—

—Hey... esas son buenas noticias Betty— Admitió Jughead, aliviado también.

—¿Mi bebé no te dio muchos problemas? ¿Está despierto? ¿Está ahí?— Preguntó la rubia, ansiosa.

—Está justo aquí— Avisó Jughead, tomando al niño con su brazo libre. —Saluda a mami campeón—

—¡Mami!— La llamó Ethan, emocionado. —¡Mami! ¡Mami! ¡Mami!—

—¡Bebé!— Exclamó Betty, emocionada. –Mi amor, perdón por dejarte pequeño. Te extraño mucho mucho—

—Mami, ven— Le pidió el niño, amenazando con llorar.

—Oh no bebé, no llores. ¿Estás ahí, Jughead?— Le preguntó Betty.

—Sigo aquí— Afirmó Jughead. —¿Que pasa?—

—Mi mamá quiere ver a Ethan y también te quiere conocer a ti. ¿Si te envío la ubicación puedes venir?— Preguntó la rubia.

—Pero claro, claro que si— Aseguró el ojiazul. —¿Ahora?—

—Si puedes, claro— Aclaró la ojiverde.

—Pero por supuesto. Envíame la ubicación y estaré allá con el niño enseguida— Dijo Jughead.

—Oh Jug... gracias, de verdad— Le agradeció. —Ahora te la envío—

—Bien, nos vemos allá– Contestó Jughead, con una sonrisa involuntaria.

Fin de la llamada.

Jughead colgó aquella llamada con una sonrisa y miró al niño. —Vamos a ver a tu mamá y a tu abuela, chico— Le dijo, con él en sus brazos.

—¡Mami! ¡Abuela!— Exclamó, feliz.

Jughead sonrió y salió del apartamento con el niño. Entró a su auto, el cual había dejado frente al apartamento de Betty, sentó al niño atrás, asegurándose de que tuviera su cinturón, y fue al asiento del conductor para ir hacia la dirección que le dio Betty.

Él miró al pequeño por el espejo retrovisor y sonrió cuando vio lo feliz que estaba, mirando por la ventana del auto. Sabía que ya iba a ver a su mamá y a su abuela.

Un Tesoro Inesperado •Bughead• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora