—¿Estas diciendo que quieres terminar conmigo?— Le preguntó, con miedo a su respuesta.
Betty tomó aire, cerrando los ojos. —No quiero terminar contigo porque te amo, Jug. Pero no quiero que sigas pasándote la vida tratando de reparar la mía cuando no se puede Juggie. Estoy rota y simplemente no se puede—
—¿Pero por qué no? Betty, te amo. No me hagas esto— Suplicó Jughead, mirándola con los ojos cristalizados. —Quiero estar contigo. Quiero estar con Ethan. ¿Qué pasará con nosotros Betty?—
—No lo se Jug. No lo se, pero no estás obligado a estar conmigo y mucho menos con Ethan—
—Eso ya lo se. Pero quiero reparar las cosas porque no estoy con ustedes por obligación. Estoy con ustedes porque quiero, porque ustedes son mi tesoro Betty— Aseguró, dejando un pequeño beso en sus labios. —No quiero volver a caer en la oscuridad de la soledad. No me dejes caer de nuevo Betty, por favor— Suplicó.
—Y yo no quiero arrastrarte a mi oscuridad, Juggie— Expresó Betty, juntando su frente con la de él y cerrando los ojos.
Sus frentes unidas, sus ojos cerrados, sus respiraciones chocando en un mismo espacio y un niño pequeño jugando a su lado, distraído en su mundo infantil.
Dos corazones necesitados, se necesitaban el uno al otro para poder salvarse, pero algo los separaba, una barrera invisible.
—Por favor intentémoslo una vez más. No quiero dejarte caer otra vez— Suplicó el ojiazul en voz baja, acariciando su mejilla.
—Creo que deberías irte— Pidió Betty, separándose y mirándolo. —Vete, Jug— Sollozó.
—No te dejare sola amor— Sentenció, con una lágrima deslizándose por su mejilla. —No me alejes—
—Por favor vete antes de que me arrepienta. Será lo mejor para los dos— Aseguró Betty, poniéndose de pie y bajando la mirada, sin poder mirarlo a la cara.
Jughead suspiró, poniéndose de pie y limpiándose las lágrimas. —¿Eso quieres? Bien... bien. Entonces me iré, pero no creas que siempre que me rechaces voy a volver como un perro arrepentido. Espero que sepas lo que quieres en realidad—
—Debes entender que esto no se trata solo de ti, de nosotros. Mi hijo está en medio y es todo lo que me importa— Aseguró Betty, mirándolo con las lágrimas saliendo sin control de sus ojos.
—Ethan también me importa aunque no sea mi hijo y aunque tú no lo creas— Contestó Jughead, dolido, dando la vuelta para irse.
Ethan no tardó en saber que Jughead se estaba retirando. Se puso de pie lo más rápido que pudo y se abrazó a una pierna de Jughead, empezando a llorar.
—¡No! ¡No Joget!— Gritó Ethan mientras lloraba, abrazado a la pierna del ojiazul.
—Ethan, ven aquí en este momento hijo— Exigió Betty, mirando a su hijo con los ojos llenos de lágrimas.
—Yo me encargo— Avisó Jughead, alejando al niño de su pierna con cuidado para luego agacharse hasta quedar a su altura. —Escucha, pequeño. Necesito que por favor te portes muy bien como siempre lo haces. ¿Vas a portarte bien, amigo?—
Ethan asintió, con sus pequeñas mejillas empapadas de lágrimas, abrazando a Jughead. —Papi—
—No sabes como me gustaría serlo en realidad— Aseguró el ojiazul, abrazando al niño y besando su cabeza. —Te amo. Hasta pronto— Se despidió, poniéndose de pie para irse.
—¡Papi!— Le gritó el niño a Jughead, llorando mientras lo veía irse.
Jughead salió del apartamento sin mirar atrás ni por un momento, porque sabía que se iba a quebrar si veía a ese pequeño niño llorar así.
Que Ethan empezara a llamarlo "Papi" lo llenaba de tantas emociones que lo abrumaban tanto a él como a Betty.
Él entró a su auto, y golpeó el volante para desquitar tanta frustración, tirando su cabeza hacia atrás mientras lloraba en silencio.
Y en ese apartamento había dejado a un pequeño niño llorando desconsoladamente, abrazado a su madre.
Lo que ese niño no sabía es que su madre estaba igual de rota que él, sintiendo que el pecho le dolía, pero obligada a hacerse la fuerte para poder darle un poco de consuelo a su pequeño.
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Jughead fue a casa de su buen amigo Archie Andrews para buscar un consejo, ya que a éste le estaba yendo muy bien en el amor. Hace poco había tenido a su primer hijo junto a Verónica y se mudaron juntos con su bebé Liam Andrews Lodge, al cual Betty, Jughead y Ethan visitaron desde que nació.
Cuando el pelinegro tocó la puerta de la gran casa de su amigo, éste le abrió la puerta y lo recibió con un abrazo.
—Hace días que no venías amigo— Dijo Archie mientras entraba a la casa junto a su mejor amigo.
—El que está perdido eres tú, papá— Contestó el ojiazul, mirando a su mejor amigo con orgullo. —Estoy orgulloso—
—Yo también— Admitió el pelirrojo, sentándose en un sofá de la sala. —Siéntate y cuéntame. ¿Que pasó? Hace apenas unos días tu, Betty y el pequeño vinieron a conocer a Liam. ¿Están bien?–
Jughead suspiró, pasándose una mano sobre la cara. —Rompimos—
—¿Que? ¿Por qué?— Preguntó Archie, atónito. —¿Pero como? Estaban tan bien...
—Miren quien despertó— Habló Verónica con una sonrisa, acercándose a los chicos con su bebé en brazos y dejándolo en brazos de Archie para luego mirar a Jughead. —Hey, el tío Jughead está aquí—
—Que gusto verte, mamá— Respondió Jughead, divertido.
—Mira a mi mayor orgullo— Dijo Archie, dejando ver a su hijo.
Jughead se detuvo a mirar al bebé de su mejor amigo. Un niño de ojos negros y grandes y una cabellera idéntica a la de Archie. Él sonrió, pensando en qué pasaría si tuviera algo así con Betty.
—Liam, acabas de inspirar a tu tío para tomar una decisión— Le habló el pelinegro al bebé con una sonrisa, poniéndose de pie.
—¿A donde vas?— Le preguntó Verónica, extrañada.
—Acabas de llegar— Le recordó el pelirrojo.
—Lo se, lo siento. Pero tengo una idea. Ahora debo hacer algo importante— Contestó Jughead, corriendo hasta salir de aquella casa.
Archie y Verónica se quedaron extrañados mientras Jughead se iba a hacer algo por la familia que se había ganado.
¿Y éste que va a hacer? 🤔Samy ❤️
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Un Tesoro Inesperado •Bughead•
FanficUn chico solitario y sin rumbo y una chica rota se conocen, y juntos encuentran su tesoro inesperado de una manera que no imaginaron.