Pasaron semanas en las que Betty y Jughead se distanciaron. Sentían que lo necesitaban para poder procesar las cosas que les estaban pasando y pensar.
Igual él se mantuvo pendiente a ella y a Ethan, porque el pequeño no podía estar sin verlo, y Jughead tampoco podía estar sin ver a ese niño. Y ahora con el embarazo de Betty, él estuvo aún más pendiente.
Pero habían cosas que hablar, cosas qué tratar. Tenían que decidir qué opción era la mejor, porque además de Ethan ahora venía un bebé que estaba en medio de todo esto también.
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Betty iba caminando por el parque ella sola. Ethan estaba con Alice, y ella aprovechó para pasar tiempo sola, algo que hacía con mucha frecuencia últimamente.
Se sentó en un banco y se dedicó a mirar desde lejos a los niños que iban al parque con sus padres a jugar. Sonrió recordando a su hijo y se preguntaba qué pasara ahora con un segundo bebé.
Alguien le tapó los ojos, sorprendiéndola y asustándola al mismo tiempo. —¿Juggie?—
—No... ¿Quien carajos es Juggie?— Preguntó una voz que le causó escalofríos a la ojiverde.
Betty se apartó de esa persona y se puso de pie rápidamente, encontrándose con la intimidante figura del padre biológico de su hijo.
Automáticamente sus manos empezaron a temblar y sus nervios aumentaron de golpe, acelerando su respiración.
—¿Feliz de verme, muñeca?— Preguntó el rubio, posando una mano en la mejilla de Betty.
—Suéltame— Exigió Betty, apartando la mano de Brett de su cara. —¿Que es lo que quieres? ¿Por qué volviste? Déjame en paz—
Brett tomó aire, mirándola con una sonrisa macabra. —Escucha, linda. He estado pensando. Me mudé aquí en Nueva York otra vez y estoy bastante solo. Por eso me gustaría que tú... que tú me recibieras... no se. Después de todo tienes un hijo que me pertenece—
—¿Estas loco? ¿Para qué quieres volver conmigo? Tú me violaste. Me lastimaste y solo te fuiste. Lo único que te agradezco fue haberme dando a mi hijo, el amor de mi vida. Pero de ti no quiero nada y a mi hijo no te le acerques— Exigió Betty, mirándolo mal.
—Oh linda, vamos. Piénsalo. Podríamos ser una familia. Tu, yo, el pequeño. Nuestro hijo Elizabeth—
—Nuestro no. Ethan es solo mío— Aseguró la ojiverde, mirándolo con los ojos ya cristalizados. Estar frente a frente con ese tipo la lastimaba.
—No puedes negar que ese niño tiene mi sangre, Betty. Y más vale que hagas lo que te pido si no quieres que te quite al mocoso ese— Advirtió Brett, tomando el rostro de la chica entre su mano, con violencia.
De repente alguien le lanzó un puñetazo a Brett, casi tirándolo al suelo, y Betty vio a Jughead ahí, mirando con odio a ese hombre.
—Quita tus manos de ella y mejor vete, maldito cobarde— Exigió Jughead, apretando los puños, enojado.
Brett se puso de pie, soltando una risa malévola y macabra, mirando a Jughead. —Tu otra vez. ¿Crees que por estar revolcándote en la cama con esta zorra puedes...?—
Jughead le lanzó otro puñetazo, enojado. —¡Te acercas a ella o al niño otra vez y juro que voy a matarte!— Le gritó.
—De acuerdo, imbécil. Pero tengan cuidado. Cuando menos lo esperen van a lamentar todo esto— Aseguró Brett, mirándolos mal para luego alejarse, enojado.
Betty suspiró, dejando caer las lágrimas que estaba conteniendo, y Jughead la abrazó, pegándola a él y rodeándola con sus brazos.
—Está bien, está bien. Ya pasó, tranquila— Besó su cabeza, rodeándola con sus brazos.
—No entiendo por qué aparece justo ahora Jug. ¿Será que nunca me dejará en paz?— Preguntó, llorando en sus brazos, aferrándose a él.
—Llama a la policía Betts. Ese tipo puede ser peligroso para ti y para el niño— Opinó Jughead, separándose y mirándola, con el rostro de la rubia entre sus manos. —¿Estas bien? ¿Te hizo daño?—
Ella negó y se sentó de nuevo en el banco, cubriéndose la cara con ambas manos.
Jughead se sentó a su lado y empezó a acariciar su espalda. —¿Como vas con el embarazo? ¿Ya fuiste al medico?—
Betty asintió, mirándolo. —Ya me decidí—
—¿Que decidiste?— Preguntó el ojiazul, con algo de miedo a su respuesta.
Betty tomó aire. —Quiero tenerlo. Estoy asustada, no estoy preparada, pero quiero tenerlo—
Jughead sonrió y su rostro se iluminó, y abrazó a Betty. —¡Eso es genial! ¡Tendremos otro bebé!—
Betty se separó del abrazo y lo miró, confundida. —¿Otro bebé?—
—Claro, Ethan es el primero— Le recordó, tomando aire. —Betty, pero de verdad pienso que tú y Ethan están en peligro con ese tipo. Deberías... deberías denunciarlo. El abusó de ti, desapareció y ahora está amenazándote y acosándote—
—El no es tan peligroso como crees— Opinó Betty.
—¿Que no? Él te violó, Betty. ¿Crees que eso es poco? Nadie sabe de lo que puede ser capaz— Dijo Jughead, preocupado, poniendo una mano sobre la de ella.
—No quiero recordar eso. No quiero... no quiero mas problemas— Contestó Betty, limpiándose las lágrimas.
Jughead la abrazó y la pegó a él. —Ya pasó, tranquila. Pero... ahora llevas un bebé nuestro dentro de ti y quiero saber si me dejarás...
—Está bien, es tu bebé. Podrás participar en su vida como quieras. ¿Bien?— Le aseguró, separándose y mirándolo con una sonrisa. —Ya Ethan no puede estar sin verte y tu no puedes estar sin ver a Ethan. No debería ser diferente con este bebé—
Jughead sonrió. —Gracias Betty. Pero... no quiero solo ser parte de la vida de los niños. Quiero... quiero estar en la tuya, amor—
Betty suspiró, bajando la mirada. —Jug... sabes lo que...
—Quiero que sepas que no me importa por lo que has pasado o lo que te trauma. Lo único que quiero es estar contigo y formar una familia contigo y con ese maravilloso niño que tienes. Y ahora también con nuestro bebé— Suplicó, mirándola. —Por favor déjame entrar nuevamente. Te amo—
Betty sonrió, con los ojos cristalizados. Estaba extremadamente sensible. —También te amo—
😍😍 ¿Que dicen? ¿Reconciliación Bughead?Samy ❤️
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Un Tesoro Inesperado •Bughead•
FanfictionUn chico solitario y sin rumbo y una chica rota se conocen, y juntos encuentran su tesoro inesperado de una manera que no imaginaron.