SEIS

303 36 27
                                    

—Vine a disculparme, Betty— Respondió, mirándola mientras tomaba al niño en sus brazos.

Betty lo miró, haciendo un silencio. —¿Disculparte? ¿Por qué? No pasó nada— Negó y miró a Ethan en brazos del chico. —Ethan, ya ven con mami—

Ethan se aferró al cuello de Jughead. —Joget—

—Está bien, déjalo. Pero... enserio debo disculparme contigo y no me digas que no pasó nada porque si pasó— Aseguró el ojiazul.

Betty suspiró. —Lo siento. La que debe disculparse soy yo por comportarme así esa noche—

—No, yo debo disculparme porque considero que fui un poco atrevido respecto a algunos aspectos personales de tu vida y creo que hay cosas que prefieres guardarte y está muy bien, de verdad, no hay ningún problema— Aseguró Jughead, dejando al niño en el piso y mirando a Betty. — Ahora solo te pido un pequeño favor y por favor acepta mi propuesta—

Betty alzó una ceja. —¿Cual propuesta?—

Jughead tomó aire. —Acepta salir conmigo Betty. Ya sea con el niño, sin el niño o como tú quieras pero por favor acepta salir conmigo para remediar eso— Suplicó.

Betty se quedó pensándolo, pero vio en sus ojos que de verdad deseaba otra oportunidad, que de verdad estaba arrepentido.

—Si tu y Ethan no están haciendo nada ahora... podríamos ir a la heladería. No es la salida perfecta, pero al menos déjame intentarlo y así aprovechamos para que el pequeño pueda disfrutar de los helados que tanto le gustan. Betty... por favor— Suplicó Jughead.

—¡Si! Mami... Joget, helado mami— Pidió el menor, mirando a su madre.

—¿Ves? Ethan está de acuerdo. Betty por favor...— Insistió.

Betty suspiró, rendida. —Bien. ¿Vigilas a Ethan un momento? Voy a cambiarme—

—Oye, no— Negó Jughead, tomándola delicadamente del brazo. —Así estas perfecta—

—¿Tu crees?— Le preguntó Betty, insegura, mirándolo. — A Ethan lo bañé hace poco, pero yo...

—No, Betty. Así estas perfecta. Ven— Le pidió.

—Mami, mami... vámonos— Suplicó el niño, mirándola con sus grandes y curiosos ojos verdes.

—Está bien. Vámonos bebé— Le dijo Betty a su hijo mientras sacaba las llaves de su bolsillo y cerraba la puerta del apartamento.

—Allá vamos pequeño— Le dijo Jughead al niño, tomándolo en sus brazos y subiéndolo a sus hombros.

Ethan estaba feliz. Ama pasar tiempo con Jughead porque los dos se divierten muchísimo. Él iba riendo mientras el ojiazul lo cargaba en sus hombros en lo que llegaban a la heladería.

Betty los observaba y aún no podía creer como su vida y la de su hijo había cambiado últimamente gracias a Jughead. Nunca conoció a un hombre tan bueno como él.

Llegaron a la heladería y pidieron para el niño su helado de chocolate y Betty prefirió un helado de fresa, mientras que Jughead no era muy fanático del helado y no pidió nada.

Se sentaron en una mesa de esa gran heladería, los tres. Betty con el niño en su regazo, dándole el helado mientras Jughead solo los observaba y les hablaba.

—Déjame darle a él el helado y tu ve probando el tuyo— Se ofreció Jughead, tomando el helado de chocolate para dárselo al pequeño.

—Pero no es...

—Betty, está bien aceptar algo de ayuda de vez en cuando. Así que tú te comerás tu helado y yo se lo daré a Ethan— Sentenció Jughead, tomando una cucharada del helado de chocolate y dándosela al niño. —Ethan, mira, aquí tienes—

Un Tesoro Inesperado •Bughead• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora