Betty sonrió, con los ojos cristalizados. Estaba extremadamente sensible. —También te amo—
Jughead sonrió. —Entonces déjame volver, Betts— Le pidió, acercándose.
Ella también se acercó y ambos unieron sus labios en un beso cariñoso y tierno que los transportó a otra dimensión en la que solo existían ellos dos, rodeados de luces, estrellas y brillo.
Cuando se separaron, se quedaron con los ojos cerrados y las frentes unidas, y para cuando los abrieron, uno se encontró con la mirada profunda del otro.
—¿Eso fue un sí?— Le preguntó el ojiazul a la rubia, acariciando su rostro mientras la miraba fijamente.
Betty apartó su mirada de la de él, mirando hacia otro lado. —Jug... yo... yo te amo, Juggie— Aseguró, volviendo a mirarlo. —Por eso no quisiera que tengas que... ¿Que te parece si lo hablamos después?—
—¿Que? ¿Por qué después?— Preguntó el pelinegro, un tanto decepcionado, mirándola.
—Porque ahora debo recoger a Ethan— Contestó, poniéndose de pie. —¿Quieres venir?—
—Por supuesto. No veo a ese enano desde temprano— Aceptó, poniéndose de pie y a su lado, con una sonrisa.
Betty sonrió y ambos empezaron a caminar, y sin saber como, terminaron tomándose de las manos mientras caminaban. Aún debían hablar sobre su relación, pero eso no obviaba el hecho de que se amaran y se sintieran bien el uno con el otro.
—¿Sabes? Estuve pensando cuando vi a esos niños jugando en el parque— Admitió Betty, aún caminando al lado del pelinegro.
—¿En que estabas pensando?— Le preguntó el, mirándola, caminando a su lado.
—Pensando en mi bebé— Contestó, con una sonrisa. —Voy a tener a otra mini versión mía y en vez de llevar a solo un niño al parque a jugar, voy a llevar a dos—
Jughead sonrió, sin dejar de mirarla. —Una mini versión nuestra. Recuerda que también es mi bebé—
Betty sonrió, mirándolo. —Claro, pero insisto en que se va a parecer a mi—
Los dos rieron y luego continuaron caminando en silencio. Un silencio cómodo, un silencio acogedor. A veces no era necesario hablar tanto cuando estaban juntos así.
Llegaron a la casa de Alice y desde afuera podían escuchar las risas del niño y las de su abuela. Al menos Betty tuvo la fortuna de tener todo el apoyo de su madre en ese proceso de tener a su hijo, porque Alice amaba con todo su ser a su nieto.
Betty se acercó a la puerta principal de la casa con el ojiazul tomado de manos y tocó suavemente. —¡Bebé! ¡Mami llego! ¡Adivina a quien te traje!—
—¡¿Como estas chico?!— Le preguntó Jughead al niño desde afuera.
Los dos sonrieron cuando escucharon lo mucho que se emocionó el niño y cuando Alice le abrió la puerta principal, el pequeño sonrió y se lanzó a los brazos de Jughead.
Éste lo tomó en sus brazos y le llenó la cara de besos. —¿Te portaste bien, peque?—
—Sí papá— Aseguró el menor, aferrándose a él en ese abrazo.
Jughead sonrió y continuó llenándole la cara de besos, en ese abrazo en el que se podía sentir ese amor padre e hijo, aunque no de sangre.
Alice se acercó a Betty con una sonrisa. —Veo que Ethan si tiene papá, linda— Le susurró.
Betty sonrió, mirando a su madre, y continuó viendo a Jughead darle todo su amor al niño. —Estoy segura de que el bebé que llevo ahora dentro de mi tendrá al mejor padre de todos—
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Un Tesoro Inesperado •Bughead•
FanfictionUn chico solitario y sin rumbo y una chica rota se conocen, y juntos encuentran su tesoro inesperado de una manera que no imaginaron.