VEINTITRÉS

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El tiempo que Betty y Jughead pasaban juntos era un tiempo que los dos disfrutaban como nada en el mundo junto al pequeño Ethan.

Ethan estaba siendo más feliz que nunca, sintiendo el amor y el calor de una familia y con lo más cercano a una figura paterna que tuvo en su vida.

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No todo era salir a solas en las noches o salir en un auto. Betty y Jughead caminaban por la ciudad, ambos tomando de la mano a Ethan, quien iba en medio de los dos, feliz, sintiéndose pleno y acompañado.

Iban mirándose mientras llevaban al niño tomado de manos, con sonrisas enamoradas. Todo estaba siendo tan perfecto que no parecía real.

—Helado, helado— Dijo Ethan, dejando de caminar y señalando la heladería. —Quiero—

—Ya oíste al niño. Quiere helado, Betty— Le dijo Jughead a la rubia, divertido, tomando al niño en sus brazos y besando su mejilla.

Betty sonrió, rendida. —Está bien, compremos tu helado mi amor—

Ethan aplaudió, feliz, y los tres entraron a esa heladería en la que se habían conocido, en donde empezó todo.

Llegaron al mostrador y pidieron helado para el niño y también para ellos dos, y fueron a sentarse en una de las mesas mientras esperaban su helado.

—Me encanta este lugar. Es el lugar favorito de Ethan desde que tuvo edad para comer helado— Admitió Betty, con una sonrisa.

—Helado, helado— Exclamó el menor, feliz, aplaudiendo en el regazo de Jughead.

—Si, tu postre favorito pequeño— Respondió Jughead, despeinando la cabellera del niño con una sonrisa.

En eso les llevaron los helados y Jughead empezó a darle al niño su helado mientras él comía el suyo y Betty también, mirando a sus dos chicos con una sonrisa.

—Abre grande chico. Ahí viene— Le dijo el ojiazul al niño, acercándole la cuchara con helado.

Ethan la rechazó y el solo tomó la cuchara, echándose un bocado de repente y arrugando la cara por lo frío que estaba.

—Oh mi niño... quiere comer solito— Dijo Betty, con una sonrisa mientras comía su helado de fresa.

—Está frío pequeño. Te dije que tenías que comer despacio— Le dijo Jughead, con una sonrisa divertida.

Ethan amenazó con llorar, enojado, y abrazó a Jughead. —Papi...— Sollozó.

Betty suspiró. —Ethan, amor... Jughead no...

—Espera Betty— La interrumpió Jughead, mirándola. —Está bien, es solo un niño. Además no es la primera vez que me llama así—

—¿De verdad no te molesta o incomoda?— Preguntó Betty, con la mirada baja.

—Claro que no. Además, eres mi novia, Ethan es tu hijo, pero es lo más cercano a un hijo que he tenido. —Miró a Ethan. —Tu ya eres mío, pequeño—

Ethan se abrazó más a él, y Betty sonrió, pero de repente se mostró un poco pálida y parecía haberse mareado. Jughead no tardó en darse cuenta.

—¿Te sientes bien, amor?— Le preguntó Jughead, ya preocupado.

Betty suspiró, tosiendo un poco. —No lo se, no me siento muy bien. Voy al baño. Tu cuida a Ethan—

Jughead no tuvo tiempo de hablar cuando la rubia corrió al baño de las mujeres, dejándolo a él con el niño.

Él sabía que algo no andaba bien, pero debía quedarse con Ethan por el momento. Por eso no podía seguirla.

Betty se tardó más de lo que debía, y Jughead empezaba a preocuparse hasta que ella apareció, pero se veía peor que antes.

—Betty... ¿Que pasa?— Le preguntó, poniéndose de pie con el niño en sus brazos. —¿Te sientes bien?—

—No, creo que lo mejor es que nos vallamos a casa— Sugirió la rubia.

—Claro, claro. ¿Nos vamos caminando o llamo a un taxi? ¿Quieres ir al hospital?— Preguntó Jughead.

—No, no. Estaré bien, pero por ahora quiero ir a casa— Pidió Betty, agarrándose de la mesa para no caerse.

—Hey, creo que será mejor llamar a un taxi— Admitió Jughead, aún más preocupado.

—No, no Jughead. Podemos llegar caminando. No está muy lejos— Aseguró la ojiverde.

Jughead suspiró, mirando a Ethan en sus brazos. Éste se había dormido. —¿Segura?— Le preguntó.

—Claro, vámonos— Avisó.

Ambos salieron de la heladería después de pagar y empezaron a caminar al apartamento de Betty. Jughead iba con Ethan dormido en sus brazos, y con una mano libre tomó la de su novia.

Llegaron al apartamento y Jughead fue a dejar al niño en la cama cuando Betty se fue corriendo al baño, otra vez.

Jughead se aseguró de dejar a Ethan cómodo en su cama para ver que había pasado con Betty, y ésta estaba vomitando pegada al inodoro.

—¿Qué es lo que tienes?— Le preguntó Jughead, acercándose y acariciando su espalda.

Betty dejó de vomitar y se lavó la cara para ir a la sala de estar con su novio. Éste la hizo oler alcohol para ver si podía minimizar sus náuseas y hacer que se sintiera mejor.

—¿Que es lo que tienes?— Le volvió a preguntar, esperando una respuesta. —¿Te duele algo? ¿Aún quieres vomitar?—

Betty tomó aire, mirándolo. —No lo se. Tengo unas náuseas horribles. Creo que tengo lo que Ethan tenía aquella vez. Él se deshidrató porque no paraba de vomitar—

Jughead puso una mano sobre la mejilla de la rubia y negó con la cabeza. —Pero no tienes fiebre—

Betty se encogió de hombros. —Posiblemente me cayó mal algo, no se—Supuso, tratando de ponerse de pie, pero los mareos no la dejaban.

—Oye, oye, tranquila— Le dijo el ojiazul, ayudándole a sentarse nuevamente. —Se acabó el alcohol, pero puedo ir a buscar más allá afuera en una tienda cercana. ¿Puedes esperarme?—

Betty asintió y besó su mejilla. —Ten cuidado. Te amo—

—También te amo amor. No tardo— Aseguró el ojiazul, besando su mejilla para salir del apartamento, dándole una última mirada preocupada.

Betty tomó aire y tiró su cabeza hacia atrás, cerrando los ojos y tratando de aguantar las ganas de irse a vomitar.

En eso tocaron a la puerta del apartamento y Betty supuso que era Jughead. Por eso se puso de pie, sufriendo un terrible mareo, pero eso no le impidió llegar a la puerta.

—Jug... pensé que tu...— Dejó de hablar al ver quien era, en shock, aterrada.










¿Quien habrá llegado? 😳

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¿Quien habrá llegado? 😳

¿Teorías? Me siento abandonada *llora*



Samy ❤️

Un Tesoro Inesperado •Bughead• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora