—Ethan está dormido Betty, tranquila. Mira... toma un baño con agua fría para ver si eso regula tu temperatura y si no funciona te llevaré al hospital— Sugirió Jughead. Estaba asustado. Ella realmente estaba mal.
—No... no— Se negó, apenas audible. —No... no tengo que ir al hospital—
—Pero al menos haz lo que te pido para ver si te mejoras. No se si te das cuenta, pero estas muy enferma Betty. Vamos— Insistió, ayudándola a levantarse de la cama.
Él la ayudó a llegar hasta el baño y a entrar en la bañera. Ella estaba tan débil que apenas estaba consciente.
Estaba inseguro, pero aún así le quitó la ropa. Ella traía unos shorts pequeños y una remera sencilla de tirantes.
—Espero que no estes incomoda con esto, y en ese caso sólo avísame. ¿Si?— Le preguntó mientras retiraba su remera.
Ella asintió, con los ojos cerrados y con su cabeza hacia atrás. La verdad es que Betty estaba al borde del delirio por la temperatura tan alta que tenía.
Jughead retiró también sus shorts y ella quedó en ropa interior frente a él, pero él no se fijó en eso ni un momento. Él solo estaba preocupado y quería actuar cuanto antes.
Abrió el grifo y el agua fría empezó a llenar la bañera, con Betty ahí, aún con los ojos cerrados, pero su cuerpo se tensó un poco al sentir el agua fría hasta que se relajó, soltando un profundo suspiro.
Jughead no dijo nada por unos minutos, solo la observaba y ahí fue cuando se fijó en su cuerpo, algo marcado por los efectos de haber tenido un hijo, pero se veía extremadamente sexy para el.
Y se sentía mal por pensar esas cosas viendo el estado en el que ella estaba.
—¿Me permites lavar tu cabello?— Le preguntó el ojiazul a la rubia en voz baja.
Ella solo asintió, y Jughead tomó el shampoo y lo aplicó al cabello mojado de Betty y empezó a masajear, movimientos suaves y continuos, creando espuma en su cabeza.
—¿Lo estoy haciendo bien? ¿Te gusta?— Le preguntó Jughead a Betty mientras seguía lavándole el cabello.
Betty asintió, soltando un profundo suspiro. —¿Donde está Ethan?—
—Está durmiendo, tranquila. ¿Te sientes bien o sigues delirando?— Le preguntó el ojiazul a la rubia.
—No lo se— Contestó Betty, soltando una pequeña risa.
Jughead suspiró y alcanzó un peine que estaba cerca para desenredar el pelo de Betty. Lo hizo con tanta delicadeza que parecía que tenía miedo de lastimarla.
Él mismo desenredó el cabello de Betty, lo enjuagó y la notó mucho más relajada, algo que lo alivió.
Después de salir de la bañera, Betty estaba mucho más consciente y se vistió, y Jughead la ayudó a secar su cabello.
—¿Te sientes mejor?— Le preguntó Jughead a la rubia, sentándose en la cama a su lado y acariciando su mejilla. —Parece que ya bajó tu temperatura—
Betty suspiró, aliviada, y le sonrió. —Me siento mucho mejor. Jug... es increíble. Gracias—
—No tienes absolutamente nada que agradecer. Estabas muy mal, Betty. Y encima estabas aquí sola con el niño y eso no es justo. ¿Por eso no te comunicaste conmigo toda la semana?— Preguntó Jughead, acariciando su mejilla.
—Bueno, si. Empecé a sentirme mal, pero de ayer para acá me puse así y no se por qué. Lo siento... Jug— Se disculpó.
—No te disculpes por nada. Lo importante es que estás mejor. No sabes lo asustado que estaba. Si no te mejorabas juro que te iba a arrastrar hasta el hospital aunque no quisieras— Aseguró Jughead, divertido.
Betty soltó una pequeña risa, mirándolo. —¿Qué haríamos sin ti?—
Jughead solo la miró, y ella lo miró a él, sus miradas sosteniéndose y esa tensión apareció otra vez.
Jughead posó una mano en la mejilla de la rubia y ella también acarició su rostro, y cuando estaban acercándose una voz los separó.
—¡Joget!— Lo llamó Ethan, lloriqueando. —Joget...
—Ya voy chiquitín— Le avisó Jughead, poniéndose de pie.
—Espera— Lo detuvo Betty, tomándolo del brazo y mirándolo. —¿Por que te está llamando a ti?— Preguntó, extrañada. —No tienes que ir a buscarlo—
—Betty, si tengo que ir porque el pequeño me necesita. Hace poco estabas con una fiebre que llegaba a casi cuarenta grados. Descansa un poco y yo iré por el, por favor, y no te preocupes— Le dijo, besando su frente para luego ir en busca del pequeño.
Betty no supo cómo reaccionar ante ese beso que el chico dejó en su frente. Fue algo sencillo, pero dejó una sensación similar a la electricidad en su cuerpo.
Jughead fue a buscar al pequeño y éste le estiró los brazos desde que lo vio, con la carita empapada de lágrimas.
—Ya estoy aquí, peque. No pasó nada— Lo tranquilizó el ojiazul, abrazándolo y besando su frente.
Sentía una necesidad y un instinto tan intenso por protegerlo y cuidarlo que ni él mismo se lo explicaba.
Fue con el niño en sus brazos hasta la habitación, de regreso con Betty, y el niño extendió sus brazos hacia su madre.
Betty tomó a su niño en sus brazos y le llenó la cara de besos, ahora más fuerte y firme.
Él la miró y no pudo evitar sonreír, sobre todo porque Betty definitivamente ya estaba mucho mejor. La vio besar, abrazar y consentir a su niño con más amor que nunca, ahora más fuerte.
Él ya no se imaginaba su vida sin ellos dos.
—Joget— Lo llamó Ethan, señalándolo.
Betty sonrió y miró a Jughead. —Oye... ¿Que te parece si hacemos algo de comer para ti? Después de todo es lo menos que puedo hacer por ti después de tanto—
Jughead suspiró y se sentó al borde de la cama, al lado de Ethan y Betty. —Deja de sentirte en deuda conmigo cada vez que hago algo. Ustedes son muy importantes para mi y haría todo esto y mucho más—
Betty sonrió y dejó caer su cabeza en el hombro del chico y se miraron, pero Ethan rompió esa conexión.
—No Joget. Mi mami— Reclamó, abrazándose más a Betty.
Los dos más grandes soltaron una risa y después de eso pidieron pizza para compartir con un rico jugo de naranja.
No lo eran, pero los tres juntos se sentían como una familia.
Betty y Jughead empezaron a sentir cosas que estaban ocultando, pero eso no sería por mucho.
Las piezas se van juntando 😏Necesito un Jughead lpm *llora*
Samy ❤️
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Un Tesoro Inesperado •Bughead•
Fiksi PenggemarUn chico solitario y sin rumbo y una chica rota se conocen, y juntos encuentran su tesoro inesperado de una manera que no imaginaron.