El débil murmullo de Slenderman se perdió en la quietud de la habitación, mientras Damara seguía inmerso en un sueño profundo, ajeno a las palabras del ser oscuro que se cernía sobre él.
Sin embargo, algo en la presencia de Slenderman perturbó el sueño de Damara, haciendo que sus orejas felinas se crisparan ligeramente y su respiración se volviera irregular. Una sensación de incomodidad se apoderó de él, como si su instinto le advirtiera del peligro que representaba la figura oscura junto a su cama.
Mientras tanto, en la sala principal de la cabaña, los otros seres que habitaban bajo el dominio de Slenderman intercambiaban miradas cargadas de tensión. Jason the toy maker jugueteaba nerviosamente con uno de sus artefactos mecánicos, mientras Nurse Ann ajustaba su máscara con gestos impacientes. Sally, observaba con curiosidad mientras Ben Drowned mantenía una postura de alerta, con los ojos fijos en la puerta de la habitación de Damara.
Slenderwoman permanecía en silencio, con una expresión impasible en su rostro sin rostro, pero su presencia irradiaba una intensa frialdad que helaba el aire a su alrededor.
De vuelta en la habitación de Damara, Slenderman continuaba su vigilancia silenciosa, con la mirada fija en el rostro sereno del chico mitad gato. Una oscura obsesión ardía en lo más profundo de sus ojos vacíos, consumiéndolo con un deseo insaciable de poseer a Damara para sí mismo.
Damara, sintiendo una presencia desconocida en su sueño, comenzó a moverse inquieto. Sus orejas gatunas se agitaron ligeramente mientras su cola se enroscaba nerviosamente bajo las sábanas. Aunque sus ojos permanecían cerrados, su instinto animal le advertía del peligro que se cernía sobre él.
—¿Quién está ahí? —murmuró Damara con voz somnolienta, mientras luchaba por abrir los ojos.
Slenderman se inclinó aún más cerca, su aliento frío envolviendo el rostro de Damara.
—Soy yo, Damara —susurró Slenderman, con un tono cargado de posesión—. El único que puede comprenderte verdaderamente. El único que puede protegerte y amarte como mereces.
Damara abrió los ojos lentamente, encontrándose con la oscuridad opresiva de la habitación y la figura oscura de Slenderman inclinada sobre él. Un escalofrío recorrió su espalda mientras su mente luchaba por entender lo que estaba sucediendo.
—No... tú... no eres... —balbuceó Damara, luchando por encontrar las palabras adecuadas en su estado semiconsciente.
Slenderman dejó escapar una risa baja y ominosa, como el susurro de las sombras.
—Oh, pero sí lo soy, Damara. Y pronto serás solo mío. Nada ni nadie podrá separarnos.
Damara sintió un nudo en el estómago, una sensación de miedo y confusión que lo inundaba. Sabía que debía resistirse, que no podía dejarse llevar por las palabras de Slenderman. Pero su debilidad y su cansancio lo mantenían atrapado en un estado de vulnerabilidad.
—Déjame en paz... —murmuró Damara, cerrando los ojos con fuerza, deseando que todo fuera solo una pesadilla de la que pudiera despertar.
Mientras tanto, en la sala principal de la cabaña, los demás seres observaban en silencio, conscientes de la obsesión de Slenderman por Damara. Slenderwoman, con su figura esbelta y su rostro sin rasgos, miraba con preocupación hacia la habitación donde yacía el joven.
—Sé que no puedo competir con la obsesión de Slenderman por Damara —murmuró en voz baja—. Pero debo hacer algo para protegerlo.
Jason the toy maker, con sus oscuros ojos brillando en la penumbra, asintió con solemnidad—. Debemos encontrar una manera de ayudar a Damara antes de que sea demasiado tarde —dijo con determinación.
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El Vínculo de Morgan y María [saga: la flor divina #1]
FanfictionLa lluvia caía con intensidad y los rayos iluminaban la oscura bodega. En el suelo se encontró una persona sonriendo, indiferente a lo que le pudiera suceder. Para él, los demás eran unos monstruos asesinos que merecían morir. Su único deseo era que...