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Morgan asintió, agradecido por el consejo de su amigo.

—Tienes razón, hablaré con ella y veré qué pasa —dijo finalmente.

—De acuerdo.

Dio un suspiro pesado— Iré a dormir.

Se dirigió a su cuarto, y Jeff fue detrás de él.

Entró y se echó en la cama.

—Después hablaremos, quiero descansar un poco —dijo Morgan.

—De acuerdo.

Jeff se acostó en el colchón inflable.

—¿Qué haremos mañana?

—Ya lo verás, abuelo.

—De acuerdo.

Al pasar unos minutos, se quedó dormido.

Se encontraba en un cuarto oscuro. No entendía cómo había llegado allí. Vio a una chica. Al verla bien, estaba muy sorprendido.

—Jane...

Se acercó a la ventana y vio a un chico con el pelo largo que llegaba hasta los hombros. El cabello era de color negro, su piel era blanca y tenía una sonrisa sádica. Estaba viéndola, pero estaba agarrando un cuchillo y empezó a golpear la ventana con el cuchillo.

—Pero, ¿qué mierda es esto?

En unos minutos, todo se volvió negro. Estaba muy confundido.

—¿Qué está pasando?

Apareció en el comedor. Al ver el lugar, estaba muy confundido. No entendía por qué estaba allí, pero al ver el lugar, estaba en shock, ya que había cuerpos.

—¡Qué mierda! —exclamó Morgan.

Eran cuerpos, estaban con una sonrisa tallada en la cara y unas enormes cavidades rojas en el pecho. Vio a Jane, estaba atada y llorando lágrimas de sangre.

—Mira quién ha despertado —dijo Jeff acercándose a Jane.

Morgan estaba muy sorprendido.

—Jeff, pero, ¿cómo? Esto es un maldito sueño —se agarró el cabello—. Tengo que despertar.

Jeff le cortó la mordaza con el cuchillo. Jane le escupió y, mirándolo a los ojos, le susurró:

—Vete a la mierda, hijo de puta.

—Pero cómo, esto no puede ser real, solo es un sueño, tengo que despertar —vio el lugar y estaba un poco asustado—. Despierta, solo despierta.

Jeff salió del lugar, mientras Jane solamente lloraba por la muerte de las personas que estaban ahí.

—Solo es un sueño —pensaba él.

Jeff había entrado de nuevo.

—No llores, mi querida amiga —dijo acariciando su cabello.

Jeff sostenía una jarra de lejía y un bidón de gasolina.

—Solo es un sueño —repetía para sí mismo.

Vertió la lejía junto con la gasolina en el cuerpo de Jane.

Morgan estaba horrorizado por lo que estaba viendo. No podía creer que todo esto estaba pasando en su sueño. Trató de despertar de nuevo, pero no pudo. Era como si estuviera atrapado en ese sueño.

Jeff estaba vertiendo la lejía y la gasolina en el cuerpo de Jane. Morgan quería hacer algo, quería ayudarla, pero no sabía qué hacer.

—Por favor, detente —dijo Morgan, tratando de llamar la atención de Jeff.

El Vínculo de Morgan y María [saga: la flor divina #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora