El Vínculo de Morgan y María [saga: la flor divina #1]

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—Mierda —respondió Morgan.

—Son muy peligrosos —aclaró Hogan.

—Es muy bonito —dijo Morgan con una sonrisa.

—¿En serio? —preguntó Hogan.

—Sí —respondió Morgan.

—Tú... —dijo Hogan, pero no pudo terminar su frase.

—¿Qué? —preguntó Morgan.

Hogan se disculpó y continuó hablando:

—Es fácil de entender. El devorador no deja que nadie controle a sus crías, ahora lo entiendo.

—¿Qué pasa? —preguntó Morgan, un poco confundido.

—Wade tiene razón, no es tu culpa. Perdóname, Morgan.

—Jamás te odiaré —respondió Morgan.

—Y es por eso que no quiero perderte.

—De acuerdo, será mejor que descanses.

—Sí.

—¿Y ella qué come? —dijo Morgan, un poco confundido.

—Carne humana.

—Carne humana —dio un gruñido— todos comen carne humana.

—No todos, solamente ustedes —dijo Hogan con una sonrisa mientras se echaba en la cama—. Trataré de dormir.

—De acuerdo —dijo Morgan.

Los dos salieron de la habitación.

—Tendré que hablar con ella para que me dé un poco de carne —dijo Hogan mientras miraba a la criatura.

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Estaba al lado de Hogan.

—Deberías descansar, Morgan —dijo Hogan.

—Estoy bien, solo quiero cuidarte como ustedes lo hicieron conmigo —respondió Morgan.

—Y lo seguiré haciendo.

—De acuerdo.

Al ver a la criatura, Hogan dijo:

—Cambio.

—Sí, es un poco más grande, pero su piel se volvió rojiza —dijo Morgan.

—Sí, comió carne —afirmó Hogan.

Se encogió de hombros:

—Un poco.

—De acuerdo.

—¿Qué pasa, Morgan? —preguntó Hogan.

—¿Qué? —respondió Morgan.

—Estás muy extraño.

—Ya me quiero ir a mi casa.

—Descansa un poco y nos vamos.

Antes de que Morgan pudiera hablar, Hogan se quedó dormido.

—De acuerdo —dijo Morgan.

Se levantó para acercarse a la puerta y la criatura se acercó a Morgan.

—Será mejor ver a Wade —dijo Morgan.

Salieron del lugar y al ver el lugar, Morgan estaba un poco confundido.

—Será mejor ir a verlo —dijo Hogan muy molesto.

—Sí.

Hogan entró en el cuarto y al ver a Wade, se acercó a él.