El Vínculo de Morgan y María [saga: la flor divina #1]

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Al verla, se acercaron a ella y preguntaron:

—¿Cómo están?

—Ellos, bueno... —Ann desvió su mirada— no están bien.

—¿Qué? —exclamaron todos.

Se dirigieron al sótano y al verlos, estaban muy preocupados.

—Hogan.

—Morgan.

—¿Qué está pasando?

—No es nada. Sería mejor que ellos descansaran, pero no quieren —dijo Slenderman.

—Estaré bien. Tenemos que irnos —dijo Hogan muy molesto.

—No.

—¿Qué?

—No. Ustedes descansarán, y yo cuidaré a los tres —dijo Morgan muy molesto.

—Pero...

—Es una orden.

—De acuerdo —dijo Hogan.

—Sonia.

—Sí, hermano.

—Y tú, Wade.

—No diré nada.

—¿Qué? —preguntó Morgan, confundido.

—Yo te escucho y te obedezco en todo —dijo Wade, agradecido.

—De acuerdo, haré comida —dijo Morgan con una sonrisa.

—¿Qué? —preguntó Hogan un poco preocupado.

—Morgan, sería mejor que alguien más lo haga —dijo Wade.

—Pero mi comida les sanará —insistió Morgan.

—Sería mejor que nos vieras —dijo Sonia.

—Sí, yo haré la comida —dijo Ann.

—De acuerdo.

—Muchas gracias —dijo Wade, muy feliz.

—De nada.

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Se encontraban en el comedor.

—En serio, ¿tengo que comer esta cosa? —dijo Hogan, un poco molesto.

—Comiste un pedazo de mí, así que eres como nosotros —respondió Wade.

—Solo come un poco  —dijo Morgan.

—Yo no soy como ustedes —insistió Hogan.

—Claro que sí —afirmó Wade.

—¿Y cómo estás tan seguro? —preguntó Hogan, ya bastante molesto.

—Bueno, tú te contagiaste al comer mi carne —dijo Wade.

—¿Qué? ¡Eso no pasó! —dio un gruñido Hogan.

—Claro que sí —insistió Wade.

—Cuando pierdes la cordura, lo atacas y comes un pedazo de su carne —dijo Morgan.

—¿En serio?

—Sí.

—Ahora somos familia —dijo Wade con una sonrisa.

—No ayudas en nada.

—Solo un poco.

—De acuerdo.

Mete un poco a la boca.

—¿Cómo está?

—Nada mal —dijo Hogan.