Eran las siete de la mañana y Morgan se encontraba en el sótano empacando sus pertenencias. El resto de las cosas ya estaban cargadas en la camioneta; solo faltaban las suyas.
—No entiendo por qué tenemos que irnos —dijo Morgan, visiblemente molesto.
—Ya lo sabes, Morgan —respondió Sonia, con cierta incomodidad en su voz.
—Lo sé, pero todo esto es por mi bien, ¿verdad? —gruñó Morgan, con seriedad.
—Es lo mejor para ti, no quiero que te pase nada —afirmó Sonia con firmeza.
—Aún así, creo que es una mala idea irnos —insistió Morgan.
—Sabes que no tenemos otra opción —respondió Sonia—. Conoceremos a su hermana y a su hija, y todo estará bien. Nuestra madre dijo que todo estará bien.
—No es nada nuestro, Sonia —dijo Morgan con desdén.
—Morgan, por favor —respondió Sonia, molesta por su actitud.
—Solo digo la verdad, ella no es nada para nosotros —respondió Morgan, con un tono de desdén evidente en su voz.
—Ella solo quiere asegurarse de que estemos seguros —concluyó Sonia con una sonrisa forzada.
Un gruñido escapó de Morgan; sabía que todo era una farsa y que ella le tenía miedo.
—Es buena con nosotros —dijo Sonia, tratando de encontrar un punto de acuerdo.
—Con nosotros, ¿verdad? —chasqueó Morgan—, solo a ti te quiere.
—Eso no es cierto —gruñó Sonia—, ella también te quiere, Morgan.
—No es cierto. Cuando me vio, tuvo miedo. Para todos soy un monstruo —respondió Morgan con amargura.
—Entiendo que no confíes en los demás porque te temían, pero debes confiar en ella —dijo Sonia, colocando su mano en el hombro de Morgan.
Morgan bajó la mirada al suelo. No quería seguir discutiendo. De repente, escuchó un maullido y, al ver, se apartó de Sonia para recoger al gato y se sentó en la cama.
—De acuerdo, lo intentaré —dijo Morgan finalmente.
Sonia se sentó a su lado—. No pasará nada malo. Las personas son crueles, juzgan sin conocer. Morgan, tú no eres un... —fue interrumpida.
—Un monstruo —concluyó Morgan, bajando la mirada.
Sonia sintió un peso en el pecho al ver su reacción—. Lo lamento mucho.
—No es tu culpa —respondió Morgan—. Eres mi hermana, gracias por no juzgarme como los demás.
—Siempre estaré contigo, nunca te dejaré —prometió Sonia.
—De acuerdo —aceptó Morgan. Se levantó—. Será mejor darle comida a Candy, debe tener hambre, al igual que tu demonio.
Sonia lo miró por un momento. No quería volver a discutir, así que simplemente suspiró pesadamente—. De acuerdo.
Morgan y Sonia se dirigieron a la sala y se sentaron en el suelo, sumidos en un silencio tenso que solo era interrumpido por el crujir de los viejos tablones de madera bajo sus pies.
—Morgan —comenzó Sonia, rompiendo la quietud.
—¿Qué pasa? —inquirió Morgan, sin apartar la mirada del suelo.
—Nuestra madre nos presentará a los hijos de su amiga —informó Sonia, con un dejo de anticipación en su voz.
—¿Para qué? —preguntó Morgan, sin mostrar mucho interés.
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El Vínculo de Morgan y María [saga: la flor divina #1]
FanfictionLa lluvia caía con intensidad y los rayos iluminaban la oscura bodega. En el suelo se encontró una persona sonriendo, indiferente a lo que le pudiera suceder. Para él, los demás eran unos monstruos asesinos que merecían morir. Su único deseo era que...