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—En serio —dijo Splendorman, tratando de calmarlo.

—Yo no pedí que me salvara —dijo Damara, muy molesto.

—No, pero él te ha salvado muchas veces —insistió Splendorman.

—Yo... —respondió Damara, cruzándose de brazos y mirando a otra parte— no pedí que me salvara.

—Sé que tienes tus motivos para odiarlo, pero si lo escucharas...

—Ya sé la misma historia que dirá. No quiero saber nada de él —interrumpió Damara, muy molesto.

—En serio —dijo Splendorman, intentando calmarlo.

—Entiendo que era un idiota obsesionado con matarlo, pero tengo mejores cosas que hacer —respondió Damara, molesto.

—Y como qué.

—Y por qué estoy aquí.

—¿Qué? —dijo Splendorman.

—Será mejor irme antes de que esas cosas vengan.

—Porque los mataste.

—¿Qué?

—No —movió la cabeza—, porque dejas que ellos maten.

—¿De qué estás hablando? —dijo Damara muy confundido.

—Ellos matan a todos, pero ¿cuál es la razón por la que matan?

—Yago y Teresa tienen sus motivos.

—Yago —dijo muy sorprendido— es él verdad.

—¿Qué?

—Es por nosotros.

—No —movió la cabeza—, a ellos les importa una mierda. Su existencia, ellos odian a los humanos. Únicamente quieren sus muertes.

—Por eso matan a gente que no tiene la culpa —dijo Splendorman muy molesto.

—No, pero tú crees que todos vivimos felices.

—¿Qué?

—No todos tenemos la puta familia feliz, no es todo color de rosa.

—¿Qué les pasó?

—No diré nada de ellos, pero ellos sufrieron por culpa de la gente —dijo Damara muy molesto.

—Por eso los odian.

—Sí.

—¿Qué pasó?

—No quiero hablar de eso contigo.

—De acuerdo.

Dio un suspiro pesado— eres muy... —dio un gruñido—, olvídalo. Será mejor irme —dijo Damara.

—Sería mejor que descanses.

—Estoy bien.

—¿En serio?

—Sí.

—De acuerdo, pero matarlos...

—Sus muertes no son terribles —dijo Damara.

—En serio.

—No son horribles, pero tienen que mejorar en matarlos.

—Ya estás despierto.

—¿Qué? —al verlo dio un gruñido—, sí.

—Tenemos que hablar —dijo Slenderman.

—Yo no tengo tiempo para tonterías.

—No hablaré de lo que pasó, quiero hablar de otra cosa.

—No.

—Yo te hice un favor —dijo Slenderman un poco serio.

El Vínculo de Morgan y María [saga: la flor divina #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora