LXXI.

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Edificio principal. Pasillo Oeste hacía la sala de comunicaciones.

El caos se desataba dentro de aquel edificio.

La mayoría de los cuarenta Nomus especiales, y casi toda la totalidad de los doscientos clones pequeños se habían lanzado al edificio principal, lugar donde todos los cursos tenían sus clases.

Las batallas habían comenzado siendo el campus principal el ojo del huracán.

¡Fush!

Iida corría a toda velocidad siendo perseguido de lejos por Bakugou. El rubio explosivo, a metros de distancia, solo seguía al presidente de la clase en silencio.

- ¡Bakugou-kun! ¡¿Por qué no usas tu quirk?!-

- ¡Cállate! ¡Solo estoy esperando el momento!-

La distancia entre ambos se hacía más lejana, a medida que la respiración de Bakugou se agitaba queriendo seguirle el ritmo a Iida sin su quirk.

- ¡Me iré adelantando, Bakugou-kun!- musitó Iida observando a lo lejos al final del pasillo, su objetivo, la sala de comunicaciones.

¡Boom! ¡Boom!

El ruido de dos explosiones resonó a espaldas de Iida, quién volteó observando a Bakugou cerrar un poco la brecha de distancia.

- ¡Ya estoy listo!- rugió el rubio relamiendo sus labios.

El sudor goteaba por su rostro perdiéndose en las lineas de su mandíbula y cuello. Bakugou había omitido el uso de su quirk en el camino simplemente por una sola razón, transpirar. El correr desde el edificio de la clase 1-A hasta la ubicación actual había hecho al chico transpirar, permitiendo estar listo para el combate.

Aquello era algo a tener en cuenta.

Bakugou debería de ser un oponente al cual derrotar rápidamente, sino, la pelea podría volcarse para un solo lado. Mientras más tiempo transcurría de batalla, más sudor emanaba del cuerpo del chico aumentando el poder y rango de sus explosiones.

- ¡Tuvimos suerte de no encontrar enemigos!- exclamo Iida.

Ambos chicos ya iban a la par en cuanto a velocidad, sin tomar en cuenta que Iida no había ido a su máxima potencia, Recipro Turbo.

¡Crash!

A espaldas de ellos, una pared colisionó trayendo consigo una nube de polvo.

- ¡Pre... Sas!-

Cuatro sombras salieron disparadas a toda velocidad persiguiendo al par de estudiantes.

No se trataba de los pequeños y simples clones Nomus del montón. Cada uno de ellos tenían cuerpos distintos con características que resaltaban entre la muchedumbre. Todos corrían sobre sus dos piernas como cualquier humano corriente dando una imagen más escalofriante.

- ¡Maldición!- rugió Iida.

El par de estudiantes eran de los más inteligentes dentro del salón. Solo les había bastado unos solos segundos para comprobar que aquellos enemigos no eran simples Nomus cualquiera. Sus rasgos, y el poder formular palabras.

Nomus Alta- Gamma.

- ¡Los tengo!-

Un enemigo gritó poniendo sus manos en el suelo. Al instante, todo el piso pareció cambiar su estado a uno más aguado como si se tratase de arenas movedizas.

Los pies de Iida, y Bakugou quedaron estancados sobre el material sumergiéndose poco a poco.

¡Tap!

Rey Mono.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora