CIII.

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¡Fush!

¡Fush!

Nadie en la ciudad se había percatado de la pequeña sombra que venía en picada desde el cielo, salvo una sola persona que prestaba atención a la batalla en el firmamento.

- Es un meteorito...- expresó Betty, la reportera avisándole a todos los televidentes tras las pantallas-. Acabaron de invocar un meteorito, esta pelea ya no tiene ningún tipo de sentido...- exclamo.

El camarógrafo sacó su instrumento de trabajo por la ventanilla apuntando hacia donde su compañera observaba.

La imágen fue vista por todos los televidentes.

- Esto parece sacado de los cómics...- mencionó Betty agarrándose los cabellos sin perder de vista el suceso que transcurría.

- mencionó Betty agarrándose los cabellos sin perder de vista el suceso que transcurría

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¡Fush!

¡Fush!

Satán se quedó observando aquel enorme pedazo de roca caer en picada directo hacia el.

Naruto se descruzó de brazos mirando la escena. ¿Interrumpía la batalla? Esto se había ido de las manos.

¿Huía? ¿Se escondía? ¿Dejaba que Naruto lo ayudara? ¿Lo recibía de lleno?

Las preguntas pasaron por la cabeza de Satán rápidamente.

¡NI DE CHISTE!

(Inserte- Battle Beast/ King For a Day).

Satán abrió sus brazos como si fuera a dar un enorme abrazo recibiendo de lleno el meteorito del tamaño de una casa de tres pisos.

- Me niego a perder...-

Satán sonrió de forma desquiciada de oreja a oreja.

- ¡Soy el más fuerte de todos! ¡Lo tomaré todo!-

Satán abrió su boca dejando escapar un enorme rayo láser que atravesó por el centro a su objetivo. No estando conforme, de las puntas de sus dedos salieron disparados más láser uniéndose en una especie de red que atravesaba y cortaba todo en pedazos pequeños.

Los escombros caían a la ciudad sin provocar un daño masivo.

Naruto volvió a cruzarse de brazos observando la batalla.

AFO perdió de vista a su contrincante entre la lluvia de escombros y polvo. El Emperador del Mal observó a todos lados sin exito alguna en encontrar a su presa en el vasto cielo.

- Como una cucaracha, rápido para esconderse- exclamo AFO casi rechistando entre dientes por haber cometido aquel fallo.

Sus años de experiencia lo hicieron ponerse alerta.

AFO rápidamente observó hacia arriba encontrándose cara a cara con Satán.

- ¡Eres mío!- advirtió Nomu sonriendo con su brazo derecho extendido hacia atrás.

Rey Mono.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora