CIV.

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Una pequeña llovizna comenzó a caer.

¡Tap!

Naruto aterrizó en el suelo quedando a metros frente a su oponente.

- Ni siquiera me dejas un pequeño respiro, desconsiderado- mencionó AFO con leve burla.

Las heridas del último ataque de Satán comenzaban a sanar dejando solo pequeños hilos de humo que ascendían. Incluso las extremidades faltantes y quemaduras se regeneraban como si nada.

Naruto sonrió de lado ante el espectáculo.

AFO sabía muy bien en la situación en la que se hallaba. Satán había sido un hueso demasiado duro de roer llevándole a usar más de una de sus cartas escondidas. La fatiga que había generado en su cuerpo era considerada, algo grave considerando que tendría que batallar contra oponentes del calibre de Uzumaki Naruto.

- ¿Miedo?- preguntó sonriendo AFO ante el ligero temblor que Naruto presentaba en su cuerpo.

El héroe volvió a sonreír cesando aquel temblor.

- No es miedo- exclamo Naruto plasmando una sonrisa de oreja a oreja dejando entrever aquellos colmillos más alargados-. Estoy temblando de emoción-

Esta era... La pelea más importante en su vida.

- Vas a perder...- anunció AFO poniéndose en guardia.

El héroe llevaba sus botas. Su pantalón anaranjado oscuro. Una remera negra corta pegada al cuerpo. Encima de esta, su gabardina roja con detalles de fuego negro en sus bordes. El pergamino que guardaba el resto de decenas de báculos reposando en su espalda baja. La botella de agua en forma de calabaza atada a un costado de su cadera.

Los ojos azules de Naruto dejaron de observar hacia el lugar donde Satán había desaparecido.

La cicatriz en su boca pareció arder. La adrenalina cubrió de pies a cabeza todo su cuerpo. El resto de cicatrices en su piel parecían rugir de calor.

No era loco decirlo...

AFO era el villano más fuerte de todos.

Uzumaki Naruto parecía el héroe que estaría en la cima de todo.

Así que, no era tan descabellado decir.... Que aquella batalla definiría el título del más fuerte.

La mirada de Naruto era serena. Una suave brisa removió sus cabellos. Su sonrisa se ablandó dejando una pequeña.

- Nah, yo ganaré-

Naruto elevó su brazo derecho apuntando al cielo. De las yemas de sus dedos un chispazo eléctrico se produjo, al instante, la electricidad comenzó a envolver toda la mano.

El plan A era fácil.

Satán pelea contra AFO. Si ganaba, final feliz para todos. Si perdía, pasaban al plan B, Uzumaki Naruto.

Pero ambos planes coincidían en un punto: Ir con todo desde el principio.

La pelea de Satán y AFO había generado una enorme ola de calor a cientos de metros del suelo con su batalla aérea. El seguimiento de su pelea en tierra destrozando edificios provocó incendios alrededor de toda la ciudad. Y la explosión final de Satán provocó más destrucción erradicando un octavo de la ciudad.

Todo aquel calor ascendió hacia la atmósfera creando nubes de tormenta.

AFO elevó la mirada ante el sonido demoledor de los truenos.

Una nube de color amarillenta crecía a cada segundo en el cielo uniéndose a las demás nubes negras de tormenta. Todo el cielo rugía soltando relámpagos.

Los ojos zafiros de Naruto brillaron mientras apuntaba hacia AFO.

- Kirin- susurró el héroe descendiendo su mano.

La culminación del manejo del quirk de Naruto expresado en forma de una técnica.

Un rugido retumbó los cielos.

AFO extendió sus brazos con las palmas abiertas a medida que la tierra crecía intentando cubrir al villano. Sin embargo, al instante todo el lugar se cubría de una enorme luz azulada seguida de un enorme trueno.

Fue imposible de esquivar. Viajando a la velocidad de un rayo, 150.000 KM/S, llegando a su objetivo en una milésima de segundo.

El resultado fue instantáneo.

Una enorme explosión de rayos que se extendió a la redonda destruyendo varios pisos de los edificios cercanos perforando cualquier cosa que se le atravesará en el camino.

Una depresión se generó en el suelo por dónde emanaban columnas de humo que ascendían llenando todo el lugar de polvo y cenizas.

¡Tmp!

Una figura se divisaba entre el humo.

AFO se sostenía contra un enorme escombro de una casa destruida manteniéndose firme para no caer.

Ambas manos presentaban quemaduras tiñendo de negro la piel en aquella zona. Su ropa superior había quedado hecha tiras dejándolo a torso descubierto. Sangre lo bañaba por sus heridas recientes.

¡Fush!

A metros de el, Naruto emergió del polvo con una sonrisa burlona.

- Lo siento, mocoso- exclamo Naruto ahora siendo el que se burlaba de su oponente-. Al ser tú, tendré que ir con todo desde el principio-

- Maldito...- expresó AFO mientras sus heridas sanaban lentamente.

Los ojos zafiros del héroe... Se tiñeron de plateado.

La batalla por el título del más fuerte... Daba comienzo.

Fin del capítulo.

Espero que les haya gustado. Con su voto, comentario, y poniendo la historia en sus listas de lectura me ayudan bastante.

Siganme si no lo están, y unete a esta clase de héroes.

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Nos leemos en otro capítulo.

Bye-bye~

Rey Mono.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora