26.: Por Dinero:.

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Jimin agradecía que al menos Yoongi lo dejo cruzar la puerta, porque ni bien puso un pie dentro, ya no fue, consciente de nada.

Lo tenía fuertemente tomado de la cadera mientras él embestía con todo lo que podía desde atrás, a punta de besos lo llevó a la habitación, misma que se estaba volviendo su nido de amor.

Lo veía apretar las sábanas buscando algo de soporte, sin mencionar ese dulce sonido que eran los gemidos de puro placer de menor, qué combinados con los suyos hacían una armonía simplemente delirante.

Oía el rechinar de la cama, misma que parecía que se rompería por la fuerza que estaba soportando.

-Yoon...-quería hablar, pero sinceramente no podía, aquello estaba siendo demasiado para el menor, no sabía si por la fuerza o la posición, pero todo su cuerpo temblaba y se sacudía con fuerza, su entrada estaba siendo invadida de una manera salvaje-Ya no...-

Por su parte, el mayor estaba perdido en el placer que aquel menudo, pero hermoso cuerpo le daba, veía la espada firme del pelinegro, él como su columna se marcaba y se hacía esa curva justo al llegar a su hermoso trasero mismo que tenía sus manos bien marcadas, no había aguantado la tentación de darle algunas nalgadas.

Salió un momento para acomodarlo ahora de la forma tradicional, el perdido entre esas perfectas piernas, mismas que colocó en sus hombros, dejando aquel húmedo, caliente y exquisito lugar a su completa disposición.

Se tomó a sí mismo entre sus manos y bombeo un poco, quería entrar lo más erguido posible y disfrutar los últimos instantes de su pareja, quien ya estaba casi al borde del clímax, besos sus labios mordiendo de paso el inferior y lento, se hundió otra vez, sacando otro gemido que recibió gustoso en su boca.

-Te amo jimin- dijo susurrado y muy ronco, mientras daba la primera embestida, esa lenta y tortuosa embestida que hacía al menor morder sus labios y dejar caer su cabeza hacia atrás de puro placer, aprovechó aquel gesto para llenar aquel terso cuello de besos y renovó aquel chupón, mordiendo un poco y lamiendo después.

-Yoonie...- enterró sus uñas en la espalda ajena, y cerró los ojos disfrutando al máximo este íntimo momento, su cuerpo se sentía pegajoso por el sudor mezclado, y aquel aroma tan propio del mayor estaba por todo su cuerpo-ah!...-

Sintió las piernas del menor tensarse en sus hombros al igual que su cuerpo, nuevamente buscó sus labios y metió su lengua hasta recorrer cada espacio, notó el ligero temblor seguido del gemido más hermoso que haya oído nunca, su ojiverde se había corrido.

Sonrió ladino y siguió en su labor unos minutos más, hasta que también se corrió dentro del menor, quien con una sonrisa traviesa en sus labios sentía su interior ser llenado, con la cálida esencia del mayor, nuevamente los besos eran los protagonistas, al igual que las caricias y palabras dulces, entre ellas ese lindo te amo que siempre escapa sin aviso en ambos.

Yeonjun jugaba tranquilo, el patio era grande, así que podía correr sin llegar jamás a dar con el final, el señor Park lo miraba embelesado. ¿Cuándo su hijo único de en ese entonces 16 años le comentó que sentía atracción por los hombres, supo que jamás sería abuelo, se entristeció, pero jamás trato de cambiar a su hijo, para qué? Era su vida después de todo, con el correr de los años había perdido la esperanzas de verlo con pareja tan siquiera.

Pero ahora, veía a ese pequeño disfrutar, gritar abuela a todo pulmón cada vez que un insecto nuevo se cruzaba en su camino, y caminar emocionado hasta donde él estaba diciéndole abuelo, no era un Min de sangre, pero sin duda alguna le cedería el apellido si Yoongi decidía dar aquel paso con el joven Jimin.

-Papi?-

-Papi ya viene amor, fue por tus cositas para que duermas aquí-decía con voz dulce la mujer.

-Quiero a Papi- puchereo, extrañaba a Jimin y como si estuvieran conectados, justo cuando estaba por ponerse a llorar desde la cocina aparecía Yoongi, de la mano de Jimin quien caminaba algo chueco, pero obvio nadie haría comentario alguno.

-Que paso uvita?-se acercó y tomo al pequeño en sus brazos, quien lo abrazo fuerte y le dejo un beso en su mejilla- qué ocurre hijo?-

-Amo mucho-

-También te amo, mi vida- lo apretó a su cuerpo y calmó su penita, le susurro palabras lindas, lo arrullo y hasta le canto.

Yoongi admiraba esa devoción que Jimin ponía cada vez que de su hijo se trataba, sin duda habría sido una excelente madre si el menor hubiera sido mujer, y muy hermosa, pero como padre también hacía un trabajo hermoso.

Cenaron tranquilos y después de hablar un poco, Jimin comenzó con su rutina de cada noche, le dio un relajante baño a Yeonjun, lo vistió con su pijama favorita, le dio su leche de la noche y se acostó a su lado hasta que el pequeño lleno de amor se durmió, todo bajo la atenta mirada de yoongi que quería aprender aquella rutina, y tal vez hacerla él más adelante.

-Eres increíble- abrazo al menor por la espalda.

-No es para tanto, es mi deber-

-Si, pero igual es increíble- lo giro y se acercó a besarlo- eres un buen padre Jimin-

-Hago lo mejor que puedo, esperando sea lo correcto -

-Lo es- volvió a besarlo y aunque moría por llevarlo con él y hacerle el amor unas cuantas veces más, sabía que Jimin le daría preferencia a estar con su pequeño- descansa amor -

-Tú también- un último beso antes de verlo cerrar la puerta.

Ya estaba más que enculado.

Se había puesto su pijama, estaba ya con un pie dentro de la cama cuando el timbre de su puerta sonó, miró la hora en el reloj sobre su mesa de noche, 11:15 pm, suspiro cansado y se colocó la bata, bajo las escaleras y camino molesto hasta la puerta.

-Más vale que sea una emergencia por qué de lo contrario- el timbre pitaba y pitaba quien estuviera fuera tenía prisa por ser atendido- ya voy carajo!!- cuando abrió la puerta sus ojos se abrieron ligeramente- en serio?-

-Tenemos que hablar-

-A esta hora?-respondió cruzándose de brazos.

-Si- Tae sonrió- me tienes miedo acaso?- pico, se movió hacia un lado dándole así la entrada a su visita nocturna.

-Tú dirás Jeon-

-Necesito que acabes con eso de la demanda contra Jungkook-

-Min oh, criaste muy mal a ese muchacho, debiste ponerle límites, y mano dura, porque ahora solo les toca aceptar las consecuencias, quien sabe y le haga bien unos meses...-

-Déjate de bromas Kim, no dejaré que mi hijo este preso por culpa de un calienta pollas-

-Con esa boca rezas los domingos?-se burló, no le temía a los Jeon.

-Kim-

-Park, no quiere dinero Jeon, solo quiere que tu hijo lo deje en paz- Min oh lo miro - si tu hijo se mantiene lejos de él hasta que la demanda sea tomada por la corte, hablaré con él para que la levante- su semblante cambio a uno más serio- pero si tan solo le respira cerca, o lo vuelve a amenazar con quitarle a su pequeño, lo seco en la cárcel Jeon-

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*Uvitas De Amor*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora