Capítulo 27. Todo Ese Amor [✅]

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Narra Tyron

—Si, Amada —respondo por el intercomunicador sin poder ocultar mi frustración al empujar torpemente una fila de documentos al suelo.

—Brooklyn, está aquí —sus palabras consiguen detener mi frenesí de encontrar respuestas para incorporar mi trasero de mi silla con el fin de dirigir mis pasos hacia la puerta de mi oficina y al abrirla me encuentro con una muy buena razón para sonreír.

—Hola Amor —me quedo sin palabras al escuchar como me ha llamado y cuando se acerca a mí simplemente todo lo demás pierde importancia, luce hermoso con ese atuendo y  me ha traído comida.

—Hola —sonrío a más no poder—, gracias y te vez hermoso —mi halago consigue ganarse un dulce beso de su parte que se lleva consigo la poca cordura que me quedaba.

—Me di cuenta que necesitas un poco de ayuda con el caso clínico de un paciente, entonces he venido para ofrecer mi ayuda y la manera que la quieras emplear, es tu decisión —me dice con un ápice de diversión haciendo énfasis en lo último.

—Quién lo diría, primero lo iba a demandar por negligencia y ahora está aquí para ayudar, no me imagino que tuvo que pasar para que cambiará de idea —es imposible no reírse del comentario sarcástico de Amanda quien está por irse, su jornada ya terminó.

—Amanda —le hago una llamada de atención aun entre risas, por suerte ellos tienen una relación de confianza y complicidad. ¿Qué está en mi contra o favor esta atípica relación? Es una buena pregunta.

—Llevaré esto adentro —me dice mi novio pasando a mi lado para asentarse en mi oficina.

—Brooklyn es muy dulce, eres alguien diferente con él y eso me alegra mucho porque lo aleja de los problemas que ocasionan los buitres de este hospital, es curioso, cuando él viene de visita no suelen aparecerse por aquí ni ocasionar problemas —me expone su inquietud dejándome un poco pensativo—, no sé si lo has notado, pero la gente se hace a un lado en su presencia y dicen que en Tanner Industries las personas le tienen terror, no me imagino el porqué —dice lo último en voz baja mientras termina de recoger sus cosas.

—Hasta mañana Amada, que tengas dulces sueños —me despido deseándole lo mejor antes de seguir al interior de mi oficina encontrándome con una escena que me pone muy feliz al ver a mi novio bailando mientras hace espacio en mi escritorio de una forma muy hábil y organizada para dejar el paquete de comida de maravilloso aroma que trajo.

Saben lo daría todo por presenciar esto todos los días, no puedo creer que pueda referir como mi novio a este hombre de actuar entusiasta, empático y elocuente que no tan secretamente me hace feliz de tal forma que aún no he terminado de procesar con raciocinio. Yo creí estar preparado para un fin de semana con mi novio, pero debo admitir que perdí la noción del mundo al despojarlo de sus prendas y, adoré observar de cerca esas maravillosas zonas de pigmentación más rosada con escasos vellos rojizos desde su pecho hasta su entrepierna donde me vi en la necesidad de pasar saliva por mi garganta al apreciar sus grandes atributos, no hubo nada que decir, mi reacción de absoluta sorpresa lo dijo todo y luego opté por tomarme las cosas con calma porque tenía un enorme lío en mi pantalón que quise disfrutar lo máximo posible para explorar algo en especial de mi novio que él estuvo dispuesto a entregarme.

—Oye, no te pierdas así —su voz consigue sacarme de la profundidad de mis pensamientos y luego observo con cuidado cómo se acerca a mí para darme un abrazo el cual no dudo en responder disfrutando todo de él.

—Lo siento, sólo divagaba —le ofrezco una disculpa esbozando una sonrisa burlona al recordar lo monótono de esta situación y sin importar que mi espalda me está matando se me ocurre privar sus pies del suelo por un momento para su diversión.

Perdido en ti© [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora