Capítulo 13. Negocios Turbios [Parte I] [✅]

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—Nos vemos en el lobby del hotel a las cuatro de la tarde, pero hasta entonces no me molesten y si hacen alguna tontería los desconozco totalmente —nos dice Tío Charles y ambos nos volvemos a ver con una sonrisa burlona plasmada en nuestros rostros.

— ¿Disculpa? —le preguntamos en unísono un con ápice de diversión y un poco indignados—. ¿Es enserio lo que nos estás diciendo? —nos lo tomamos con humor.

—No lo diría si no fuese cierto y ustedes lo saben —expone con un tono acusador haciéndonos entrega de las llaves de nuestras habitaciones.

—Bien —dice Evan dando un suspiro para dirigir sus pasos al restaurante.

— ¿Necesitas ayuda? —pregunto mientras dejo la llave del hotel en el bolsillo de mis pantalones.

—No, nos llevarán el equipaje a las habitaciones, ya terminé de registrarnos y prefiero ir a descansar si no les importa —responde dando un pequeño bostezo entonces me despido con un saludo militar para seguir los pasos de mi jefe.

—Espérame —le pido a Evan tomándole de la mano e inconsciente de ello él entrelaza nuestros dedos para entrar al restaurante donde buscamos una mesa disponible porque fue un largo viaje y nos urgen carbohidratos.

—Bienvenidos al hotel Maison grise jóvenes, mi nombre es Laura y estoy para servirles —nos da la bienvenida una de las mesera del restaurante haciéndonos entrega del menú.

—Muchas gracias —le decimos en unísono sacándole una pequeña sonrisa y ella nos da una mirada quisquillosa antes de retirarse.

— ¿Ella cree que somos...? —voy a preguntar, pero termino riéndome.

—Si esposo mío, eso justo lo que ella cree —bromea haciéndome reír a un más.

— ¡Oye! Pero soy un buen partido —se queja, pero yo no le presto mucha atención para dedicarme a ver el menú.

— ¿Estás listo? —pregunto unos minutos después dejándolo un poco pensativo.

— ¿Para casarme contigo? —le miro mal por preguntar tal cosa—, si estoy listo para ordenar —afirma girándose un poco para llamar a nuestra mesera y así pedir nuestras órdenes.

— ¿Porque sigues soltero? Quiero decir, entiendo que un hombre en tu posición, pero no te sientes... —voy a preguntar, pero me interrumpe cubriendo mi boca con su mano derecha.

—Shhhh.... Aún tienes muchísimo que aprender y debes saber que no me siento solo porque los tengo a todos ustedes que son como mi familia —expone retirando su mano de mi rostro dándole una sutil caricia a mis labios provocando un leve sonrojo a mis mejillas.

—Bien —digo forzando una sonrisa.

—Le pregunté a Harvey por el día que te conoció y él me dijo lo que pasó la pregunta es...¿Cómo regresas de algo así? Yo perdí a mi esposa y estuve mal por muchísimo tiempo, digo estuvimos y aún lo estamos, pero entendí que no podía hacer nada para recuperarla —pregunta haciendo esa enorme observación dejándome un poco conmovido porque al fin ha compartido algo personal conmigo.

—Creo que... la terapia que me fue obligado asistir funcionó, los ataques de pánico se están disminuyendo y al menos ahora puedo entrar a un hospital sin que me tiemblen las piernas —respondo a su pregunta—, fue difícil... sabes porque nunca te enseñan cómo reaccionar algo así, fue como una pesadilla, pero sinceramente ya no me importa, ya este recuerdo ya no tiene tanto poder sobre mí y eso es... bueno ¿cierto?

—Si, lo es —responde con plena seguridad de ello dando un suspiro—, y para que lo sepas nadie volverá apuntarte con un arma porque voy a acabar con quien siquiera lo intente ¿Okay?

Perdido en ti© [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora