Capítulo 9. Karma ¿Eres tu? [✅]

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— ¡Lo besaste! —pregunta Tía Amelia un poco exaltada y yo asiento con mi cabeza como si fuera cualquier cosa.

—Dije que usaría todo mi arsenal —elocuencio y ella niega con desaprobación, pero al final se ríe.

—Eres de lo peor por usar a ese chico así —expone con un tono acusador.

—No es así, él me importa —aclaro dejándola pensativa, preocupada diría yo.

—Luces muy bien, espero que te vaya bien porque hoy es un gran día —me desea antes de abandonar la habitación cerrando la puerta tras de ella con un poco de fuerza dejando una horrible sensación en mi estómago, pero no le presto mucho atención a eso sólo me dedico a verme en el espejo.

—Brooklyn —me llama mi jefe unos minutos después dándole dos toques a la puerta.

—Adelante —le indico y el abre la puerta dejándome ver que hoy luce un traje que le hace mucha justicia.

—Buenos días —me saluda con un pequeña sonrisa plasmada en su rostro.

—Se volvió costumbre venir a saludar —menciono con un ápice de diversión dejándolo un poco apenado.

—Eh... Sí eso parece —admite acercándose a mí para tomarme de los hombros.

—No estés nervioso todo saldrá bien —asegura con un semblante serio.

— ¿Yo nervioso? —inquiero con burla retirando sus manos de mis hombros, pero a quién engaño así que le doy un abrazo.

—Si lo estás —afirma con un ápice de diversión respondiendo a mi abrazo de una forma muy especial.

—Siempre hay una primera vez para todo —expongo fastidiado disfrutando un poco más de la calidez de su abrazo.

— ¿Ya bajaste a desayunar? —se preocupa.

—No, corro peligro de vomitar mi contenido estomacal si lo hago —expongo con un tono burlón entonces él rompe nuestro abrazo para llevar sus manos a mis mejillas viéndome directamente a los ojos.

—Respira conmigo —pide ando una profunda inhalación entonces imito su acción y luego exhalamos juntos repitiendo unas cuatro veces el proceso hasta que logramos aniquilar al monstruo de los nervios que me tenía aterrorizado mi pobrecillo estómago.

—Por favor no se lo digas a nadie —pido y él asiente sin ninguna duda.

—Lo prometo —asegura retirando sus manos de mi rostro y dando un paso atrás porque ambos sabemos que si estamos así por un momento más podría pasar algo más.

—Gracias —le agradezco forzando una sonrisa.

—Lo siento no debí acercarme así, te veré después —se disculpa dando unos pasos hacia atrás, pero le detengo del brazo.

—Por favor no me hagas esto, me agradas lo suficiente para que hagas estos ataques de ternura para hacerme sentir mejor —pido sacándole una pequeña sonrisa.

—Okay —se limita a decir acercándose para darme un beso en la mejilla haciéndome cerrar mis ojos ante el contacto de sus labios y luego simplemente se marcha.

—Evan —escucho como le nombra Rory cuando sale de la habitación, pero no deseo separar mis párpados, aunque mi mejor amigo ahora se esté enfrente de mí.

—Creo que sin querer le metí a Tyron —admito.

— ¿Él te gusta? —me pregunta Rory entonces separo mis párpados para verle, luce muy bien como siempre.

—Sólo somos amigos —respondo, pero él niega entonces entendido que no estamos hablando de Tyron sino de mi jefe.

—Es hilarante las muchísimas formas en las que siempre logra hacerme sentir bien —doy un suspiro al decir lo último.

Perdido en ti© [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora