Capítulo 8. Tyron, italianos de suela roja y besos [✅]

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—No, no estoy enojado conmigo —le contradigo con un tono divertido.

—Pruébalo —me reta.

—Yo quiero lo mejor para ti y no estoy enojado porque encontraste a alguien —aseguro con un tono de voz apacible.

—Okay, te creo —se limita a decir.

—Yo también encontré a alguien. Se llama Tyron Zhang es el jefe del hospital Memorials de Paradise, él es jodidamente sexy y lo voy a secuestrar uno de estos días —expongo con un tono burlón haciéndole reír.

—Ella se llama Lisa y me agrada —revela con un ápice de diversión dejándome un poco extrañado.

— ¿Te agrada? —inquiero con burla—, es una chica, no puedes decir que sólo te agrada, tú tienes buenos gustos así que ella debe ser muy hermosa, inteligente y capaz de soportar tus ataques de ternura sin huir —le reprendo con un tono divertido deteniendo mis pasos porque esto me está matando de la risa.

—Te odio eres alguien muy maduro —se queja con un tono muy infantil y ya que me falta poco llegar a casa bajo el ritmo de mis pasos para caminar hacia la entrada de la propiedad.

—No seas llorón —me burlo.

— ¿Estás trotando sin playera?—pregunta con un tono socarrón.

—Adiós Wyatt —corto la llamada usando el costado de mi mano izquierda para retirar el sudor de mi frente—, creo que necesito una ducha —me digo a mí mismo cuando entro en la propiedad de mis Tíos y en ese momento me llega un mensaje de voz de un número desconocido.

—Hoy puedes secuestrarme porque tengo el día libre —sonrío tontamente al reconocer esa voz, es Tyron.

—Entonces prepárate para ser secuestrado —le envió un mensaje de texto con muchos emojis y él me responde de la misma forma dejándome aislado del mundo en una burbuja de ternura.

—Brooklyn —me nombra Tío Charles llamado mi atención, él está en su auto a unos pasos de mí y yo estoy en media entrada.

—Oh, lo siento —me disculpo haciéndome a un lado para que pueda entrar con su auto.

— ¿Estás bien? —pregunta con un tono divertido y yo asiento con una pequeña sonrisa para dirigir mis pasos hacia la casa y cuando entro en ella me encuentro con las chicas en la sala de estar.

— ¡Pero miren nada más! —me molestan las, pero las ignoro para seguir hasta las escaleras.

—Brooklyn —me nombra Tía Amelia con un tono regañón entonces detengo mis pasos para prestarle atención.

—Si... Tía Amelia —le nombro con un ápice de diversión dándole la botella para el agua que tomé de la cocina.

— ¡¿Qué te dije?!—cuestiona con seriedad viéndome de pies a cabeza.

—Estaba corriendo no cuenta, no puedo correr con una túnica de monje —argumento con un tono burlón sacándole una pequeña sonrisa.

—No dejes que tu tío te vea así —me encojo de hombros ante su regaño porque eso ya pasó.

—Creo que estás exagerando —le digo antes de seguir con mi camino a mi habitación, pero por ir viendo mi móvil choco con mi asistente quien venía haciendo justo lo mismo.

—Lo siento —se disculpa con un tono burlón y sonrío con incomodidad al notar en la posición que quedamos.

—Digo lo mismo venía distraído y chocamos —digo dando un paso atrás para que él retire sus manos de mí porque ¡Demonios! Su tacto es perfectamente cálido como el de su padre.

Perdido en ti© [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora