Capítulo 18. Viejas Heridas [✅]

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Narra Brooklyn

—Buenos noches señor Spencer —saluda Tyron cortésmente levantando su vista de los papeles de registro notando algo muy evidente.

—¡Oye! —se queja esbozando una coqueta sonrisa—, tu no eres el señor Spencer —se burla cubriendo la camilla en la que estoy sentado con la cortina.

—Quería verte —me encojo de hombros—, sé que estás ocupado así que me hice pasar por uno de los pacientes aunque esperé a que todos los demás fuesen atendidos —le explico mi malvado plan sacándole una pequeña sonrisa entonces él toma asiento a mi lado dando un suspiro.

—Nadie más que nosotros sabemos lo demandante que es este trabajo —se ríe mirándome de una forma muy dulce—, gracias por venir a verme, yo realmente necesitaba saber de ti —dice con un tono muy especial dejándome sumido en la calidez de sus palabras.

—Yo también quería saber ti —confieso llevando mi mano libre a su rostro para hacerle una caricia a su mejilla derecha.

—Hoy tuve un día horrible —da un suspiro imitando mi acción dándole una sutil caricia a mi cabello.

—Lo sé, soborné a Amada por algo de información para tener algo planeado —le causa gracia mi revelación.

—Por favor, no uses tus poderes para el mal —pide dándome un beso en los labios y ante el tibio contacto de los suyos cierro mis párpados para disfrutarlo e intensificar la satisfactoria sensación.

—No lo haría sin una buena razón —rompo nuestro beso unos minutos después esbozando una sonrisa sobre sus labios con la respiración un poco agitada.

—Te ves muy bien, yo estoy apestoso —se ríe bajito haciendo esa observación.

—Quizá ya sea hora de ir a casa —mi sugerencia le causa un poco de gracia.

—¿Te gustaría conocer a mis mamás? —propone ladeando un poco su cabeza en espera de mi reacción.

—Claro, no veo porqué no —me encojo de hombros después de pensarlo por un breve instante.

—¿Eso es un sí o un no? —cuestiona con burla dedicándome una mirada divertida.

—Por supuesto que sí —soy claro esbozando una sonrisa entonces él se incorpora de la camilla abriendo la cortina que nos daba privacidad para extender su mano hacia mí.

—Ven conmigo, antes de irnos debo hacer algo importante —ante su petición yo tomo su mano para incorporar mi trasero de la camilla y él me lleva consigo por medio de la bahía de emergencias para salir al pasillo que nos conduce al ascensor.

—¿A dónde vamos? —pregunta con curiosidad cuando nos subimos al ascensor.

—Es una sorpresa —dice sin más presionado el cuarto piso entonces la puerta del ascensor se cierran y este empieza a ascender llevándonos al piso indicado—, Aquí vamos —afirma un poco su mano a la mía cuando las puertas del ascensor se abren para salir de este llevándome por un pasillo bajo la mirada a de las personas en el piso.

—¿Qué este... ? —voy a preguntar, pero el llanto de un bebé llama mi atención.

—Estamos en ala de pediatría —responde a mi pregunta deteniendo nuestros pasos para mostrarme el lugar entonces suelto su mano para dirigir mis pasos hacia la vitrina de donde se pueden observar los bebés recién en sus cunas.

—Maravillosos ¿no? —cuestiona Tyron llamando mi atención e inconsciente de mis acciones mis ojos se ponen llorosos.

—Oh, lo siento aún me pongo un poco sentimental —me disculpo al ver su reacción y él se acerca a mi para abrazarme del costado apoyando su mentón sobre mi hombro.

Perdido en ti© [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora