"Todo el que peque merece la muerte, pero ningún hijo cargará con la culpa de su padre, ni ningún padre con la del hijo: al justo se le pagará con justicia y al malvado se le pagará con maldad"
Ezequiel 18:20
Miércoles.
Marcus estaba en su escondite con Eilad y Azriel, como de costumbre. Eilad se encontraba ocupado resolviendo un viejo cubo de rubik, que por cierto estaba todo manchado con pintura. Difícil de resolver algo así con colores que jamás van a coincidir, pero bueno, él era feliz.
Azriel, estaba revisando los periódicos en busca de información. Si alguien había visto algún enfermo sospechoso con máscara de Hormiga, cerca del Hospital de Springfield, curiosamente el mismo día de la muerte de Nelson.
O si quizá Martin se había deshecho de Homero, asesinando a sangre fría como era su costumbre, y encerrando su cadáver en un viejo barril de acero. Para posteriormente quemarlo por ahí. Pero por ahora (Y gracias a Dios) no encontraba nada.Marcus, era el único que no tenía su mente ocupada. Y mal para él, porque su momentánea paz, pronto colmaría a causa de una llamada telefónica.
Riiiing.
Solo una persona llamaba aquel teléfono, de aquel escondite. Solo una persona en el mundo, o quizá dos más (Eilad y Azriel) Conocían que aquel escondite tenía un teléfono de cable, robado de un hogar para ancianos.
Todos se miraron, como si la premonición de que Martin los estaba llamando, fuera colectiva. Luego de que el teléfono sonara 2 veces más, se calló.
-Era Martin. -Dijo Azriel con su voz quebrantada-
-No digas estupideces -Le dijo Eilad, parándose del suelo y dejando el cubo de rubik a un lado- no puede ser él.
Aunque en realidad, todos sabían que sí.
-A la mierda, voy a llamarlo. -Dijo Marcus tomando la oreja del teléfono-
-¿Estás loco? -Le dijo Eilad-
-Si está tramando algo, es importante saberlo.
Así que tomó el teléfono, marcó a Martin y charlo brevemente con él. Luego, la llamada se cortó.
-¿Que te dijo? -Dijeron Eilad y Azriel casi en sincronía-
-Viene para acá. -Marcus hacía una mueca de preocupación- tenemos que avisarle a Bart.
-Pero todavía no preparamos nada y...
-No importa, cambio de planes.
Riiiiing
Riiiiing
-¡Alguien que atienda el teléfono por favor! -Dijo Marge-
-¡Yo voy! - Dijo Bart vehemente, que estaba en su cuarto leyendo una historieta. Bajó casi a los saltos y contestó.
-Bart, Martin me llamó recién. Viene hacia Springfield, seguramente con tu padre.
A Bart se le heló la sangre. La noticia le cayó igual de pesada que comer todas las golosinas juntas en noche de brujas.
Su estómago se encogió y apretó los dientes.
-¿Q... Qué hacemos?
-Tenemos que ir, no podemos dejar que Martin llegué a Springfield.
-Pero, como le explico a mi mam....
-Bart, tu padre está en camino. Inventate cualquier maldita excusa, te esperamos a una cuadra de tu casa.
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Springfield
HorrorLa familia simpson tiene una vida normal y corriente hasta que, Homero conoce un nuevo compañero de trabajo que lo cambiará para siempre.