CAPITULO 24 - "La Carta"

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3:00 P.M / 01/10

Bart caminó y caminó. 

Repasó y repasó.

Lo que sea que había pasado recientemente, no tenía sentido alguno. 

Repasemos con él un momento. 

Vió de nuevo a su padre, tuvo que ver como el cadáver de Martin era puesto en un gran tambor capaz de albergar trescientos litros de agua. Pero obviamente, este no era su uso actual. Ahora retenía una gran cantidad de productos químicos para disolver el cuerpo de Martin en su enteridad. Y posteriormente, quemar los huesos restantes y pulverizarlos. ¿El polvo que obtenían?, desechado por el retrete, Como era merecido.

Aunque poco había entendido Bart de aquel loco plan. Un plan que involucra una carta proveniente de una banda, S.B.V. que involucra también a un viejo amigo llamado Peligro. 

5:00 P.M / 01/10

Homero pensó y pensó.

Estaba recostado en una cama que rechinaba al más mínimo movimiento. en una habitación con brotes de hongos a causa de la humedad. Un fuerte olor a marihuana, y cero luz natural. Ahora su suerte estaba en manos de un grupo de críos y su hijo no era más que otro criminal. Pero su mayor preocupación ahora, era SHELBYVILLE.

SHELBYVILLE,SHELBYVILLE.

Shelbyville, Shelbyville.....

Marcus lo sabía, existía gente con la que mejor no meterse, pero Bart no tuvo más remedio que asesinar a Martin. Era una carga insoportable. Tenían que deshacerse de él. Pero no tenían un plan B. Homero tampoco lo tenía. Además, tuvo el tupé de leer la carta que les llegó  con sus propios ojos.

Esta decía:

Sabemos que fueron ustedes.

La traición es el peor pecado.

Hijos de Judas.

Atte    S.B.V

6:00 P.M / 01/10

Marge se levantó, pero se volvió a recostar.

Su duelo parecía ser eterno. Una pérdida horrible que sucumbió muy fuerte en su corazón. Un dolor del que no había forma de huir, pues se escondía en cada esquina de su casa. Y en cada uno de sus hijos. 

Maggie en la noche llamaba, con sus primeras palabras, a su padre. 

Marge sollozaba desde fuera de la habitación, ¿cómo podría explicarle a su hija que su padre jamás volverá?. Si ella como adulta no podía superarlo, ¿que le esperaba a su bebé?.

Pero ahora estaba recostada, luego de ingerir sus pastillas para el “dolor". Estas pastillas relajaron cada músculo de su cuerpo, era demasiado difícil para ella coordinar los movimientos, así que decidió quedarse en donde estaba. 

Para su mala suerte, el sueño la agarró desprevenida, y se durmió. La combinación de los sedantes con su ansiedad, la llevaron a vivir una parálisis del sueño.

Aunque quería, no podía mover ninguna parte de su cuerpo. Luchaba y luchaba, pero era en vano. Mientras más fuerza hacía para moverse, más se intensificaban unas fuertes punzadas en sus costillas. Unas horribles punzadas que parecían reales. Ya no quería intentar más, pero su mente le rogaba que lo hiciera. entonces intentaba una y otra vez. llevando el dolor a un punto que era enloquecedor.

Entonces se despertó, sudando y llorando.

Y pidiendo ayuda a los gritos.

8:00 P.M / 01/10

Lisa suspiró y se sentó.

Su madre por fin le había bajado la fiebre, pero igualmente siguió con el tratamiento. Retiró de su frente el paño húmedo, y lo remojo en un plato con agua helada. Alzó su mano por encima de la frente de Marge para reposar el paño lentamente y no despertarla. Por fin se había logrado dormir y su respiración era calma.

Tomó el plato y volvió a la cocina, una vez ahí no logró aguantar el llanto.

Y lloró, Y lloró.

Eran demasiadas cosas que la atormentaban a su corta edad, Bart ahora estaba encerrado en su habitación y nada quería colaborar con ella. Se la pasa saliendo con sus amigos y ella y Marge deben encargarse de todo. Intentó investigar la muerte de Homero pero eso la llevó a un estado de paranoia constante. Se sentía como un fracaso total. y sus ganas de luchar, con los días disminuían.

10:30 P.M / 01/10

Maggie durmió y durmió.

Hacía bastante que esperó a Marge por la comida, así que decidió dormir y no preocuparse.

Tuvo un curioso sueño, demasiado curioso para una bebé que recién aprendía sus primeras palabras.

Estaba en una habitación sin puertas, y sin luces. Todo estaba a oscuras y frente a ella se encontraba una ventana media abierta. Una cortina que se movía y flameaba a causa del viento, y que intermitente dejaba ver a Homero detrás. 

Pero a Maggie esto no le hizo ninguna gracia, sintió un miedo impresionante y quedó paralizada. Homero desde el otro lado de la ventana, metió su cabeza y le dijo.

“Huye, Maggie. Huye.”

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