Capítulo 2: Definitivamente no entiendo nada

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ARIADNA
Me gusta caminar por la naturaleza, pero cuando lo hago no puedo evitar pensar en la cantidad de cosas que podrían ir mal.

Mí hermano y yo caminando sólos junto a un río que no conocemos sin saber a dónde vamos y sin que nadie sepa dónde estamos.

Lucho por sacar esas ideas de mí cabeza y al cabo de un rato no puedo hacer más que disfrutar del momento.


En algún punto del camino Arthur comienza a cantar una de sus amadas canciones:

𝑻𝒉𝒆 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 𝒊𝒔 𝒓𝒂𝒈𝒊𝒏𝒈 𝒂𝒈𝒂𝒊𝒏𝒔𝒕 𝒖𝒔 𝒏𝒐𝒘
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒂𝒇𝒓𝒂𝒊𝒅 𝒐𝒇 𝒇𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈, 𝒕𝒉𝒆𝒏 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒍𝒐𝒐𝒌 𝒅𝒐𝒘𝒏
𝑩𝒖𝒕 𝒘𝒆 𝒕𝒐𝒐𝒌 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒕𝒆𝒑, 𝒐𝒉, 𝒘𝒆 𝒕𝒐𝒐𝒌 𝒕𝒉𝒆 𝒍𝒆𝒂𝒑
𝑨𝒏𝒅 𝒘𝒆'𝒍𝒍 𝒕𝒂𝒌𝒆 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒔, 𝒕𝒂𝒌𝒆 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒔

Ni siquiera entiendo lo que dice pero amo como suena, y por la expresión y la emoción con la que Arthur canta debe de tener un buen significado, al menos para él.

No sé en que momento ha comenzado pero la sensación de ser observados cada vez se hace más presente.

Por un momento me parece deslumbrar una sombra, un destello violeta, pero al segundo no está ahí.

Puedo sentir como mi hermano evita dar muestras de su nerviosismo, sólo para evitar que ambos entremos en pánico.

-Descansemos un rato- Dice de repente.

-¿Qué?¿Ahora?- Digo asombrada.

-No podemos seguir andando toda la tarde, y menos por una estúpida sensación, y debemos volver antes del anochecer - Explica él, tranquilo, sentándose en un roca.

Asiento, un poco más convencida, de algún modo nuestra pausa consigue relajarme. Pero no por mucho tiempo.

Un destello violeta aparece sobre nosotros, un pájaro vuelta sobre nuestras cabezas y se pierde entre los árboles.

-Dime que tú también has visto eso- Digo asustada.

-Sí- puedo notar el miedo en la voz de Arthur.

Una figura femenina se acerca a nosotros, aparece de la misma dirección por la que vimos irse al pájaro.

-¿Me hacéis el favor de iros de esta zona? Volver a vuestra querida ciudad - Dice con un tono nada agradable.

Me tomo unos segundos para analizarla, su ropa es rara, me recuerda a la ropa dibujada en los libros de historia, su cara es la de una chica que no puede pasar mucho de los quince años. Su piel es de un tono marrón claro, tiene el pelo rizado del mismo color y lo lleva recogido en una especie de trenza. Sus ojos marrones transmiten confianza en sí misma, su mirada es la de un depredador que no duda en atacar a su presa.

-He dicho que os vayáis de nuestro bosque- Dice enfatizando cada palabra.

-¿Vuestro?- Preguntó, no pienso irme sin saber más sobre esta misteriosa mujer.

-Esa piedra en la que estás sentado es nuestra frontera, ningún humano puede traspasarla así que iros, por favor, siguiendo el curso del río sólo encontrareis problemas.- Su voz suena a que está exasperada pero intenta contenerse, ser comprensiva quizá.

-¿Por qué no podemos caminar más allá de la piedra, parece bonito más adelante? ¿Eso de allí no es una cascada?- Pregunto señalando a lo lejos.

Ella se asombra, mi hermano sigue sin reaccionar, está incómodo, pálido incluso.

-¿Cómo...cómo puedes verlo?-

-¿Por qué no iba a poder verlo?-

-La barrera, ningún humano ve a través de ella-

-¿Qué quieres decir?¿Qué no soy humana?¿Y que soy entonces un alien?¿Un vampiro?¿Zombie?¿Bruja?¿Demonio?- Digo con una buena cantidad de sarcasmo.

-¿Eres una bruja?- Pregunta, parece que no a captado el sarcasmo.

-O hechicera - Susurra finalmente mí hermano


-Arthur, ¿de que hablas?-

-Debemos irnos, ahora- Dice tirando de mí hacía su espalda- Perdona por molestarte, no teníamos intención de entrar en su territorio, no volveremos a hacerlo, lo siento mucho- Dice mí hermano con prisa.

-Espera, no puedo permitir que ningún brujo ingresé al mundo mortal- Dice ella que ahora parece interesada en que nos quedemos.

-Escucha, no somos brujos, nadie te va a culpar sólo vuelve, olvídate de nosotros y termina tú guardia o lo que sea que estuvieras haciendo.

-No no puedo, cada pequeño detalle es importante ahora, tras el secuestro del príncipe-

-Nosotros no tenemos a ningún niño con nosotros como puedes ver, no podemos ser los secuestradores, ahora déjanos marchar, se lo ruego- Noto que la forma de hablar de mi hermano se vuelve más culta pero la ignoro.

-El príncipe no es un niño, y fue secuestrado hace años, así que sería un adolescente, como tú.
-Dice remarcando la última parte. Siento como las manos de Arthur tiemblan, su respiración se vuelve pesada, y su cara pálida, pero de algún modo se las arregla para hablar convencido.

-Lo siento por tú príncipe, mas yo no tengo nada que ver, acabamos aquí por error y lo único que queremos hacer es volver a casa.-

-γλώσσα κόκαλα δεν έχει, αλλά κόκαλα τσακίζει- Exclama ella de repente

¿Qué cojones a sido eso?
¿Qué idioma es ese?
¿A qué carajo viene eso?
¿Le estará dando un ictus?

Mi hermano niega, cada vez se le ve peor. Me agarra la muñeca y se hecha a correr, llevándome consigo. Cuando me las apaño para mirar atrás la chica ha desaparecido. Corremos, y corremos pero mi hermano no se detiene.

Un águila grazna en el cielo.

-¡Mierda!- Grita mi hermano al oírla.

Veo lágrimas cayendo de sus ojos y terror puro en su mirada. No sé que está pasando pero parece una pesadilla para él, así que temo lo peor.

El águila desaparece pero eso no hace más que aumentar la preocupación de mí hermano. Entonces se detiene en seco, cuando levanto la cabeza la chica está delante nuestra.

-γλώσσα κόκαλα δεν έχει, αλλά κόκαλα τσακίζει- Repite.


Y entonces lo veo, sus ojos se vuelven morados al pronunciar estas palabras.
Los de mi hermano, los de mí hermano están blancos.

-Príncipe- Dice ella bajando un poco la cabeza.

-¡NOO!- Grita mi hermano y entonces - OLVIDA- Grita aún más fuerte, aunque la palabra suena rara como si hubiera sido pronunciada en una versión más antigua.

Humo blanco sale de la boca de Arthur, como si estuviera fumando. El humo rodea la cabeza de la chica, y al dispersarse ella habla:


-¿Me hacéis el favor de iros de esta zona? Volver a vuestra querida ciudad-

¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué vuelve al inicio de nuestra conversación?

-Vale- Dice Arthur con voz temblorosa - Lo sentimos.

Agarra mi mano y nos echamos andar, lo más disimulado posible.

El llora todo el camino, pero ninguno dice nada, sólo aprieto un poco su mano como hacía él cuando yo lloraba de pequeña.

Corona de magosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora