Capítulo 37: Small talks

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ARTHUR
El sol entra por la pequeña ventana golpeando mi cara obligándome a despertarme temprano, todavía en la enfermería.
En la camilla de al lado Lars sigue descansando, visible agotado. El ritual de ayer ha empeorado muchísimo su salud, físicamente se puede apreciar gracias al aumento de su palidez y ojeras. Pero mentalmente, mentalmente está destrozado, desde que acepte que somos agarims nuestra conexión es más fuerte y puedo sentir parte de su estado anímico y es horrible. Me duele física y mentalmente igual que a él pero el sentimiento de pensar en todo el sufrimiento que ha pasado, pasa y tendrá que pasar lo vuelve todavía peor.
Elimino estos pensamientos de mi mente antes de abandonar la enfermería. Corro a mi habitación para ducharme y cambiarme de ropa. Al parecer alguien ha traído ropa a mi habitación mientras no estaba, así que no tengo más remedio que disfrazarme de noble un día más.
Salgo corriendo a fuera y robo un par de manzanas al árbol de enfrente del palacio, tal como hacía de niño.
Me paso a ver a Ariadna, sigue dormida así que le dejo una nota aclarándole que ya estoy mejor pero que esperaré a que Lars se recupere.
Por último vuelo a la enfermería, las manzanas todavía intactas. Dejo alguna para Lars y desayuno con las demás.
Permanezco sentado junto a la camilla de Lars por no se cuanto tiempo, hasta que de algún modo vuelvo a quedarme dormido. Ni siquiera me entero de cuando se despierta, pero cuando abro los ojos lo escucho susurrar:
-"Buenos días, príncipe"- Hace una pausa, sopesando lo que acaba de decir, y deduzco que lo considera muy cariñoso porque añade- ¿O debería decir Bella durmiente?-
-Quizá sea la madrastra de Blancanieves, así que yo no me comería esa manzana.- Digo robándosela de la mano y dándole un mordisco.
-Eso ha sido cruel, en serio quería esa manzana.- Comenta riendo.
-Piénsatelo bien antes de llamarme vago la próxima vez.- Contesto con sorna.
-Está bien, está bien, gracias por madrugar traer el desayuno y volver para hacerme compañía.- Le lanzo la otra manzana, sonriente.
-Gracias- Rompe a reír sin decir nada tras atrapar la manzana.
-¿Qué es tan gracioso?- Pregunto riendo solo de verlo.
-¿Has olvidado completamente las costumbres antiguas, no es así?- Frunzo el ceño intentando recordar a que se refiere. Me pongo rojo al recordar a que se refiere.
-Hoy tienes ganas de molestarme, ¿no es así?-
-Quizá, para tu información posiblemente hubiera dicho que sí.- Dice riendo
-¿Podemos dejar esta conversación de lado, por favor?-
-Si no hay más remedio- Acepta él, mientras se levanta y camina hacia la puerta.- ¿Vienes?-

Voy a buscar a Ariadna, en lo que Lars se prepara para entrenar

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Voy a buscar a Ariadna, en lo que Lars se prepara para entrenar. Cuando llamo a su puerta me manda entrar, está sentada en el escritorio. Una montaña de libros sobre el escritorio y otros muchos desperdigados por la habitación.
-Vaya veo que te has propuesto leerte todos los libros en menos de un día.-
-Ojalá pudiera leer tanto en tan poco tiempo, pero no. Solo estoy intentando ponerme al día con la información básica sobre magia.-
-En otras palabras quieres superar mis conocimientos sobre magia-
-Eso estaría bien, si.- Responde sonriendo.
-¿Qué tal te fue ayer?- Pregunto más serio.
-Bueno, padre me invitó a cenar, no acabo del todo bien.- Cierro los puños y aprieto los dientes, yo a este lo mato.
-¿Qué ha hecho?- Pregunto sin ocultar mi enfado.
-Nada, no te preocupes, es solo, pensamos de formas diferentes.- Intenta tranquilizarme.
-Espero que solo sea eso, porque si no...- Ella me interrumpe antes de que pueda maldecir.
-¿Entonces Lars ha salido también de la enfermería?- Pregunta cambiando de tema.
-Sí, teníamos pensado empezar a entrenar ahora. Supongo que puedes venir, si quieres.-
-En realidad, creo que Astrid quería enseñarme algo más sobre la magia salvaje.-
-Bien, pero no te pases, ¿vale?- Ella asiente.- Bien nos vemos luego, entonces.-

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