Capítulo 48: Hipócritas

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ARTHUR

La reunión comienza hacia el final de la mañana, me veo obligado a repetir mi antigua rutina y saludar a los invitados en la entrada, junto al rey. Lars y Astrid también se ven obligados a ceder ante las tradiciones y entran caminando junto a sus respectivos padres.

-Como siempre, es un placer recibirlos en mi casa, supongo que ya todos sabréis el motivo de esta reunión.- Todos contestan afirmativamente. -Entonces, comencemos.- El rey toma asiento y todos lo imitamos, termino sentado entre él y mi hermana. -Iremos de norte a sur como siempre, ¿alguna oposición? -Guardamos silencio -Lord Frederik, cuando usted quiera.-

-Como todos sabréis el ejército de la luna ya no está asentado en el norte, sin embargo los restos de sus instalaciones siguen allí. Hace unos días envié algunos de mis hombres a investigar, y todos llegaron a la misma conclusión. No son un ejército, a estas alturas son máquinas de matar. Y a juzgar por las pocas armas que dejaron atrás van muy bien armados; pues si eses eran sus descartes no quiero ver las que utilizaran.-

-¿Si el ejército había abandonado la base cuando la rebelión por qué no se analizó hasta hace unos días?- Pregunta Ariadna, con genuina curiosidad aunque la frase parezca más un ataque.

-Porque no consideramos a los sombríos una amenaza después de eso, sin un líder, sin la mitad de su gente, no tenía sentido.-

-Son guerreros, debisteis saber que se levantarían y volverían a la carga, lo harán una y otra vez, hasta vencer o fallecer.- Digo empatizando de algún modo con esas personas.

--Un guerrero sin un líder no es más que un arma sin alguien que la empuñe.-

-¡Los guerreros piensan, sienten, son más que un simple objeto!- Grita Lars.

-Calmate, hijo, por favor, esto es una reunión importante.- Lo regaña su padre.

-Lord Lars, si considera que no puede adaptarse a la formalidad de esta reunión lo invito a abandonar la sala.- La tensión aumenta tras las palabras del rey, pero nadie deja la sala.

-Por mi parte- Comienza a hablar el padre de Astrid -Los incidentes con sombríos están aumentando, tengo a todos mis hombres movilizados. Y aún así no bajamos de un ataque semanal. La gente tiene miedo y cada vez más niños sombríos son abandonados, los rituales ahora son públicos, esto evita los asesinatos posteriores pero a veces terminan en masacre. Sin ir más lejos ayer se celebró un ritual brujo a los niños que habían alcanzado los tres años esta semana, tras descubrir que uno de ellos era un mago sombrío sus padres lo rechazaron. Pronto un grupo de soldados de la leuksna entraron invadiendo la plaza, cuando ofrecieron al niño la espada numerosas personas salieron en defensa del padre, atacando a los soldados. Seis hombres murieron defendiéndose del enemigo con honor, más solo uno de los soldados fue asesinado. Prendieron fuego a su cuerpo antes de huir y este destruyó numerosas casas. No podemos permitir esto, atacan a los nuestros, familias destruidas por culpa de esos demonios.

-Propongo acabar con todo portador de magia sombría, si no hay soldados no habrá guerra- Propone Lord Henry

-No puedes asesinar a gente inocente, a niños, solo por ser como son, nacieron así, no tenían otra opción.- Intento hablar calmado a pesar de lo indignado que estoy.

-No son inocentes, son asesinos- Replica molesto el Lord.

-Esos niños no han matado a nadie, y no lo tendrían que hacer si vosotros no los abandonárais y los tratárais como mierda.- Lars sale en mi ayuda, pero nadie parece entender nuestro argumento.

-Yo conservé a mi hijo, mas eso no impidió que se corrompiera, está en su naturaleza ser asesinos.- Defiende el rey.

¿Quizá se convirtiera en un asesino por lo que tu le hicisteis? No tengo ningún tipo de duda de que a él lo habrá torturado tanto como a mí pero por más años.

-Encarcélalos entonces.- Propone Ariadna -No muertes, no asesinatos.

¿En qué narices estará pensando?

-Me parece una solución apropiada - Dice Argenis. -Buena propuesta, princesa.-

Una oleada de ira me recorre, ¿por qué estoy dejando que ese pervertido se dirija a Ariadna siquiera? Cierro los puños furioso, apoyándolos sobre la mesa para dejar clara mi protección hacia ella.

-Bien, a partir de ahora todo sombrío será encarcelado- Concluye el rey -Veamos si los últimos acontecimientos han afectado en algo a la guerra.

-Majestad, si está pensando en mi he de comunicarle que no creo ser capaz de hacer ese ritual en estos días.- Explica Lars, a su lado su padre le lanza una mirada preocupada.

-No se preocupe, Lord Lars, ya ha echo usted bastante. Para nuestra suerte uno pe sus alumnos se ha ofrecido a hacer su parte.- Tranquiliza el rey, mientras Kaiden entra en la sala y toma asiento.

-Majestad- Saluda Keiden agachando la cabeza a modo de respeto, puedo ver el miedo en su expresión.

-Un placer tenerlo aquí, joven, cuando usted quiera.- Dice el rey mientras le ofrece un reloj de bolsillo hecho de lo que parece ser plata.
Kaufen lo aprieta en su puño, tomando una profunda respiración, humo azul comienza a colarse entre sus dedos.

-¡No!- Grita Lars, Kaiden lo mira, el humo desaparece. -No lo hagas.

-Lord Lars- El tono de advertencia del rey es muy notable.

-Ni Lord Lars, ni mierdas, no pienso permitir que le hagas esto a un niño. Nos quejamos de los asesinatos cometidos por los sombríos y tu estás dispuesto a matar a un niño solo para comprobar si puedes cambiar el mundo sentado mientras todos estos hipócritas avariciosos te lamen el culo. Pues no, no puedes, si quieres cambiar algo levántate y lucha y deja de intentar conocer el futuro. Conocer el futuro de uno mismo nunca es bueno y créeme que no te gustará.- Grita Lars enfadado -Kaiden, vete.- Ordena, Kaiden lo mira, dudoso, pero finalmente obedece y deja la sala ignorando al rey.

-No tienes ningún derecho a dar órdenes en mi palacio, sombrio, es más te remuevo de tus privilegios de noble. A partir de ahora te retiro el título de Lord y te declaro persona ingrata. Fuera de mi palacio, no vuelvas.- Lars se levanta enfadado, mira al rey desafiante. Yo me levanto también.

-Yo Arthur, príncipe heredero de Hecatión reclamo a Lars hijo de William, como mi agarim y asesor.- Digo desafiante, mirando al rey. Su mirada llena de ira pero también orgullo.

-Que así sea- Acepta furioso- Acepto a Lars hijo de William como el agarim y asesor de mi hijo, el príncipe Arthur V.-

No aparto la mirada del rey, pero siento como Lars se sienta a mi lado, cuando lo miro una sonrisa se dibuja en su rostro.

-Gracias- Susurra.

La reunión termina poco después, nada importante pasa, solo se reportan los ataques sombríos de cada región.

Corona de magosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora