ARTHUR
Me despierto en el suelo a pocos centímetros de Lars, ayer ambos decidimos no molestar a Ariadna y en su lugar dormir en el suelo.
Sorprendentemente no he tenido ninguna pesadilla y me encuentro bastante bien.
La charla de anoche me hizo sentir muy bien, fue como hacer las paces con mi pasado.
Despierto a Lars y ambos bajamos a buscar algo de comer.
Ariadna no está en la habitación ni en la cocina, lo cual me preocupa bastante, pero decido confiar en ella.
Mientras comemos Eris y mi hermana entran.
-Ya hemos preparado las monturas, estamos listos para partir.- Dice Eris muy amable. Se que en aquí es común que los adultos se traten muy formalmente pero se me hace muy raro.
-Bien- Dice Lars levantándose - Muchísimas gracias
-¿Puedes dejarme desayunar al menos?- Pregunto muy indignado a Lars, no entiendo su prisa
-De acuerdo - Responde no muy contento.
Ariadna me mira y soy capaz de saber que tiene cientos de preguntas. Y apostaría todo a que no va a dejar pasar el tema de anoche. ¿Qué interés puede tener en saber su tipo de magia? Si tardaría años en conseguir usarla, quizás eso es lo que no entiende. Bien entonces debo dejarle eso claro.
Terminó de desayunar y me dirijo a la puerta.
Seis hermosos caballos nos esperan fuera, Lars parece gratamente sorprendido con los caballos.
Eris comienza a desatarlos, y de repente me encuentro con un gran caballo grande enfrente mía.
-Hola, precioso- Saludo mientras lo acarició
-Este es Trueno, serás su primer jinete espero que os llevéis bien- Comenta Eris mientras le acerca una yegua a Lars.
Apenas recuerdo cómo era el proverbio para el jinete así que subo a Trueno sin usar ningún tipo de magia para controlarlo.
Lars en cambio se quita su collar y lo cuelga del cabecero de su yegua, la piedra desprende humo morado nada más toca el cuello del caballo.
Eris ni siquiera se quita el collar, pero el simplemente se ilumina morado cuando ella toma asiento.
Cosas de brujxs.
-¿Vas a montar sin hechizarlo?- Pregunta Eris
-En realidad no recuerdo bien el proverbio para vincularme con el, pero da igual, se montar sin magia también.-
-Como quieras, pero el proverbio está grabado en la silla, por si lo necesitas - Echo un vistazo a la silla y efectivamente ahí está.
Recuerdo que Ariadna no sabe montar y estoy apunto de bajar a ayudarla cuando veo que ya se las ha apañado para subir.
Su yegua está atada a mi caballo, lo cual me tranquiliza.
Eris pone a Rayo en marcha y el pequeño Tornado, atado a él se pone a correr emocionado. Rayo no se deja arrastrar, obligando al potro a tomar su ritmo.
Lars sigue la marcha, controlando perfectamente a su yegua, Luna.
Yo le doy un suave toque a Trueno y él toma la misma marcha que los anteriores. Ariadna intenta imitarme pero no lo consigue, no importa pues Tormenta ya estaba trotando junto a Trueno.
Y así emprendemos la marcha hacía Langelosmile.
ESTÁS LEYENDO
Corona de magos
FantasyAriadna odia tener que pasar las vacaciones en Salem. Pero este año parece que las cosas no van a ser tan aburridas. Después de un misterioso encuentro su hermano comienza a actuar raro. Esto la lleva a descubrir numerosos misterios sobre su familia.