Capítulo 74: Pequeña sombra

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ALEXIS
Me encargo de todo lo que hay que hacer, para cuando comienza a anochecer todo está listo para las pirras, todo el mundo ha comido y descansado, los lobos han recibido atención médica, y el pueblo ha sido informado de los resultados de la guerra. Apenas he tenido tiempo ha descansar pero era mi obligación hacer todo eso.
Me armo de valor y voy ha hablar con Arthur y Lars para invitarlos a bajar a presentar sus respetos. No sabía que esperar, pero desde luego no esperaba que Arthur se lanzara a abrazarme nada más contarle que yo mismo me había encargado de preparar todo para Ariadna.
Vamos de camino al exterior cuando Lars me agarra para que disminuya el paso junto a él.
-Está siendo muy difícil para él, apenas habla, pero bueno creo que lo está aceptando.- Asiento, nada que no supiera. -Quizá no te lo haya dicho pero lo de organizar la despedida de Ariadna ha sido un gran detalle, y te puedo asegurar que te lo agradece muchísimo, él no sería capaz.-
-Era lo mínimo que podía hacer.- Me mira escéptico, cambio de tema. -La conocía, ¿sabes?-
-¿Cómo?-
-Hace años, cuando estaba aprendiendo a encantar objetos utilicé el espejo de mi habitación como sujeto de prueba, lo conecté a mi espejo de bolsillo, si alguien habla desde uno se escucha desde el otro. Llevábamos meses hablando, al principio iba a ser una única vez, solo quería decirle que tenía un sitio en mi bando. Pero ya sabes cómo era ella, tan curiosa, volvía una y otra y otra vez. Y no podía negarme, a veces hablábamos de cuestiones complejas, otras simplemente de hobbies, jugábamos al ajedrez, leíamos y a veces simplemente nos quedábamos en silencio uno frente al otro. Yo no sabía que la atormentaba a ella, ella no sabía que me atormentaba a mí, y sin embargo nos entendíamos. La llegué a querer tanto como a cualquiera de los Novilunium, era mi hermana.- Lágrimas caen de mis ojos, no me había permitido llorarla, no con todo lo que tenía que hacer.
Encendemos la pirra nada más comienza a anochecer, ella es la primera, tiene una hoguera propia, como todos los grandes héroes.
Arthur se niega a dar el discurso de despedida, yo lo hago, me permito llorar. Para nosotros, los sombríos, llorar es un acto de fuerza, aceptamos la muerte y eso hace muy difícil que suframos por ella, sin embargo yo lo hago, y ellos se arrodillan, en señal de respeto no solo a mi, no solo a ella, si no a todos los caídos y todos los que están llorando la perdida de alguien.
Termino de hablar y me siento junto a Arthur, mi hermano me digo, no dice nada, pero veo agradecimiento en su mirada. Está llorando, a pesar de que eso debería ser imposible tras tantas horas. Lo abrazo, él se deja, llora en mi hombro. Soy su hermano mayor, me repito, me necesita, estaré ahí para él.
Blake corre a mi lado en cuanto me separo de Arthur, que ahora está con Lars.
-Eso ha sido muy valiente- Me asegura nada más llegar. -Eres el mejor.-
-¿Qué te tengo dicho sobre mentir, Pequeña sombra?-
-No estoy mintiendo, has cambiado el mundo, Pops.-
-He cambiado la monarquía, solo eso, ya no hay rey, ¿pero de qué sirve eso? ¿Crees que el pueblo me querrá como su líder? ¿Qué dejarán de temernos solo porque haya asesinado al rey?-
-Ya lo han hecho, en otras partes, ¿recuerdas?- Me pregunta optimista. -Al sur, las meigas estaban contentas, en Denamla tampoco les pareció mal, en Maal Ritung nadie se opuso.- Me recuerda. -Solo es el principio, Pops, lo has conseguido, podremos tener una vida normal, gracias a ti.- Sonrío, no puedo evitarlo.
-Espera, espera, espera. ¿No creerás de verdad que tendrás una vida normal, verdad?- Pregunto bromeando, él me mira extrañado. -Sigues siendo mi pequeña sombra, tendrás una vida en palacio.- Aseguro y el ríe abrazándome. -Aunque mejor que la mía, te lo prometo. Te quiero, Lunium.
-Pops, una pregunta, ¿cómo está Dada?-
-Está descansando, lo dejé en mi habitación esta mañana, no tuve tiempo de volver a pasarme por allí. Ahora que lo dices quizá debería ir a verlo.- Digo comenzando a preocuparme pero manteniendo la calma por Blake.
-Estoy perfectamente, imbécil- Escucho a Ethan reírse a mis espaldas. -Bien jugado, Blake.- Felicita chocándole los cinco. -Ya veo lo mucho que te preocupas por mí- Se burla mirándome.
-Lo siento, tenía muchas cosas que hacer.- Me justifico, ahora me siento culpable.
-Así que ya no soy tu prioridad- Se lleva la mano al corazón haciéndose el ofendido.
-Nunca lo fuistes- Replico y esta vez si se ofende, paso el brazo por los hombros de Blake. -Mi Pequeña sombra lo fue siempre.- Él niño me abraza llorando, vale ese no era el objetivo pero ya no hay opción.
Ethan nos abraza también claramente feliz de ver que todos seguimos bien. Menos Ariadna, me recuerdo, y un par de pequeñas lágrimas mojan mis mejillas.

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