Sc-OOPS Ahoy! [Steddie]

15

Habían pasado unas semanas y el tiempo en Hawkins avanzaba como siempre; las vacaciones habían llegado a su fin. Si bien ese detalle en realidad no afectaba a ninguno de nuestros personajes principales, como fuera ya no estudiaban.

Seguían con su vida como antes del inicio de clases, trabajando en su respectivo local. El brazo de Eddie se hallaba mejor y ya no necesitaba el yeso, solo requería de algunos cuidados, pero él afirmaba estar como si nada.

Todo continuaba igual.

La única diferencia podría ser Robin, ella al tener que dedicar más tiempo a sus estudios, precisó recortar su horario de trabajo. Entonces estaba menos tiempo en Scoops Ahoy, logrando que las tardes de Steve fueran un tanto monótonas y aburridas, ya que ahora se encontraba con cualquier otro compañero de trabajo.

No obstante, el malestar de recordar la ausencia de Buckley duraba poco, ya que no tardaba en reunirse con Munson, donde no pensaba en otra cosa que el impulso sexual que los dominaba sin importar donde se vieran. Eran un desastre. Mientras los días transcurrían, escalaban en magnitud, era como si nunca existiría un fin en ese profundo océano al que se habían metido, ni siquiera ahogándose.

...Fuera de eso, era divertido. Digo, por supuesto que lo era, el sexo casual era ameno, y sobre todo cuando era evidente el disfrute mutuo. Pero, por encima de ello, se dio cuenta cómo convivir con Eddie no era tan malo. Además de lo sexual, podía asegurarse de que quisiera o no, empezaba a tener buenos ratos con él. Era incapaz de evitarlo, pues, existían demasiado tiempos muertos en sus reuniones, al menos el suficiente como para empezar a interactuar bien.

Las primeras veces, pudiera haberse considerado incómodo, puesto que eran silencios. Después de sus orgasmos, eran respiraciones, un par de palabras, quizá bromas y distintos toques si tenían suerte. Luego otros silencios. Y eso era todo. 

Pero obvio, entre la excesiva frecuencia empezó a ser menos incómodo. Repito, Steve incluso empezó a pensar que era entretenido. No tuvo idea cuándo su chip mental cambió y se percató que empezó a disfrutar de la compañía ajena. Podían bromear y principalmente empezar a conversar sin connotaciones sexuales, porque parecía que anteriormente no existía otro tipo de conexión entre ambos que no fuera esa, porque claro... Ese era el fin de su relación, complacerse sexualmente, al menos hasta ahora.

Steve intuía que tal vez al fin lograrían tener una amistad sin ser incómodo. No sabía si era el único de los dos que lo percibía el aire o qué, pero parecía que las cosas entre ambos por fin tenían un camino sano, donde probablemente al fin podrían ser amigos.

Aunque honestamente no perdía mucho tiempo meditando sobre eso. No era algo rebuscado, era algo que se daba natural e inconscientemente le hacía sonreír cuando se percataba que la había pasado muy bien aparte del sexo. Esto no quería decir que su apetito sexual disminuyera, desde luego que no, pero era asombroso ver cómo una amistad probablemente nacía entre ellos. Le interesaba.

Steve desconocía los pensamientos de Eddie, pero sin duda éstos le ayudaban lo suficiente para digerir mejor la situación.

Y siendo directos: a Eddie le daba lo mismo. Si Steve permanecía tiempo de sobra para platicar o para lo que fuera, se sentía dichoso, pero no lo veía con otras intenciones, no pretendía malentender. Era interesante ver cómo Steve se abría a él conforme el paso del tiempo, pero eso no significaba nada. Si eso sucedía después del sexo lo tomaba y sino, le daba igual. Eddie tenía suficiente con que ese chico llegara, le hiciera y le mirara. No pedía mucho, a decir verdad. Se conformaba con muy poco.

Esa tarde del sábado no fue una excepción. Tras haber tenido su apasionada sesión como acostumbraban, Steve se mantuvo un tiempo ahí, logrando platicar de cualquier cosa, fluyendo natural como habituaban en estos días. Eran las cinco de la tarde y ambos miraban el techo de ese cuarto, posados sobre la cama, charlando de cosas estúpidas, era grato hablar como amigos.