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La cabeza de Eddie empezó a ser un desastre.

Después de ese sábado, no evitó vagar más allá en los pensamientos que tenía sobre Steve. Pero, no eran los típicos; no, si fuera así, no estuviera asustado, ni torturándose con ello.

Bueno y, ¿Qué era diferente esta vez?

Tenía miedo de aceptar que, el hecho de haber tenido un encuentro con Steve el cual no empezara sexual y no terminara con ello, movió algo en su interior, por más minúsculo que fuera.

Pero, ¿Por qué se movería con una cosa tan sencilla? ¿No lo tenías dominado ya, Eddie? ¿No te habías salido de la escuela para dejar eso atrás? ¿No habías hecho tantas cosas para convencerte? ¿No te lo repetías todas las veces antes de volver a unir lazos con él?

¿Es que todo eso seguía existiendo? ...¿Siquiera existió?

...No cabía duda que sí. O al menos en su mayoría.

No podía permitirse volver a donde mismo con Harrington, donde las cosas fueran sentimentales, cuando el punto principal de su relación no era ese... Vagaba frente a lo diminuto, cuando no quería malinterpretar, de verdad no quería... Tenía que ponerse un alto, detenerse, saber lo que era sano para él.

Y sinceramente, era consciente cómo no terminaría bien si resultaba siendo el único de los dos que encontraba un rumbo incorrecto en su relación. Sin duda era el único que tenía estas crisis existenciales tras haber visto aquella estúpida película cuando ¡Eso no significaba nada!

Ojalá no hubiera aceptado, a lo mejor la situación seguiría como si nada... ¿O esto estaba destinado a pasar en algún momento y Vaselina no tenía ninguna relación con esto? ¿Eso significaba que desde un principio no tuvo que haber aceptado tener este tipo de vínculo con Steve, porque no era lo suficientemente fuerte como creía...? Eso se ganaba por creerse superior todo el tiempo...

Mucho que pensar. Como fuera... No debía culparse, ya no podía cambiar el pasado. Pero sí podía cambiar el futuro.

Empezó a replantearse si era lo correcto seguir en contacto con él. Se sentía como un estúpido preadolescente otra vez, odiaba ser así de vulnerable en presencia del mínimo sentimiento tan pendejo.

Sonaba bien un descanso... Hace menos de tres días proyectaba que no se llenaría, pero esto ya era fuerza mayor, un hecho con el que no ansiaba lidiar y sabía que no era apto de controlarlo si se le salía de las manos: estaba topando con pared. Eddie conocía sus límites. O eso pretendía hacer.

—No vengas a mi casa este fin de semana —le dijo, sonando un poco duro. Esa tonalidad sorprendió a Steve, el cuál estimaba cómo justamente avanzaban con su amistad.

Al observar su reacción, Munson sintió como si le acabara de pegar a un cachorrito en el hocico.

—No malentiendas... —dijo. Maldito Steve cachondo, pensó—. Es sólo que... Los chicos y yo queríamos ver si armamos más partidas de Calabozos y Dragones. Ya sabes...

Ahora era esa excusa, después conseguiría el resto y cuando menos se diera cuenta, le diría con exactitud que ya no le apetecía verlo... (Cuando era ilógico, pues se vería muy abrupto) (Pero probablemente Steve era muy ingenuo como para tomar conciencia de eso).

El semblante del castaño cambió y asintió como si nada, recordando algo.

—Está bien. Acabo de recordar que... El domingo es el cumpleaños de mi mamá —mencionó, tratando de no reír por su descuido—... No le he comprado nada. Puedo aprovechar para hacerlo.

Sc-OOPS Ahoy! [Steddie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora