—Steve —escuchó. Primero entre sueños, después la mano agitándole la pantorrilla le hizo saber que ya no formaba parte de ningún sueño.
La luz entrante por las ventanas le picó los ojos. Se removió en esa fría e insípida cama, apretando la almohada que ya rodeaba con los brazos.
Otra insistencia en su pierna lo hizo levantar la mirada, topándose con la de Eddie. Permanecía sentado al pie de la cama, colocándose los zapatos. Le entregó una imperceptible y cálida sonrisa al verlo de esa forma; adormilado, desubicado y despeinado; con las manos en los ojos, acostumbrándose a la luz brindada el nuevo día. Sonrió más amplio.
Era imposible no hacerlo, él lo provocaba. Su cuerpo enardeció al sólo mirarlo, pues tras lo vivido anoche, no podía imaginarse ser capaz de existir como otra cosa por el resto de su vida: Edward Munson perduraría terso. Era una masita de galleta recién horneada, la cuál se derretería ante la mínima interacción, incluso frente a una simple observación.
Por Dios, quería golpearse en la cabeza hasta que los sesos se le salieran por la nariz.
Se concentró en su calzado y prosiguió con el segundo.
—Buenos días —pese a tratar de concentrarse en el zapato, su voz salió socarrona y la sonrisa se mantuvo. Recibió un pujido como contestación y casi se rió en voz alta. Estaba contento, nada se lo quitaría, ni siquiera Steve malhumorado por ser despertado de tal modo. Posiblemente eso era otra razón para su felicidad, honestamente...
—Quiero dormir —murmuró, regresando su cara a la almohada—. Estoy cansado.
—¿Por qué? —preguntó, burlesco, tal vez a propósito. No había por qué cuestionarlo—. Me pareció que dormiste bien. Roncas bastante. ¿Lo sabes?
—...¿Qué horas son? —le ignoró y cerró los párpados. Intentaba sacar el último provecho de la horrenda almohada.
—Tarde —resumió y se levantó de la cama. Lo examinó desde arriba, esforzándose para no perderse en los detalles. Era imposible concentrarse en su presencia—. Y ahora sí, es muy probable que Wayne me asesine si demoramos más.
Como si le aventara un hechizo con tan simple frase, la piel de Steve se erizó. Se levantó con decisión. Había asegurado no causar más problemas entre ambos familiares... Y sí, requerían irse. Era casi seguro que Eddie ya estaba envuelto inconvenientes por su culpa. Pero el hecho de que Eddie no se mostrara concernido por ello, en cierta medida le brindaba tranquilidad.
—De acuerdo, de acuerdo —se estiró y se hizo el cabello para atrás. Luego alcanzó su ropa y la miró por unos segundos, pensando—. Sólo... Tomaré esa ducha, ¿De acuerdo?
Eddie, el cuál no le había despegado la mirada, le sonrió amplio y asintió. Abrió la puerta de la habitación con seguridad y se colocó en el marco, dispuesto a salir.
—Yo buscaré algo para desayunar. ¿Sí? Báñate —el castaño le miró confundido, pero sin tiempo para reaccionar pues el azabache se le adelantó y se despidió con la mano, cerrando la puerta con fuerza.
Steve se mantuvo unos segundos muy confundido y con nulos ánimos para caminar hacia al baño.
[...]
Tras su refrescante ducha -y durante ella- tuvo minutos para analizar lo sucedido. Aunque, no en su totalidad, porque de hecho fue incapaz de hacerlo. Sólo dos cosas: 1) el culo le dolía como el infierno y 2) ¿Qué carajos había sucedido? No obstante, no existían respuestas para sus cuestionamientos. Simplemente había sucedido. Su tren del pensamiento tenía la oportunidad de su vida.

ESTÁS LEYENDO
Sc-OOPS Ahoy! [Steddie]
Fanfic« Un error tras otro. » ...Eddie y Steve en un contexto muy de, amigos con derechos. ⚠️Por lo tanto: En el interior hay un terrorífico intento de contenido adulto, puede que varios kinks, situaciones extrañas y algunas medio cuestionables. Es ficció...