El recorrido a la residencia de Eddie había sido silencioso. No porque fuera incómodo, sino porque la tensión fue más evidente cuando estuvieron solos. Era tan filosa que Steve casi la sentía rebanar su garganta.
Estaba mareado. La simple presencia de Munson, acumulada con sus comentarios a lo largo del día lo tenían con vértigo. Dios, juraba que veía borrosa la carretera y apenas escuchaba la tonta música que sonaba tan bajo en los parlantes de su carro. La sordera lo invadió. Apretó el volante, tratando de buscar una inexistente cordura en su ser.
Anhelaba tocar a Eddie, ya no lo soportaba. Se lo tragaría si el otro no le daba indicios, pero eso no pasaría; Edward no era ningún estúpido. Observó lo que causó en él: pudo notarlo todo el día y justo ahora, tan denso desde que quedaron solos. Estaban casi igual de desesperados.
Antes de llegar al sendero el cuál los encaminaría a los motorhome, el de cabellos largos habló. Casi demandó.
—Da vuelta aquí.
El castaño lo pensó. Se fijó en la débil calle referida, ubicada a unos metros delante de las casas rodantes. No se veía señal de vida por ahí, ni siquiera parecía ser una calle tal cuál, era hartamente clandestina, un camino cualquiera entre árboles.
—Steve —insistió al ver cómo casi se pasaba. Al final de cuentas obedeció y giró ahí. Hizo caminar al carro por unos metros más y se detuvo cuando Eddie le indicó que aparcara. Era un lugar cualquiera, estaba más muerto, solo y oscuro que un cementerio.
Steve todavía no entendía la razón de sus indicaciones, hasta que escuchó cómo el chico se desabrochó el cinturón de seguridad. Cuando quiso verlo, sintió abruptamente la boca ajena sobre la suya, sin darle oportunidad de reaccionar de otra forma más que positiva. Le correspondió, al fin comprendiendo sus intenciones y sintiéndose idiota por no haberlo interpretado con anterioridad. Al menos no era el único de los dos que perdía la cordura y eso era cautivador.
Harrington lo tomó con fuerza por la nuca, moviendo sus labios sin temor. Él le siguió el suave baile, el cuál en segundos se volvió potente. A pesar de haberlo besado tantas veces, todavía se sorprendía del dominio que poseía el castaño junto su lengua, la cuál no tardó en invadirlo con necesidad.
Con un movimiento torpe, Eddie se acercó de sobra. Brincó la guantera de en medio y se colocó sobre él. Le quitó el cinturón, pues por alguna razón aún lo tenía colocado. Steve se complació al verlo así de decidido y bajó las ávidas manos hasta sus glúteos, para tomarlos con ganas. Munson jadeó al apreciar el caliente toque.
—Steve, ¿Puedo decirte algo? —verbalizó como le fue posible, no pretendía separarse de él. Había pensado el día entero en besarlo, subirse en él y hacerle de todo si era posible, no quería desperdiciar ni un momento.
Él asintió, pero tampoco le dejó la boca en paz, haciéndole imposible hablar. Fue hasta que tomó fuerzas para apartarse y así se atrevió a sacarlo de sus cuerdas vocales, las cuáles por alguna razón apretaban endemoniadamente junto con su pantalón.
—Fuiste muy lindo con Henderson... —comentó en un murmuro. Él solo sonrió y lo tomó como un simple cumplido. El azabache bajó su mano, hasta toparse con el creciente bulto y lo sostuvo, robándole suspiros ya que las caricias no tardaron en aparecer—. Actúas casi como... Como si fueras su padre —ronroneó en su oreja. Con tranquilidad descendió a su cuello, olfateando y después mordisqueando, tratando de cubrir cada lunar.
Steve se removió al percibir su boca ahí, así como por el comentario. No tenía idea cómo tomarlo.
—¿Qué piensas, Harrington? —habló. Como pudo, con la única mano (que ya se ubicaba ahí), le desabotonó el pantalón y bajó su cierre. Coló intrépidamente sus dedos entre la ropa interior, para enseguida tomarlo directamente, acariciándolo con suavidad—. ¿Te gustaría ser papá? ...Creo que serías un padre excelente.

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Sc-OOPS Ahoy! [Steddie]
Fanfic« Un error tras otro. » ...Eddie y Steve en un contexto muy de, amigos con derechos. ⚠️Por lo tanto: En el interior hay un terrorífico intento de contenido adulto, puede que varios kinks, situaciones extrañas y algunas medio cuestionables. Es ficció...