Aún cuando había sido arrastrado a ese lugar, Eddie tenía la osadía de burlarse de él... Bueno, a lo mejor se lo merecía.
En realidad no tenía mucho qué decir. En estos días parecía que el mundo entero se burlaba de él, hasta su propia cabeza.
Ya no tenía en donde esconderse, no era libre en ninguna parte, ni en Hawkins, ni en sus pensamientos... Se veía obligado a parar donde mismo una y otra vez. A lo mejor el destino no era el que imaginaba. Toda esa farándula de rebuscar señales donde no las había, cuando era claro que tenía las evidentes frente a sí.
No importaba cuán fuerte lo intentara, no podía escapar.
Se hallaba harto de negarse, sólo deseaba llorar. Pero era una pena, pues sus lágrimas ni siquiera se dignaron en salir. Nunca había experimentado un deseo tan intenso y nítido dentro de su ser. Vivía en una constante tortura, buscando diferentes maneras de someterse. Era una tortura en su totalidad, una puta mala comedia. Era un estúpido. Ya no lo soportaba, estaba mareado de sí mismo.
Era consciente que, cuando no sufría y no tenía ningún raciocinio hiriente era cuando se encontraba bajo esa satisfacción que Eddie le brindaba. Había peleado mucho tiempo contra lo mismo, contra la marea... Pero ¿Qué pasaría si por primera vez se dejara llevar por ello? Pero ahora en serio, sin vuelta atrás, sin ser así de infantil... ¿Qué culpa tenía Eddie de sus indecisiones?
No sabía decir si Steve ya se hallaba cien por ciento decidido, pero el volver a verlo el sábado sólo sirvió para moverle la poca estabilidad que aclamaba tener (aunque el setenta por ciento del tiempo tuvo sus ojos sobre esas hojas, las cuáles de seguro estropeó por completo).
Se puso a pensar en él todo el domingo, recordando cómo fue la primera vez que visitó su casa rodante, el estacionamiento... Su toque y sus labios, la intensidad y las marcas que había dejado en su ser. Tal vez no eran marcas literales, pero en su conciencia permanecían en todas partes torturándole y no se irían con absolutamente nada, no cabía duda: la salida era inexistente.
Se había esforzado en encerrarse, que ahora parecía que se desbordaba por doquier, iba a explotar. Sólo requirió desbloquearse levemente para empezar a extrañar el regocijo que lo rodeó por unos instantes, pero que a su vez fue lo suficientemente estúpido como para cortarlo en seguida.
¿Cómo era que algo tan mal pudiera sentirse así de bien? ¿Es que perdió la cabeza? En el pasado, cuando pensó cómo una semana entre sus encuentros era demasiado, ¿Ahora el resto de la vida? ¿Era tarde para arrepentirse de su arrepentimiento?
Por un demonio, no pretendía regresar con Eddie como un perdedor, pero puede que eso era lo que terminaría haciendo. Ya no tenía manos para sostenerse.
[...]
El teléfono sonó.
Si existía algo que Steve no soportara aparte del timbre, era el puto teléfono. Se abalanzó como un animal hacia el aparato para que dejara de producir ese tétrico sonido en cada rincón de la casa.
—¿Sí? —dijo de inmediato.
—¡Steve! —el recién mencionado quiso clavar su cráneo en la mesa donde descansaba el dispositivo en cuanto escuchó aquella voz, no podía creerlo. Era imposible que fuera libre, ya no necesitaba señales extras. Era Dustin. Casi rompe en llanto al oírlo.
—¿Qué quieres? —saltó a la defensiva, cansado—. Me quitas todos mis días libres, Henderson.
—¡Te juro que ya no voy a pedirte nada!
—¿No?
—...No después de hoy —agregó, en un murmuro.
Steve rodó los ojos y quiso arrancarse el cabello con el pellejo incluido.

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Sc-OOPS Ahoy! [Steddie]
Fanfiction« Un error tras otro. » ...Eddie y Steve en un contexto muy de, amigos con derechos. ⚠️Por lo tanto: En el interior hay un terrorífico intento de contenido adulto, puede que varios kinks, situaciones extrañas y algunas medio cuestionables. Es ficció...