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— Jones, donde demonios te habías metido. He estado buscándote. Mírame —le tomo del brazo y se niega a dirigirme la mirada.

— No te entiendo, Miller. Un día me necesitas, el otro no, esto lo entiendo como si me estuvieses usando —me responde aún de espaldas. 

— Solo no quiero que te involucres más... —me interrumpe.

— ¿Involucrarme? Nos subimos en tu moto, tape la placa y no te cuestioné. Simplemente lo hice, porque...

—¿Por qué? Lo que sientes es culpa de haberte comportado como un idiota antes, no te guardo rencor, ese día no controlé mis emociones y lo siento. Estás en todo este enredo por mi culpa...

— No —se gira, desvío la mirada tratando de formular alguna excusa tonta. La habitación que parece ser la bodega de los equipos de sonido descompuestos apenas se alumbra con un foco de luz intermitente.

— Aquel día que fuimos a Brooklyn College fue lo mejor. Sé que me comporto como un chulo buena onda, pero contigo es imposible porque sabes la verdad, mi verdad. No deseo saber de tu pasado si no me lo cuentas, pero si en el presente puedo permitirme ayudarte, lo haré. Justo ahora tus palabras son como pequeñas balas que me lastiman, Miller. Me hieren porque me enamoré de ti. 

¿A que se debe todo esto? En que momento todo se volvió tan raro, le devuelvo la mirada, y aquel chico seductor ha desaparecido por completo, solo veo a un Jones sincero que no me había permitido conocer. La luz se desvanece y en la habitación a oscuras con un silencio total que solo se escucha el latido fuerte del corazón de Jones, poco a poco se va alejando hasta desaparecer por completo. 

No entiendo que acaba de pasar. ¿Acaso dijo que le gusto? ¿Cómo puede ser que una persona que rompió tu ilusión de enamorarse, ahora trata de hacerte creer que le gustas? ¡Basta! Jones ha venido a meterme ideas tontas. ¿Cómo llegue hasta este punto? 

... 

Hoy es el día del recital en Bach, según Grimes va a ir gente importante y Glenn me había confirmado su asistencia junto con un guiño. ¿Qué significa un guiño en el idioma de los hombres? Boberías, son las que pasan por mi mente cuando tengo tiempo libro. Mejor voy a buscar en el desorden que es mi armario. Deseaba ponerme un conjunto de color verde pastel, había visto uno similar en pinterest que es todo tan aestehtic y estoy segura que me quedaría bien. O, al menos, presentable.

Sonrío cuando al verme al espejo, me gusta lo que observo. Nada podrá evitar que este día sea importante en mi vida. Mamá llama a la puerta y junto a ella aparece Grimes con un ramo de petunias bellísimas. 

— Para mi cantante favorita, con mucho cariño de tus amigos y con eso incluyo a tu chico —me lanza un guiño.

— ¿Glenn? —pega un grito, aplaude y caigo en cuenta que he dicho su nombre. Si continúo así, cualquier momento se sabrá toda la verdad. 

— Glenn dio la idea de comprarte flores, hemos reunido el dinero y ¡bingo! aquí están. Por cierto, ese conjunto te queda genial. ¿Con ese vas a ir al recital? —asiento.

Perrr-fect. Nuestro secretillo es que aun somos fans de One Direction y con eso me refiero a que no somos fans, sino directioners. 

-Hey Siri, play More than this-One Direction- empezamos a organizar nuestro día de chicas, que incluye spa, maquillaje y karaoke con gallos. 

La canción es tan agradable que si viera la escena como alguien externo, estaría flipando de lo surreal que es. Grimes toma el frasco de rímel e imita el solo de Zayn, con su alto que te deja babeando de lo fantástico. Se acaba y como arte de magia spoti nos pone la canción de PSY. 

QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora