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Siempre tuve esa idea de que las partes de un cuento eran inicio, nudo y desenlace, y he vivido errada toda mi vida. La respuesta correcta es planteamiento, nudo y desenlace, mi proyecto de lenguaje es un poco cutre, va de un mago que no lo es, ha mentido toda su vida pero tiene mucha suerte hasta que una anciana le lanza un hechizo, para poder revertirlo debe aprender magia. 

Y descubre que es un jodido mago, con poderes fuera de lo común. 

¿A caso necesito un hechizo para reconocer mis verdaderos poderes? 

Calla, eres perfecta. 

Veo a los otros estudiantes concentrados en cada una de sus actividades y ¿será que están haciendo sus actividades? 

Quizás estén pensando en el concierto de la mejor bandita local "The Pumpkins".

Quisiera ir. 

Quizás no, necesito terminar el cuento del mago que no es mago, pero termina siendo un mago. 

Solo caminé un sábado a las 7 am, a la biblioteca de la ciudad para concentrarme y es todo lo opuesto. 

Llevaba una página escrita y la segunda en camino, cuando escucho una voz familiar. 

-No me lo puedo creer- susurra y se apoya en mis hombros. 

Jones. 

-Mi mejor amiga- se acomoda en una silla. 

- ¿Qué haces aquí? Me estás...-me interrumpe

- Don't go trying some new fashion 

Don't change the color of your hair

 You always have my unspoken passion 

Although I might not seem to care- tararea y no puedo evitar esbozar una sonrisa. 

-¡Billy Joel!-chillo

-¡Ustedes dos! ¡Afuera!- todos nos estaban viendo.

Guardé torpemente mis libros, el iPad, los auriculares y tomé del brazo a Jones que continuaba con su recital. 

-¿Qué ha pasado? - al notar que caminamos por el pasillo, hacia la salida. 

-Que nos han echado, al menos fue por Billy Joel-me estaba mirando y sonrió. 

- Si deseas te canto New York State of Mind- me encantaba la melodía de esa canción, amaba a Billy Joel. 

- I'm taking a Greyhound on the Hudson River Line- entoné y sus ojos brillaron. 

- ¡Esa es mi Miller! ¡Es como una estrella de esas raras constelaciones, única!- menos mal, no había gente caminando a esa hora. 

- Miller, ¿Puedo tomar tu mano en mi brazo como una excusa para sentirme cerca tuyo? - me separé. 

- ¿Por qué haz venido a una biblioteca? 

- Pues vendo entradas para el concierto de "The Pumpkins"

- ¿De verdad? 

Sacó varias entradas de su bolsillo trasero. 

- Si, señorita, soy el manager de la banda. 

- ¿Por eso te golpearon? 

Asintió. 

- La banda "The Boston's Boys, es la principal competencia de la banda que dirijo y no querían que demos un concierto en esta ciudad. 

- Porque ellos tienen una audiencia sólida que piensa que robaremos. 

Jones nos llevaba un año, por lo que ya era mayor de edad, esta parte de él me pareció diferente. 

Concluí, que las etiquetas que llevamos de las personas se caen en la primera lluvia. 

- ¿Qué piensas, Miller? 

Me estaba mirando, bajó sus ojos hacia mis labios y acomodó un mechón de mi cabello. ¿Estaba coqueteándome? Retrocedo y tropiezo con un borde. 

Me toma del brazo. Me sostiene. Mi corazón se acelera. 

- Nada - contesto y trato de reincorporarme. 

Me ayuda, y quedo atrapada en su pecho, puedo escuchar como sus latidos se aceleran, me separa y se lleva la mano a la nuca. 

Está tenso. 

- Vamos al concierto, ellos se influenciaron de Billy para componer sus canciones, te van a gustar- cambió de tema. 

- Seguro 

Ni siquiera me detuve a pensar, simplemente lancé un "seguro". 

- Paso por ti- escuché el beep del auto y arrancó sin decir nada más. 

¿Qué acaba de suceder? 

No quiero estar en el medio de esto, ¿estoy en el medio?.

Quizás solo son mis ideas o la imaginación de una situación que no es real. 

Hace poco había dejado en claro que me iba a dejar llevar por mis sentimientos y aquí estaba reprimiéndome. 

Encendí los auriculares, puse en aleatorio y sonó una canción coreana un poco pegadiza. 

Me ubiqué el casco encima, porque si mi madre me veía llegar sin este, me haría un drama, para evitarlo, mejor llevarlo puesto. 

Arranqué y la canción se empezó a mezclar con el paisaje que mis ojos llevaban y conectaban con mi circuito interno de emociones. Me sentía parte de una película romántica, en la que yo era el personaje principal, pero la narrativa no me estaba ayudando, para nada. 

- ¡Madre!- dejé las llaves sobre la encimera y empecé a buscar a mi psicóloga alterna por toda la casa, pero no tuve suerte. 

La llamé pero no contestó, en vez, recibí un texto. 

 Ocupada, mi niña

Debía decidir en base a mis propias experiencias. El romanticismo lo relacionaba con la muerte. Pero decidí asistir al concierto, quería escuchar a la banda, no estaba aceptando algo que fuera malo. Simplemente era un concierto. 

Grimes se había ido con De Vries a un campamento, y no vendrían hasta lunes, debía relajarme y quizás esto me ayudaba a terminar mi cuento. 

Llevaba un jean con una blusa de rayas, vans y mis accesorios, me había maquillado a mi gusto, que es casi al natural. Frente al espejo, tomé aire y exhalé. 

Algo chocó con el vidrio de mi ventana, abrí la cortina y era Jones, con unas piedrecitas en mano. 

Sonreí. 

Bajé las escaleras, envié un texto a mi madre para que no se preocupara. Tomé las llaves de la encimera, abrí la puerta y Jones, dejó caer las piedras en el césped húmedo por la llovizna. 

- Estás guapa, Miller- me extendió la mano. 

La tomé. 

Me abrió la puerta. 

Durante el camino, el silencio no era incómodo, las canciones de Jones eran muy buenas. 

-  ¿Quién canta esa?- se llevó la mano hacia la boca

-  No me lo puedo creer, pero mi pequeña pupila, te ilustraré, esta clase es gratuita. Apunta. 

- Abrí mi cuenta de spotify y tecleé, Don McLean - American Pie

Que maravilla de canción. 

- Gracias Jones, por compartir tus gustos

- Solo los he compartido contigo. 

Siento demorarme, prometo que tendrán capítulos más seguido. Gracias por mantenerse aquí. Éxitos a todos. 




QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora