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No entendía como Rhee podía concentrarse en el campo, las chicas habían ideado una murga pero tenían el nivel de serotonina alto que el presentador estaba teniendo problemas con escucharse. Esto estaba a otro nivel. De puntillas pude ver a Rhee, conecté con su mirada y nos devolvimos una sonrisa. Corría en mi dirección, sus rizos se movían lentamente, mi corazón quería salirse, las personas delante mío se abrieron formando un camino en el que pudiera bajar hasta la grada donde estaba Rhee. 

De un salto Rhee se había subido al balcón de la gradería. Se adelantó y estaba frente a mi, un escalón abajo, se inclinó y sentí su respiración tan cerca:

-- Embrasser sous la pluie...

Se dibujó una sonrisa en mi rostro. Odiaba los cliché, pero... Ambos miramos hacia el cielo, estaba oscuro, tenía un brillo diferente, la velocidad del viento incrementó y una gota acompaño a otra, estaba lloviendo... 

Sus cálidas manos rozan mis mejillas, acomoda un mechón detrás de mi oreja, baja sus manos a mi cintura atrayéndome hacia él, llevo mis manos detrás de su nuca, está tan cerca que reconozco su perfume, su nariz recorre mis mejillas y sus labios se juntan con los míos. Suave, dulce y eterno. Cierro los ojos y deseo que no termine. 

Se despide con un beso en la frente. Caigo en la realidad, está lloviendo y Tix no ha regresado del baño. Quizás debería haberme quedado con la sombrilla. Reconozco esas voces, abriéndose paso entre la gente, aparecen De Vries y Tix. Les regalo una sonrisa. 

-- ¿Porque estás... roja? -- cuestiona mientras entrega a De Vries las palomitas y la soda. 

-- ¿Estoy roja? 

-- Muyyy roja -- añade De Vries, asentuando la primera palabra. 

-- Como un tomate -- dice Tix, mientras se le escapa una risa. 

-- ¡Demonios! Se me quedaron los nachos y la salsa -- De Vries se queja, lanza un puchero y desaparece en busca de sus nachos. 

-- Creo que Glenn lo hizo... 

-- ¿Qué cosa? 

-- El beso bajo la lluvia

-- ¿Lo sabías? 

Asiente. Al abrir la sombrilla, pincha las cabezas de quienes estaban delante, pero no lo notaron. El partido había comenzado y el marcador iba a favor del insti. De Vries aparece con un sonrisa de oreja a oreja, orgulloso con sus nachos en mano y tres barras de chocolate. 

-- Ni se imaginan. Fui por los nachos...

-- Y te dieron tres barras de chocolate...-- interrumpe Tix, ayudándole con los nachos. 

-- ¡Mi novia es una adivina! Pero lo que no sabes... 

-- Son gratis -- añade

-- ¿Cómo lo sabes? 

-- Ella sabe todo -- Tix se queja ante mi comentario. 

-- Es una genia aunque lo niegue 

-- ¡No soy una genia!

-- Que si

-- Que no

-- Siiii

-- No

El sonido de una anotación me desconecta de la pequeña pelea de los eternos enamorados. Veo como Rhee festeja en mitad de cancha. Me atrevo a lanzar un grito. 

-- ¡Cuida la garganta que eres la cantante!

¿En que momento Jones había llegado? Este chico tiene la facilidad de deslizarse y aparecer de la nada. 

QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora