Capitulo XXVII-Area 16-

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X: Otra vez, Lena, no pararemos hasta que me derribes.

L: ¡Pero estoy cansada!

X: Con supergirl en tu cama no te pasa eso, vamos, arriba.

L: Ella estimula mis poderes de otra forma...

X: ¿Te imaginas que un día esos 60 kg de masa kriptoniana te aprisionen con tanta fuerza que no puedas liberarte?

L: Rao, sus brazos son perfectos, su abdomen...

X: ¡Luthor, concéntrate!

L: La extraño...

X: ¡Lenaaaaa! Vives con ella y la ves a diario, por amor a Dios, concéntrate de una vez por todas.

L: ¿Nunca has visto detrás de su capa? Por Rao, amo la nanotecnología tanto como amo su ¡AUCH!

Lena:

Xiena a 2 mts de distancia y sin tocarme físicamente, tiró de la trenza que llevaba en mi cabello.

X: Entonces supergirl fué tallada por los mismos dioses, se debe ver muy bien como Rao la trajo al mundo.

Me enojé, cerré los ojos y respiré profundamente hasta llenar por completo mis pulmones, susurrando mientras contenía el aire dentro de mi.

L: Venire ventus venire.

Poco a poco abrí mis ojos, fijé el objetivo y continúe.

L: Inimicos meos de medio fiat, venire ventus, veni nunc.

Abrí discretamente mis brazos y dejé escapar rápidamente mi último aliento contenido.

Una ráfaga de viento colosal se abrió paso detrás de mi, iba levantando nubes de polvo a su paso, ramas, hojas y troncos de árboles.

Al alcanzar a Xiena, ésta fijo sus pies como anclas en el suelo, extendió sus manos hacia adelante, creando un escudo de fuerza invisible que derribaba las ramas a escasos metros de ella.

Levanté mi pierna izquierda, llevando la rodilla hasta mi pecho y la bajé rápidamente, dejando caer con fuerza mi pie contra el piso, la tierra debajo de los pies de Xiena se abrió en dos, rápidamente ella dió un salto, girando hacia atrás, cayó agachada sobre sus piernas abiertas y sus brazos completamente extendidos hacia los lados.

Se levantó lentamente, acomodó las mangas de su traje y me gritó desde su lugar.

X: Nada mal Lena, seguiremos entrenando mañana.

L: Mañana es sábado, necesito ocuparme de otras cosas ¿No puede ser el lunes?

X: No.

L: Eve, ya hemos terminado.

Se abrieron las compuertas aéreas y frontales del campo de entrenamiento, me dispuse a salir caminando, y un remolino kriptoniano envolvió mi cintura entre sus brazos.

L: Karaaaa jajajaja.

K: Te atrapé.

L: Siempre lo haces...

K: ¿Quieres ir por un helado?

L: Me encantaría.

Kara me tomó entre sus brazos y salimos volando rápidamente del lugar, llegamos a una heladería en el centro de National City, todavía llevaba mi traje de entrenamiento.

Mi Chica EspacialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora