Prólogo

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Positivo

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Positivo.

Son solo dos rayas, joder, pero ahí están.

En un tono rosa, tirando a rojo, marcando con fuerza mi destino.

La vida es así. Un día estás con tus amigas en una discoteca, emborrachándote y conociendo tíos buenos, y al otro, te enteras de que vas a ser madre. Así, sin más, como quien dice: «he sacado un notable en matemáticas», cuando en realidad se trata de traer una nueva vida al mundo.

Y ahora el dilema es: «¿Qué voy a hacer?».

El cacharro descansa en mi mano. Es increíble como algo tan pequeño puede cambiarte la vida por completo. Me tiemblan las piernas, las lágrimas amenazan con salir atropelladas, y de repente, siento que se me ha ido hasta la voz.

¿Nunca te has sentido como si todo lo que eras desapareciera para convertirse en una versión nueva de ti misma? De pronto, ya no me reconozco frente al espejo del lavabo. Me noto distinta. Un aura diferente me envuelve, y todo lo que planeaba hacer con mi futuro se ha evaporado como si alguien hubiese soplado al aire, haciéndolo desaparecer.

La realidad se ve tan distinta desde aquí...

Ya no me importa tanto lo que me digan los profesores en el instituto, ni las regañinas de mis padres por llegar tarde de una noche de juerga; tampoco me importa si la ropa que llevo es de marca o si el coche que se acaba de comprar una de mis mejores amigas corre más que el que tenía antes.

Salgo del baño mirando a un lado y a otro, pero no hay ni rastro de mis padres. Seguramente mi madre se haya ido a su clase de pilates y mi padre aguantará unas horas más en la oficina para no tener que verle la cara el resto del día.

Me tropiezo con mi mochila y la sudadera que he dejado tendida en el suelo, y haciéndolas a un lado con una patada, consigo llegar a mi cama para sentarme e intentar tranquilizarme.

Busco rápidamente el móvil que está sobre la mesilla de noche, y sin esperar un minuto más, marco el número de mi novio.

Rick es mi compañero del instituto desde que teníamos trece años. Fuimos amigos hasta hace un año, cuando después de salir de copas con nuestros amigos acabamos liándonos.

He de admitir que tuvo mucha paciencia conmigo, ya que no accedí a acostarme con él hasta hace unos dos meses, cuando me sentí realmente preparada para compartir su cama.

Rick es uno de los chicos populares de la clase. Alto, de buen cuerpo y guapísimo de cara. Pensé que sería imposible que se fijara en mí y, sin embargo, el destino decidió unirnos más que en un simple noviazgo. Ahora hay un bebé. Una vida de la que somos responsables y que criaremos juntos pese a las circunstancias.

¿Qué pasará con sus estudios? ¿Y mi futuro? ¿Qué hay de mi carrera?

Mis padres desean que entre en la universidad el próximo año, y aunque todavía no he decidido qué estudiar, sé que, si los quiero tener contentos, en breve tendré que elegir una disciplina en la cual especializarme.

Sentirte Decir "Te Quiero" #crisálidas3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora