Capítulo 12

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Han sido los quince días más largos de mi vida

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Han sido los quince días más largos de mi vida.

Un viaje de placer puede ser eso, unas vacaciones para desconectar o un descanso para tu mente que, tras meses de trabajo agotador y preocupaciones, necesita un parón obligado. Hacía tiempo que no disponía de tantos días seguidos para mí. Siempre hay problemas que requieren mi atención, tener un negocio propio conlleva miles de responsabilidades y más cuando tienes personas a cargo.

La odisea empezó el día que llegué al aeropuerto internacional Daniel K. Inouye, después de un vuelo bastante tranquilo. Como duraba once horas, aproveché para leer, ver alguna que otra película y responder correos que tenía pendientes de algunos proveedores, con temas que quería cerrar antes de desaparecer de la faz de la tierra. Ese era el propósito. No tocar el móvil, que nadie me molestara —excepto para urgencias— y no pensar en nada más que fuese disfrutar de las islas en compañía de mi chica.

Retiré mis maletas en la cinta y me busqué la vida para conseguir un taxi que me llevara hasta el hotel. Estaría solo tres días, ya que Steph llegaría el miércoles entrada la tarde y se quedaría conmigo los doce restantes.

Pero todo se torció cuando me llamó para decirme que su jefe le había pedido que se quedara en Nueva York, ya que el nuevo cliente, con el que habían cerrado un contrato recientemente, necesitaba su supervisión. Contratiempos de esos que surgen cuando trabajas en una empresa como la de Stephanie, donde tu vida privada les importa un pimiento, y se cagan en ti y en tus vacaciones sin pensar en las consecuencias. Claro está que ella tampoco puso el grito en el cielo, simplemente se limitó a cumplir órdenes, poniéndome al tanto solo un día antes de su llegada, que no nos veríamos hasta el lunes siguiente.

Tras colgar el móvil, miré dentro de la maleta aquel anillo de oro blanco con un fino diamante que había comprado hacía tan solo unos días en Tiffany, con la intención de pedirle matrimonio a Steph, cerrando así el círculo de esta relación que ya está más que lista para pasar al siguiente nivel.

No quiero engañarme, con Nora es imposible plantearme nada, tengo que asumirlo de una vez, por mucho que me duela. Si pretendo forjarme un futuro, casarme y formar una familia, es mejor que lo haga con los pies sobre la tierra, basándome en la realidad y no en amores utópicos que difícilmente pueda alcanzar.

Me gustaría tener hijos pronto para poder disfrutar de ellos, llevarlos al parque, acompañarlos a los actos escolares y jugar tendidos en la alfombra de casa sin importarnos si nos ensuciamos la ropa o si es tarde para ir a la cama, sabiendo que al otro día nos toca madrugar.

Acepté, aunque me jodiera, que estaría solo el resto de la semana, así que me dediqué a recorrer la isla de Oahu en busca de actividades interesantes. Un poco de sol y playa en Waikiki Beach no me vendrían mal, pero también me atraía la idea de hacer excursiones guiadas, pese a que llevarlas a cabo sin compañía tampoco es que me entusiasmara demasiado.

Sentirte Decir "Te Quiero" #crisálidas3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora